La tradición del vino en la mesa diaria sigue vigente gracias a que la Argentina es un país productor (el 5° más importante del mundo), y cuenta con vinos accesibles y de muy buena calidad. Hoy, por suerte, se producen los mejores vinos de la historia y, aunque cada año hay más marcas de alta gama, los más vendidos son los que cuestan menos de $250. En esta franja, la propuesta es digna, pero acotada.
¿Cómo elegir? Más allá de la composición varietal o la región de procedencia, la clave está en saber qué esperar de cada vino según su precio. No hay que buscar complejidad ni elegancia en este segmento, ya que predominan la frescura, los sabores frutados con algún dejo amaderado y el paso amable y fluido; en los tintos bien logrados se destacan los taninos redondos y pulidos, y en los blancos, la acidez. Aquí, cinco buenas etiquetas para disfrutar con las comidas de todos los días.
Goye Merlot 2017
Bodega Goyenechea, Mendoza
Un vino listo para ser tomado, de entrada fresca y frutal, con taninos dulces y sedosos, y gran amplitud en boca. Elaborado con uvas de antiguos parrales de Villa Atuel, en San Rafael, sin madera, tiene la herencia de una bodega tradicional, pero la impronta de un tinto moderno, rico, expresivo y fácil de beber, con notas especiadas y confitadas. Gran opción para asados con muchos invitados. ($217)
Portillo Chardonnay 2019
Bodega Salentein, Mendoza
Lo que más impresiona de este Chardonnay es su fruta madura, su acidez presente y su largo final. Elaborado con uvas de Tunuyán (Valle de Uco) sin contacto con el roble, sobresale por su carácter varietal con aromas que pueden recordar al durazno o a la manzana verde y su cuerpo fresco y ligero, muy agradable de beber. Por su estructura y frescura tropical es ideal para acompañar pescados crudos como ceviche o tiraditos. ($215)
Don Valentín Lacrado Cabernet Sauvignon 2018
Bodega Bianchi, Mendoza
Infaltable entre los clásicos argentinos, un Cabernet suave y con buena estructura, renovado totalmente. Tiene el estilo de siempre, con aromas y sabores frutales y la frescura justa, y está elaborado con uvas de viñedos propios y de productores asociados de Rama Caída (sur mendocino). La nueva versión supera la anterior por su equilibrio, taninos suaves y redondez. Perfecto para la mesa familiar. ($180)
Postales Roble Chardonnay 2018
Bodega Del Fin del Mundo, Patagonia
En el paladar es un placer, tiene algo herbal y frutal que le da una frescura singular. Se produce en Neuquén con uvas de San Patricio del Chañar y dos meses en contacto con el roble, de ahí su volumen y untuosidad. Lo que más seduce es su entrada en boca mantecosa y esa punta mineral escondida que hay entre sus aromas. Lo mejor es acompañarlo con truchas a la plancha o ahumados patagónicos. ($180)
Cafayate Malbec 2017
Bodegas Etchart, Salta
Fiel representante salteño, de perfil frutal, taninos maduros, equilibrio y sedosidad. De cuerpo medio, elaborado con uvas Malbec de Cafayate a 1750 metros de altura, es bebible, rico y sin complejidades, y se destaca por su sabor a frutas negras, identidad varietal y buen paso por el paladar. Ideal para ponerle soda o agregarle unos hielitos y beberlo de aperitivo con quesos de cabra, fiambres y pan casero. ($139)