Cualquier consumidor de vinos probó Malbec y hasta Cabernet Franc. Pero no mucho más allá. Sin embargo, lento pero sin pausa la góndola de vinos va cargándose de otras variedades atípicas como Teroldego, Monastrell, Cordisco por mencionar algunas.
Es un lento movimiento que reconoce dos vertientes claras. Por un lado, la necesidad de abrir el juego estilístico, ya que muchas de las uvas que abren cancha ofrecen perfiles de vino muy diferentes, como sucede con Listán Prieto –más conocida como Criolla Chica–, que ofrece tintos delgados y de sabor frutal. De hecho, por estos días el INTA lleva adelante unas jornadas sobre Vinos y variedades patrimoniales que explora otra vertiente de este mismo fenómeno.
Por otro, en paralelo se da un proceso de adaptación de variedades que responden a otros horizontes de exploración. Así como Burdeos y Borgoña dominaron la escena de los vinos mundiales en los últimos 50 años, otras regiones hoy tiene predicamento: desde el Ródano al Jura en Francia, desde Trentino Alto-Adige en Italia a los valles de Austria al menos a la hora de desarrollar nuevos sabores y adaptaciones a climas particulares. Y ahí, claro, las uvas son otras.
160 variedades de uva plantas den Argentina
De hecho, en el registro del Instituto Nacional de Vitivinicultura consta unas 160 variedades de uva plantadas en argentina, de las cuáles un centenar tienen aptitud para hacer vinos. La mayoría no pasa de unas pocas hectáreas, pero algunas superan las 100, como sucede con Bequignol y Greco Nero.
Así las cosas, algunas variedades atípicas se puede conseguir en nuestro mercado. Hay vinos que tienen real llegada comercial y otros que hay que rastrearlos. Pero puestos a probar rarezas, en estos 10 hay algunos ricos vinos para apuntarse.
10 vinos para probar
Cordisco. Proyecto Las Compuertas 2019, $1061.-
Conocida en Italia como Montepulciano y fuera de la península como Cordisco –para evitar confusiones con la región homónima y protegida– es una uva que da tintos ligeros y de cierta estructura tánica bien agradable. Hay 80ha en el país. Con uvas de Las Compuertas, Luján de Cuyo, Familia Durigutti elabora este ejemplar delicioso.
Carmenere. Textual Innovación 2019, $510.
Oriunda de Burdeos, de donde desapareció para emerger en Chile en 1994, ofrece fuerte carácter vegetal y con taninos amplios y de buen cuerpo. En nuestro país hay 59ha y Santa Julia acaba de lanzar este vino que lo representa con buen porte.
Teroldego. Alma Gemela 2019, $870.
Variedad tinta del norte de Italia, particularmente del Trentino-Alto Adige, donde hay unas 400 hectáreas cultivadas. Aquí no figura en el registro aún, porque fue injertada en un parral de Lavalle en 2017 por Alma Gemela, quien lo elabora en un estilo frutado, de taninos firmes y cuerpo medio.
Bequignol. Livvera 2019, $1100.
Originaria del Sudoeste de Francia, donde es poco cultivada, resulta una curiosidad de nuestro país donde cubre unas 546ha en Mendoza. Hasta ahora he visto un solo ejemplar en el mercado y lo elabora Germán Macera para Livverá en un estilo jovial y de paladar sabroso.
Monastrell. Ver Sacrum 2018, $1050.
Esta uva pertenece al mundo mediterráneo, desde el sur de España donde se la conoce como Monastrell al sur de Francia donde se la llama Mourvedre. Da vinos de cuerpo y buena acidez. Con 12 hectáreas declaradas en nuestro país, Ver Sacrum lo elabora en un estilo potente y a la vez laxo debido a la acidez. Hoy es corriente verla como parte de un corte con predicamento creciente, los GSM o Granache, Syrah & Mourvedre.
Canarí, Avrizza 2020, $500.
Desde Canarias –lo que explica el nombre, de paso– Canarí es una tinta de grano grande, por lo que no da vinos concentrados en color. Más bien lo contrario. Con 60ha plantadas en Mendoza, hay un solo productor que la embotella con el nombre de Avarizza en un rosé franco, de entrada ligeramente golosa y lindo final frutal.
Grüner Veltliner, Norton, 2018
En el valle de Wachau, Austria, es "la" blanca que crece a orillas del Danubio azul. Famosa por su acidez elevada y su carácter poco aromático pero decidido, en nuestro país fue implantada por Norton en Agrelo. Sólo 10 hectáreas aún que embotellan en un espumante filoso y de expresión franca. Se consigue, sin embargo, un blanco tranquilo de la casa cosecha 2018, bien interesante.
Bastardo, Riccitelli Old Vines 2019
Conocida como Trousseau y originaria de Jura, Francia, esta tinta también responde al novelesco nombre de Bastardo. En nuestro país hay 33ha cultivadas casi todas en Río Negro. Matías Riccitelli embotella este tinto ligero, tan etéreo como chispeante de frescura. También se consiguen ejemplares de productores como Miras y Añelo, en la misma región.
Nebbiolo, Viña Alicia 2017
En Piemonte, Italia, da los vinos de mayor alcurnia en el país, los famosos Barolo y Barbaresco. Famosa por su elevada acidez y tanicidad, envejecen bien afinados como un violín añoso. Aquí hay 31 hectáreas plantadas. Embotellado por Viña Alicia con uvas de Lunlunta en un estilo potente y concentrado, Bianchi hizo lo propio con sus Stradivarius que suelta a cuenta gotas, mientras que Catena Zapata lo ensaya para vinos de guarda.
Petit Manseng, Terrazas de los Andes Single Vineyard "El Yaima" Tardío 2016, $890.-
En el sudoeste de Francia es famosa por su piel gruesa que le permite deshidratarse sin pudrirse. Por eso mismo, en La Consulta, hay 12 hectáreas plantadas de finca El Yaima que dan vida al mejor tardío del país. Golosina ácida y untuosa, se bebe de a sorbos pausados con sabor a damascos secos.
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