Villa Santa Paula: los secretos de la mansión que Dardo Rocha construyó en Mar del Plata para deslumbrar a su esposa
El exgobernador de la provincia de Buenos Aires mandó a construir un chalet en secreto en La Feliz para su amada compañera; si bien estuvo en venta, aún persiste la edificación original
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La esquina de Garay y Lamadrid no tiene nada en particular para quienes transitan las calles marplatenses, ensimismados en la pantalla de su teléfono celular. De hecho, son pocos los turistas que suelen andar ajetreados por La Feliz y la conocen. Más aún, incluso algunos lugareños tampoco tienen muy en claro de qué se trata la edificación que se erige allí: la Villa Santa Paula, un chalet de estilo pintoresquista que hizo construir Dardo Rocha como regalo sorpresa para su esposa.
En rigor, la historia que culmina con la delicada obra arquitectónica comenzó durante un viaje a Francia que la pareja realizó a finales del siglo XIX. En ese entonces, Paula Arana Merino quedó fascinada con una propiedad que vio junto a su marido en un paseo que hicieron en las afueras de París. Atento a los gustos de su compañera, quien fuera sargento durante la Guerra con Paraguay tomó nota de aquella situación y mucho más adelante la transformaría en realidad.
Cuando viajó junto a su mujer a Mar del Plata como gobernador de la provincia de Buenos Aires, ambos quedaron encantados con la ciudad. Aquel amor a primera vista se produjo cuando Rocha visitó La Feliz el 15 abril de 1883, debido a que se encontraba en campaña con vistas de postularse como presidente. Hasta ese entonces, la estación de tren más cercana a la ciudad era la de Maipú, por lo que luego continuaron su trayecto en un carruaje.
El funcionario y su esposa fueron agasajados por Eduardo, el hijo de Patricio Peralta Ramos, quien encabezó la comitiva que los recibió. Tras su encuentro con el descendiente del fundador de la ciudad, la pareja tuvo una gran recepción en el hotel La Amistad de Pedro Urrutia.
Mientras permaneció en la costa, Rocha prometió la llegada del ferrocarril, el telégrafo y una sucursal del Banco Provincia para Mar del Plata, todas obras que se concretaron. Más tarde, regresaría en varias oportunidades a La Perla del Atlántico. Durante esas estadías en el mítico Hotel Bristol se originaría la idea de comprar un terreno en el que más adelante construiría la famosa casona.
Aunque, en rigor, el profesor de Historia Diego Failla le explica a LA NACION que el terreno se lo donaron los Luro y los Peralta Ramos “cuando él autorizó la extensión del Ferrocarril del Sud, desde Maipú hasta Mar del Plata”. Asimismo, quien es investigador de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDdP) agrega: “En la carta que estos le escriben le dicen que, ‘como obsequio’ por hacer que extiendan las vías, le dan esos terrenos para que pueda disfrutar de las bondades de la nueva villa balnearia. Hay una copia de la misiva en Villa Mitre”.
Un diseño ¿con el sello Benoit?
Así las cosas, Rocha mandaría a levantar el chalet en la esquina de Garay y Lamadrid de la manzana adquirida. No obstante, el fundador de La Plata no le contó a nadie de su familia sobre sus planes, mientras daba el visto bueno para que comenzara la construcción de la casa de los sueños de su esposa.
Sobre quién se encargó del diseño de la edificación hay datos confusos. Uno de los relatos más expandidos es que estuvo al mando del ingeniero Pierre Benoit. Aunque es imposible que sea verídico, porque el francés, a quien le adjudican haber pertenecido a la realeza de su país, recaló en Argentina por motivos políticos en 1818 y murió en 1852.
Tampoco suena demasiado precisa la versión que indica que fue su hijo Pedro (hombre de confianza de Rocha, diseñador de la Catedral de La Plata y Mar del Plata, entre otras obras), quien falleció en 1897; la casona se terminó de construir más de una década después. Otra conjetura habla de que se trató de Pedro Juan, nieto de Pierre e hijo de Pedro, el único entre sus diez descendientes que se dedicó al mismo rubro que sus antecesores.
En ese sentido, Bettina Favero, doctora en Historia y directora del Centro de Estudios Históricos (CEHIs) coincide. “No hay datos específicos, pero se presume que fue el nieto de Benoit quien lo terminó”, opina en comunicación con LA NACION. De hecho, según el expediente encontrado en 1948 en el sector de obras privadas de la Municipalidad de General Pueyrredón, la construcción data de 1910, aproximadamente; otro dato que corrobora que dos de los Benoit mencionados en varias historias ya no existían. Aunque Failla, en tanto, cree que Pedro Benoit fue quien se encargó del prediseño y luego lo completó su hijo Pedro Juan.
Un engaño y una sorpresa emocionante
Luego de un año de construcción, llegó el día tan esperado para el entonces exgobernador bonaerense. Su plan era darle una gran sorpresa a Paula. En consecuencia, llevó a su familia a Mar del Plata haciéndoles creer que visitarían un chalet situado en Lamadrid y Garay para alquilarlo para pasar el verano.
De hecho, arribaron con el tren a la Estación Mar del Plata Sud (recientemente terminada), que después se transformaría en la terminal de ómnibus y donde actualmente se erige un shopping. Es decir que Rocha y compañía descendieron a solo una cuadra de la casona.
Una vez en la puerta de la flamante edificación, su esposa quedó sorprendida por la similitud entre esa casa y aquella que tanto le había gustado en las afueras de París. Al ingresar, emocionada, advirtió que estaba en su propio hogar porque los hologramas impresos en los manteles, toallas y sábanas tenían las iniciales de su familia.
Una mansión “a la manera del pintor”
El chalet es de estilo pintorequista, del estilo manoir francés. Una categoría estética surgida en el siglo XVIII en el Reino Unido, relacionada con el movimiento romántico. El término proviene del vocablo italiano pittoresco, que significa “similar a la pintura”, “a la manera del pintor”.
En ese sentido, la arquitecta Majo de la Fuente, integrante del Área de Preservación Patrimonial del Municipio de General Pueyrredón, en charla con LA NACION explica que el pintorequismo se desarrolló en Mar del Plata durante tres etapas, que se extendieron entre 1885 y 1945. Asimismo, precisa que en cada uno de esos períodos se modificó la morfología de las construcciones.
Según la ficha técnica de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de Mar del Plata, la propiedad tiene una extensión de 600 metros cuadrados, mientras que el terreno mide 1908. En su interior, cuenta con seis habitaciones, cinco baños, dos salas, comedor, área de servicio y ático, todo distribuido en planta baja, planta alta, entretecho y sótano. Además, tiene un pequeño balcón, un extenso jardín, hall circular de importantes dimensiones, una torre, cocina y un salón de usos múltiples; en este mismo nivel pero con acceso interno cuenta con hall distribuidor y circulación, cuatro dependencias y cuarto de lavado.
La casa embrujada que se convirtió en Patrimonio Cultural
Con el transcurso de los años, Santa Paula se fue deteriorando hasta quedar en un mal estado. Pese a que era la única vivienda de Dardo Rocha que quedaba en pie, sus herederos no la cuidaron debidamente y quedó librada al abandono. De hecho, la llamaban la “casa de las brujas” por la cantidad de murciélagos que había adentro y otros tantos mitos urbanos que se tejían a su alrededor.
Hasta que, en 1995, el Municipio de General Pueyrredón emitió la ordenanza N° 10075/1995 que declaró al sitio como Patrimonio Cultural. “En el año 2003, la casa fue comprada por un arquitecto platense que la restauró, recuperando su antiguo esplendor. Luego la misma fue adquirida por un comerciante marplatense”, indica Bettina Favero.
Hace unos meses, trascendió que el predio se puso en venta en US$ 600.000 con la condición de que se mantuviera de forma intacta. Quien comprara el terreno podía construir torres alrededor, pero no tocar el chalet. En la actualidad, funciona un café en una parte interna de la edificación, pero aún no prosperó ningún proyecto inmobiliario.
Una historia de amor entre primos hermanos
Las familias de Dardo Rocha y de Juana Paula Arana Merino convivían en una propiedad situada en Lavalle 835, en el actual microcentro porteño. Ambos eran primos hermanos por parte de la madre de él, por lo tanto, habían crecido juntos. De hecho, tan cercano fue ese vínculo que con el transcurso del tiempo aquellos niños se terminarían enamorando de adultos.
Sin embargo, formalizar no fue sencillo: la Iglesia no permitía el casamiento entre parientes de sangre. Por lo tanto, Rocha debió pedir permiso eclesiástico. Tras obtenerlo, se casó con Paula el 23 de agosto de 1873.
El matrimonio concibió cinco hijos, de los cuales, dos murieron en la infancia: Dardo Diego Juan José Carlos Rocha Arana y Dardo Melchor Ponciano Rocha Arana (el que le dio el nombre a la posterior basílica de 5 y 48, primera iglesia levantada en el casco céntrico de La Plata).
La pareja fue muy unida hasta sus últimos días y fallecieron con cuatro años de diferencia. En la actualidad, sus restos descansan en una cripta de la catedral de La Plata que se construyó especialmente para ellos, tras ser trasladados en la década del 40 desde la bóveda familiar ubicada en el Cementerio de la Recoleta.
¿Quién fue Dardo Rocha?
Dardo Rocha nació en Buenos Aires, el 1 de septiembre de 1838. Si bien trascendió a la vida pública con ese nombre, el de su nacimiento fue Juan José Carlos Jacinto Dardo Rocha y Arana. Se recibió de abogado, también fue dirigente político, diplomático, militar, periodista y docente. En su rol castrense, participó de las guerras civiles argentinas y con el rango de sargento mayor en la Guerra del Paraguay. Posteriormente se dio de baja en el Ejército Argentino.
En 1853, realizó la traducción de una pequeña novela que envió al periódico de Montevideo El recuerdo. De esta manera, se inició en el periodismo, un terreno en el que se desarrollaría hasta fundar un periódico el 19 de julio de 1857. Su proyecto se llamó La nueva regeneración y lo concretó junto a Felipe Varela y a Juan Chassaing.
En el plano político, fue presidente provisional del Senado de la Nación durante la presidencia de Nicolás Avellaneda (1876-1878), antes, durante y después de su mandato también se desempeñó como senador. Asimismo, fue diputado por la Provincia de Buenos Aires en los gobiernos de Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento.
Entre los cargos del último tramo de su vida, se destacó como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario en la misión especial ante el gobierno de Bolivia, cuyo objetivo era el de reanudar las relaciones diplomáticas binacionales, deterioradas a raíz del fallo argentino por la cuestión limítrofe peruano-boliviana.
Rocha realizó su gestión más destacada mientras gobernó la Provincia de Buenos Aires, entre 1881 hasta 1884. En su mandato, fundó la ciudad de La Plata, Necochea, Coronel Vidal y de Pehuajó y Tres Arroyos. También fue el mentor y primer rector de la Universidad de La Plata desde 1897 hasta 1905. Murió el 6 de septiembre de 1921.
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