La casona de Victoria Ocampo en Beccar es una manera de aproximarse a la singular historia de esta gran autora y promotora de los jóvenes autores de mediados del siglo pasado .
"Nuestra primera dama", la llamaba su contemporáneo Jorge Luis Borges. No fue el único que la consideró embajadora de las letras argentinas, promotora de los jóvenes artistas. Su espléndida residencia de Beccar, Villa Ocampo, funcionó de alguna manera como embajada, recibiendo a artistas consagrados del mundo entero.
Fue construida por su padre, el ingeniero Manuel Ocampo, en 1891. Él la heredó de su tía Francisca Ocampo de Ocampo, madrina de Victoria. En su habitación de esta casona puede verse una TV: es sabido que por las noches a ella le gustaba ver la novela más popular de la época, Rolando Rivas Taxista. Durante el día, se demoraba en su escritorio, donde asoma su máquina de escribir y los 11.000 libros de su biblioteca.
Allí están las dedicatorias de sus amigos Jacques Lacan y Graham Greene: "A Victoria, mujer de este siglo, única" (Lacan en 1966) y "para Victoria Ocampo, en memoria de las semanas felices que pasé en San Isidro y Mar del Plata" (Greene al dedicarle su libro, El cónsul honorario) y las primeras ediciones de libros como Orlando, de Virginia Woolf, con quien intercambiaba cartas en años en los que era habitual oírla discurrir sobre el rol de la mujer, sobre los cuerpos, la "sororidad" (así la llamaba ya en esos años) y la igualdad salarial.
La señora de los anteojos color marfil y cristales oscuros, había fundado la revista Sur en 1931, y en su casa recibió a Albert Camus, Roger Caillois, Gabriela Mistral, Igor Stravinsky, Federico García Lorca, Graham Greene, André Malraux, Indira Gandhi y Octavio Paz. Entre los argentinos, la lista sigue y vale recordar que una joven María Elena Walsh publicó sus textos por primera vez en su revista a los 18 años.
Cuando llegó a vivir a Beccar, en 1941, Victoria venía de vivir en una casa muy moderna, inspirada en el estilo de Le Corbusier, en el barrio de Palermo. Llevó a Villa Ocampo sus ideas más audaces. Incorporó muebles y objetos, como la mesa con sillas de paja del comedor y las lámparas Bauhaus.
Gloria Silva Seeber, responsable del Programa y Educación Observatorio Unesco Villa Ocampo, evoca estos rasgos desde la terraza de la gran casona. "Victoria tenía una gran capacidad para descubrir el talento de hombres y mujeres jóvenes y parte de su voluntad de habitar y construir un mundo más bello y en paz, se refleja en esta casa y en su decisión de donarla a la UNESCO en 1973", dice.
"Victoria luchó por lo que creía en años en los que las mujeres no levantaban la voz, y no hay tema sobre el que no se haya hecho preguntas; todo en esta casa confirma la profundidad de su pensamiento y su pasión por los libros, el arte y la belleza".
Fue la primera mujer en obtener un registro de conducir de la Argentina, la única en ser invitada a asistir a los históricos juicios de Nuremberg, la mujer que vestía pantalones en una época en que no se usaban y la primera mujer en ingresar a la Academia Argentina de Letras en 1977, por votación de sus pares y cuatro años antes de que Marguerite Yourcenar obtuviese el mismo logro en la Académie Française.
"Los sitios patrimoniales tienen el gran desafío de acercar estos espacios y personalidades a la gente y en el caso de Villa Ocampo –Monumento Histórico desde 1997–, busca preservar su figura tanto como promover la diversidad cultural a través del arte y la literatura", sintetiza Seeber.
Datos Útiles. Observatorio Unesco Villa Ocampo. Elortondo 1837, Beccar. T: (011) 4732-4988. unescovillaocampo.org
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