Viggo Mortensen, un argentino en la Tierra Media
Con el estreno de El señor de los anillos , que desde hace un mes lidera la taquilla de los cines norteamericanos, el actor saltó al primer plano de la atención mundial; en una charla con VIA LIBRE, comparó aspectos de la obra de Tolkien con lo que ocurre en nuestro país, en donde pasó su infancia
Viggo Mortensen está un poco asombrado por la repercusión que comienza a tener su figura en nuestro país. Aunque hay dos muy buenas razones para que esté en el ojo de la tormenta: la primera es que finalmente, el próximo jueves 31, se estrenará en nuestro país la película de la trilogía basada en El señor de los anillos , la famosa novela de Tolkien, donde Mortensen encarna a Aragorn, uno de los personajes centrales de la historia, en el papel más importante que ha realizado hasta hoy. La segunda razón, igualmente válida, es que este neoyorquino de nacimiento vivió su infancia en nuestro país, en los barrios de Palermo y Saavedra (salvo una corta temporada en el Chaco), hasta que a los once años partió junto a sus padres de regreso al gran país del Norte.
En diálogo telefónico con VIA LIBRE, en un castellano que conserva la entonación típica de los porteños, Viggo se muestra preocupado, como si el corralito bancario y la incertidumbre que azoran en estos días a los artentinos afectaran también el futuro de su carrera. "Estoy preocupado. Pero confío en que saldremos adelante", dice en un momento, al comparar las dificultades que enfrentan los personajes del film y la situación de nuestro país.
"Me tomé este personaje muy en serio. Bueno, me tomo el trabajo en cine muy en serio -comenta Mortensen-. Siempre trato de aprender algo nuevo. Pero esta vez tuve la oportunidad de trabajar más tiempo con mi personaje (este año se rodaron los tres films que corresponden a los tres tomos en los que se divide El señor de los anillos ). Sé que hay gente que se mete en el cine con el afán de hacerse famosa, o de ganar dinero, o de tener muchos chicos o chicas. Para mí, lo importante es lo que puedo aprender durante el proceso de hacer cine. Ni siquiera me interesa mucho el resultado final, aun cuando sea tan bueno como en este caso.
-¿Cómo llegaste a formar parte de la Comunidad del Anillo?
-Bueno, fue muy extraño. Estaba en Los Angeles y me llamaron para preguntarme si quería viajar al día siguiente a Nueva Zelanda, donde estaban rodando la película. Yo no había leído los libros, no sabía nada del asunto. No tenía idea de qué se trataba toda esta historia. Es decir que esto comenzó un poco como una historia más de las de Tolkien. Porque acepté y me fui sin saber qué iba a ocurrir. Ellos, el resto del equipo, ya llevaban un par de meses ensayando, aprendiendo a andar a caballo, a pelear con espadas, practicaban los dialectos de las distintas razas que intervienen en la historia, ya conocían el país. Habían rodado ya por dos semanas. En el avión comencé a leer el libro, gordísimo. Allí encontré similitudes entre la inspiración de Tolkien y la literatura y la mitología nórdica, que yo conocía, que había leído un poco (Mortensen es hijo de madre danesa. De allí su nombre artístico). Aunque por cierto hay gran cantidad de elementos universales, de cuentos, de arquetipos que pueden recordarle a uno muchas cosas. A veces se me ocurre asociarlo con cosas tan distintas como la poesía del Mediterráneo o con el Martín Fierro. Cosas que tienen que ver con el coraje, con la exaltación del trabajo de equipo y la importancia de la decisiones individuales que se encuentran en las tradiciones de todos los pueblos.
-Se te ve muy bien en el personaje de ese trotamundos conocido también como Trancos. Algo que no te debe ser ajeno por completo, ya que después de vivir un tiempo en la Argentina habrás aprendido bastante sobre el tema de las aventuras con final incierto.
- Bueno, en este momento me da mucha pena la situación que están pasando allá. Confío en que, como en otras ocasiones, saldremos adelante. Pero creo que mirá, justamente esto tiene que ver con Tolkien. El también escribió en los tiempos difíciles de Europa, antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, y había sido soldado durante la Primera Guerra. Y de algún modo, todo esto se refleja también en el libro (la amenaza del nazismo, y la unión de distintos pueblos para luchar en su contra). Los argentinos seguramente podrán encontrar algo importante en este cuento. No es solamente una fantasía, no es una película para ir al cine a pasar el tiempo, para fugarse y olvidarse de los problemas cotidianos. No se trata de un héroe o de un malo. Todos los miembros de la Comunidad tienen momentos de desafíos personales, de duda, de decisión. Y creo que lo que más valía para Tolkien, y también para mí, es la propia voluntad; la posibilidad que abre la responsabilidad que cada uno tiene de tomar decisiones, grandes o pequeñas, todos los días. Y de eso se trata este cuento. Lo que hace que esta película sea diferente, mucho más interesante, para mí, de lo que se suele ver normalmente en el cine de aventuras. Refleja el espíritu del libro.
-Estas reflexiones sobre la naturaleza del film dejan ver un espíritu inquieto por parte tuya. Sabemos que tienes un trabajo bastante desarrollado como pintor y fotógrafo, y que también escribís poesía. ¿Cómo conviven en vos estas inclinaciones diversas?
-Creo que la actitud es la misma para hacer cine que para encarar mis otros trabajos. La única diferencia importante es que en un caso, el proceso de escribir, sacar fotos o pintar, y el resultado final, me pertenecen, dependen totalmente de mí. En el cine, en cambio, el proceso es de comunidad. O sea, hacés cosas, te sacan cosas que no sabías que tenías, si te entregás. El resultado del cine, aunque como en este caso sea bueno, y refleje el espíritu y el trabajo que hicimos, la experiencia larga, bueno, dura, todo lo que ocurrió ellá en Nueva Zelanda, bueno, el resultado final no depende de mí. Para mí no es exactamente el personaje que hice yo. No es mi trabajo. Es el trabajo del director. Y eso es cuestión del medio. Es un medio diferente y el cine es del director, de la producción. Ya he hecho mi trabajo, y lo que más me vale a mí es el proceso, y eso ya fue. Lo pasé bien, guardo unas amistades y un recuerdo muy bueno de todo ello. Pero lo que hace el director con eso es cuestión del director. Me ha llevado muchos años lograr entender esto, aceptar que las cosas son así. Pero ya me he acostumbrado a divorciar el proceso del resultado, porque no me pertenece. Aunque me interesa, me gusta en este caso lo que ha hecho (el director) Peter Jackson.
-Ya que ahora estás desocupado, puedes venirte y traer a Gandalf El Mago (Ian McKellen), a ver si entre los dos grandes héroes pueden darnos una manito aquí, que parece que nos invaden los orcos.
- Ojalá pudiera ir. Le pedí a la compañía si me podían enviar para el estreno, pero se estuvo postergando y ahora yo estoy por inaugurar una exposición aquí, en Los Angeles, el 2 de febrero. Y estoy preparando cuadros. Pero quizá para la segunda parte sea posible.
Interviene Mariana Mangiarotti, de la oficina de Warner en nuestro país: "Podemos hacerla redonda, y el año que viene te venís al estreno de Las Dos Torres (la segunda película de la saga) y traes aquí también tu exposición...
"Me encantaría, si hay alguien allá que quiera mostrar las fotos -asegura Mortensen-. Pero si no, no importa, realmente me gustaría mucho ir de visita."
Números mágicos
- INFINITO son los años que puede vivir un elfo desde su nacimiento. Sólo pueden morir por heridas o de pena, y ni siquiera entonces mueren, sino que su espíritu va a otro lugar o se reencarnan.
- 250.000.000 de dólares recaudó la película en las primeras cuatro semanas, sólo en los Estados Unidos.
- 16.000 cartas ha recibido el director, Peter Jackson, pidiendo, rogando y amenazando para que respete al máximo el texto de Tolkien.
- 1200 páginas y 500.000 palabras, aproximadamente, tiene la trilogía de Tolkien en castellano.
- 400 son los sites, más o menos serios, en los que los ringers (fanáticos de El señor de los anillos) de todo el mundo se han pasado los últimos meses criticando o alabando al film.
- 274 días duró el rodaje simultáneo de las tres películas en Nueva Zelanda.
- 120 años vivirá comiendo perdices Arwen (encarnada por Liv Tyler) con Aragorn (Viggo Mortensen). El problema es que esto no ocurre en El señor de los anillos , sino en un apéndice del libro.
- 25 idiomas. Ese es el número de lenguas a las que se tradujo la obra leída por 100 millones de personas desde que apareció, en 1954.
- 17 millones de visitas tuvo la página oficial de la película ( http://www.lordoftherings.net ) el día en que estuvo disponible el primer tráiler.
- 12 años pasó Tolkien escribiendo El señor... La trilogía fue publicada entre 1954 y 1955.
- 3 son las características de los hobbits que les reportan un mayor número de simpatizantes en todo el mundo: fuman, beben y les encantan las fiestas.
- 1 El anillo. Es la madre del cordero. Es el pequeño objeto alrededor del que se mueve un universo entero.