Ni tan abiertos ni tan cerrados, así de libres y flexibles son los ambientes en los que se borran las fronteras establecidas para sumar espacios abiertos que mantienen sus usos bien definidos. Cerramientos de hierro con vidrio repartido, estructuras de madera o divisores son algunas de las opciones para lograr transiciones sin sobresaltos.
Expansión
Al suprimir la doble altura, el primer piso de este dúplex proyectado por el estudio Dipa Arquitectos ganó expansión. El cerramiento de vidrio repartido separa de manera elegante el living con escritorio del dormitorio. En la planta baja los arquitectos plantearon una estructura varillada que contiene el lavadero y el toilette
Con el color petróleo, la caja gana entidad y se despega de la decoración en tonos claros
Efecto fugaz
La trama de varillas de madera de kiri cierra la escalera de una manera liviana y natural como parte de la genial reforma de una antigua casa chorizo que ahora es un hogar abierto y versátil. Pero hay más: las arquitectas del estudio Ideï continuaron la estructura para generar espacio de guardado amplio e imperceptible
Paso abierto
En este caso, la arquitecta y fotógrafa Loli Clement cerró la escalera con una estructura de hierro que va de piso a techo, revaloriza el bajo escalera y marca el acceso al toilette. Además, sumó el cerramiento de vidrio repartido y así generó un recibidor que también es distribuidor
Industrial
Ubicado en el edificio de la ex fábrica textil de Alpargatas, en el sur porteño, este loft une el estilo industrial y cosmopolita con las señas de identidad de los barrios de La Boca y Barracas. El divisor con estructura en perfiles doble T que van de piso a techo fue el recurso de la arquitecta Cecilia Fidanza para plantear un límite sutil y lograr privacidad en el dormitorio.
Al ser de vidrio, el divisor no quita luz ni interrumpe las vistas largas de los ventanales. La estructura está en sintonía con la estética del loft que aún mantiene las paredes descascaradas y los techos de hormigón visto.
Lineal
En este PH reformado por el arquitecto Ignacio Szulman viven una mamá y su niño, que tienen sus habitaciones en las puntas opuestas. En el centro, la cocina y el comedor, lugar de reunión. Las puertas corredizas permiten ganar privacidad o integrar el espacio según sea necesario. Y son livianas: están hechas de chapa con estructura interior de caño, colgadas de un carrito superior y abajo simplemente tienen una guía.
De aquí en más
En madera de petiribí, el tabique divide el comedor de un living más íntimo y familiar, suma espacio de guardado y da soporte a la tele. Un recurso contundente y exquisito en armonía con el espíritu de esta casa proyectada y ambientada por el estudio LDMB, signada por espacios amplios, flexibles y piezas de diseño contemporáneo
Nuevo horizonte
La oscuridad era el principal problema de este departamento que como contraparte ofrecía una superficie generosa. La arquitecta y diseñadora de interiores Ana Azzano resolvió el problema: ganó luz y transparencia gracias al vidrio repartido que mejora la comunicación entre el hall y el living.
Monoambiente
La biblioteca divide el living de la habitación en este departamento de pocos metros que no se ve nada ajustado gracias a una buena distribución. Más allá de su rol de separador, funciona como tal porque aquí se lee mucho. En el living, un único gran sillón con comodidad de cama.
Apertura total
Los ambientes de colores oscuros también pueden dar sensación de calidez y eso lo deja claro el arquitecto Negro Williams. El comedor-quincho puede integrarse o aislarse del resto de la planta baja gracias a la fila de puertas pivotantes quemadas y teñidas de negro con herrajes de bronce, obra de Pablo Ledesma.
Zona neutral
Panel corredizo de por medio, el sillón y la cama se ubicaron alineados, para que pueda ver cómodamente la tele desde ambos lugares. Los sectores están definidos y mantienen la paleta de tonos neutros. Así trazó la interioriista Victoria Kon, creadora de la marca VK Home la distribución de este monoambiente en Belgrano.
Luces del centro
Imposible resistirse al encanto de las casas antiguas. La arquitecta Lucía Maranca Quijano, creadora del estudio Cuatroparedes, recicló esta casa chorizo en altura en pleno centro que ganó luz con los cerramientos de vidrio transparente en la galeria. Otro paño fijo en el pasillo suma luz al dormitorio principal.
Puesta en valor
El living y la cocina se conectan con un pasaplatos que se cierra con dos puerta de saligna que la dueña de casa trajo de su hogar anterior. Una forma cálida de darle nueva vida a los materiales que la acompañaron.
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