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Cuando esa tarde de verano las llamas amenazaron con devorarlo todo a su paso, los animales que habitan en el Parque Nacional Ciervo de los Pantanos, ubicado en el norte de la provincia de Buenos Aires, corrieron por sus vidas. Muchos encontraron refugio lejos del área donde habían comenzado los dos focos iniciales: uno en la zona del Río Luján y el otro en el sector entre el camino Islas Malvinas y el canal Tajiber. Pero otros simplemente no lo lograron.
Aunque los incendios son moneda corriente durante los meses más cálidos del año, lo cierto es que el contexto de sequía, la falta de una Ley de Humedales que proteja esas áreas claves de nuestro país y la desidia de aquellos que provocan de forma intencional un incendio, agravan la situación.
Dos cachorros de gato montés habían habían quedado huérfanos
En ese triste escenario, una gata montés melánica (Leopardus geoffroyi) había parido sus cachorros días antes del incendio. Lamentablemente la hembra no fue hallada por los guardaparques que recorrieron el lugar una vez que las llamas fueron controladas. Sin embargo, lo que encontraron los dejó sin palabras. Dos cachorros de entre 15 y 20 días de vida, habían quedado huérfanos y sus vidas corrían peligro. Tenían el pelo quemado por el fuego y los ojos afectados por el humo.
El gato montés es el más abundante de los felinos silvestres argentinos. De acuerdo a la región del país en la que habita, presenta una gran variedad de tamaños y colores. De hábitos nocturnos y con excelentes habilidades como trepador, se alimenta principalmente de aves y pequeños roedores como cuises y ratones.
“Por su aspecto y tamaño puede confundirse con un gato doméstico. Su distribución geográfica es muy extendida ya que se adapta a ambientes muy diversos. Habita desde selvas, montañas hasta desiertos fríos, sabanas, montes y bosques, incluso ecosistemas modificados por actividades humanas. Actualmente, a pesar de ser la especie de gato manchado más explotada por el comercio de pieles -entre 1976 y 1979, se exportaron de la Argentina 400.000 pieles de felinos, el mayor porcentaje de gato montés-, sus poblaciones se encuentran estables, categorizados como Preocupación menor por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, UICN. Aunque en años siguientes disminuyó la demanda, su conservación depende de la efectiva prohibición de la caza”, explica Lina Zabala, Coordinadora Operativa del Centro de Recuperación de Especies de Fundación Temaikèn.
Pesaban un poco más de 200 grs.
De inmediato fueron trasladados a la nursery del hospital veterinario de la Fundación Temaikèn. Pesaban un poco más de 200 grs., apenas podían ver y durante los primeros días, mientras se mantenían en observación, tuvieron que ser alimentados a mamadera. En esa etapa, todos los profesionales tomaron los recaudos necesarios para que los cachorros no tuvieran la impronta humana, es decir, que no asociaran su comida y cuidado con la presencia de personas. Un descuido en ese sentido haría imposible que más adelante tuvieran la posibilidad de volver a su hábitat natural y vivir en libertad.
Luego de un mes de cuidados, y teniendo en cuenta que su crecimiento era el esperado, los cachorros fueron reubicados en un recinto de internación externa del hospital. Allí comenzaron con una dieta sólida y a alimentarse por sus propios medios, lejos del contacto con personas.
Pasados 30 días más, fueron trasladados a un espacio especialmente acondicionado en el Centro de Recuperación de Especies de Temaikèn, con abundante vegetación y refugios. En ese nuevo ambiente, donde permanecerían hasta finalizar la cuarentena, les permitiría desarrollar comportamientos típicos de la especie. “Durante las siguientes semanas se observó que presentaban muy buen consumo de dieta y que mantenían una actitud evasiva o amenazante ante la presencia humana, comportamiento fundamental para poder evaluar sus posibilidades de regreso a la vida silvestre”, aclaró Zabala.
Su crecimiento se mantuvo con una evolución favorable. En un nuevo control en el mes de marzo registraron pesos de 730 y 800 grs. Tres semanas después sus pesos fueron 1,078 y 1,106 kg. y al 30 de abril ya registraban pesos de 1,706 y 1,880 kg. Esos pequeños cachorros de gato montés que ingresaron con solo días de vida, lograron su alta sanitaria y comportamental y ya se encuentran en el ambiente donde nacieron, en el Parque Nacional Ciervo de los Pantanos. El gato montés es un predador clave en la regulación de poblaciones de especies de importancia sanitaria, como los roedores silvestres.
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