Viajes más conscientes y enriquecedores
Tras la difícil experiencia que significó la pandemia, cada vez más gente busca desplazarse a entornos cuidados y en contacto con la naturaleza
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Desde que se vislumbró que el Covid-19 nos acompañaría durante un largo tiempo se puso en el horizonte al 2022 como el año de la recuperación turística. En este nuevo año que despunta se espera que los viajeros, muchos ya vacunados hasta con tres dosis, se movilicen en niveles similares a los de la prepandemia, según lo anunció Zurab Pololikashvili, secretario general de la Organización Mundial del Turismo. Aunque claro, nada será igual que antes, definitivamente. De eso no hay dudas.
Los viajes cercanos y nacionales se convirtieron en tendencia en la Argentina y en el mundo durante estos dos años. La seguridad de estar fronteras adentro, cerca de casa, se volvió un bien que se valora. Seguramente durante este año se seguirá por ese camino marcado por el turismo de proximidad y local, aunque se espera una reactivación de los viajes internacionales, todavía lenta, por los cierres de fronteras y las restricciones. La incertidumbre sigue –y seguirá– siendo compañera de viaje inseparable. La variante ómicron llegó para cambiar algunos planes: demorar aperturas, volver a cerrar las puertas a los visitantes según su procedencia y restablecer confinamientos, por ahora en el hemisferio norte, que atraviesa el invierno y va como siempre una “ola” adelantado.
Para tener una idea, el barómetro de la OMT sobre el turismo mundial indicó que durante el tercer trimestre de 2021 (el último informe disponible) los viajes internacionales aumentaron un 58% de julio a septiembre de 2021, comparado con el mismo período de 2020. Aunque siguen lejos de los valores prepamdemia: las cifras estuvieron un 63 % por debajo de los niveles de 2019, según datos disponibles de septiembre último. Hasta fines de noviembre, el 21% de las fronteras internacionales permanecían cerradas.
El mercado aerocomercial espera un crecimiento del 47% durante los próximos 12 meses, para alcanzar niveles similares al 2015 (con la pandemia se redujo a los niveles que había en 2005), según proyecta la IATA.
Las salidas en la naturaleza seguirán siendo las más buscadas. Los criterios de sostenibilidad que incluyen preferir el tren al avión, el turismo rural y ecológico que ayuda a las economías regionales y el consumo de productos locales ganaron espacio y llegaron para quedarse. Incluso, un paso más allá, ahora se habla del turismo regenerativo como nueva modalidad, que implica no solo cuidar sino revertir lo que se hizo mal, tanto a nivel social como natural y patrimonial. La revitalización activa del entorno debe producir resultados positivos para las comunidades y las economías locales.
Los grandes planes
Una reciente encuesta realizada por Youniversal para Booking entre viajeros argentinos muestra que hay un efecto de demanda contenida: más de la mitad de los argentinos encuestados espera para los próximos 12 meses viajar más de lo que lo hace habitualmente.
Algo similar sucede en el mercado norteamericano. Un estudio de Expedia deja ver que dos tercios de los estadounidenses están planeando hacer grandes viajes el próximo año, aunque el 59 % está pensando en destinos dentro de su país. De todas maneras, organizarán viajes más largos y más lujosos. Se gastará más y se priorizarán sitios con los estándares necesarios para garantizar seguridad sanitaria.
Buscar experiencias enriquecedoras más profundas es una de las nuevas tendencias de los viajes, un nuevo lujo consciente. Viajeros más exigentes que reclaman destinos y hoteles en armonía con la naturaleza y las comunidades de las que forma parte. También propuestas orientadas al bienestar físico, mental y espiritual, muy lejos del turismo “enlatado” de antes.
Las innovaciones tecnológicas seguirán escalando en 2022. Se espera que se masifique en diferentes aeropuertos del mundo el sistema por reconocimiento facial con datos biométricos para abordar un avión, sin necesidad de presentar documentos ni tarjeta de embarque. Solo bastaría con poner la cara frente a una pantalla para poder viajar. Si bien hace ya unos años que muchas terminales aéreas cuentan con esta tecnología, durante la pandemia otros aeropuertos aprovecharon para automatizar más procesos y avanzar con la implementación de este sistema sin contacto, que agiliza y evita aglomeraciones.
En el aeropuerto de Barajas, en Madrid, por ejemplo, ya han comenzado las pruebas para poner en marcha el proyecto de reconocimiento facial. Se espera que para este año todos los países que conforman el espacio Schengen, tengan un nuevo sistema biométrico de entrada y salida, dotado con avanzadas tecnologías de reconocimiento facial. A partir de marzo, por caso, se empezará a utilizar en varios aeropuertos de la India.