Viaje de prensa: maratones de eventos y de desfiles con fotos en red y hashtags
Recibo un email con el save the date del evento en un destino especial, en este caso es Roma, para el festejo de los 90 años de Fendi. Al poco tiempo, llega la invitación formal por correo con una ilustración de la icónica fuente que Fellini inmortalizó en La Dolce Vita, La Fontana di Trevi. Empiezan los emails de logística, horarios, vuelos, actividades, dresscodes, lookbooks, fittings. Editoras, socialités y actrices visitan los showrooms para elegir su look para el evento. Por lo general, se seleccionan dos o tres opciones para que las asistentes de prensa chequeen que nadie eligió el mismo vestido. Siempre hay modistas presentes que hacen ajustes a los vestidos de ser necesario. El look final es enviado al hotel en Roma donde espera junto a flores y regalos.
Para lograr asistencia perfecta, la marca charteó un Boeing 737 y lo cubrió con su logo y con copas de Champagne Ruinart, para transportar a editores e influencers de París a Roma. Durante el vuelo, muchos charlaron animadamente como si fuera un viaje de egresados, otros durmieron y otros trabajábamos. Suzy Menkes, la crítica de moda más importante de la industria, se quejaba de que el menú era demasiado sofisticado, mientras Chiara Ferragni, la influencer más popular de Instagram, se sacaba selfies con los asientos monogramados.
Observando los Alpes por la ventana y disfrutando de una deliciosa cheesecake, yo pensaba en cuánto había cambiado todo en tan poco tiempo. Hace pocos años, otra marca nos llevó en avión privado para ir a su desfile, y todos firmamos un contrato que nos prohibía compartirlo públicamente.
En el aeropuerto esperaban decenas de choferes con carteles de Fendi con nuestros nombres. Llegamos al hotel, nos cambiamos y rápidamente salimos rumbo al Palazzo Carpegna para el cóctel, al lado de la reluciente Fontana di Trevi. Flotando sobre una plataforma de acrílico transparente, las modelos mostraron la colección diseñada por Karl Lagerfeld sobre la recientemente reinaugurada fuente, después de más de un año de restauraciones financiadas por la Fundación Fendi for Fountains.
Terminado el desfile, las mujeres batallaron sobre el empedrado con sus tacos hacia los autos, rumbo a Terrazza del Pincio en Villa Borghese, para compartir una cena bajo las estrellas, disfrutando de una de las vistas más espectaculares de Roma. La fiesta duró hasta tarde, con la pista al mando de Giorgio Moroder con su música disco.
Al día siguiente, la marca aprovechó la ocasión para presentar sus nuevos Headquarters en el Palazzo della Civiltà Italiana, un impactante edificio de los 40, símbolo de la arquitectura fascista. Con una exhibición con espacios interactivos y juegos cinéticos, que mostraban el sofisticado trabajo artesanal de la alta costura de las pieles, la parte más popular fue la sala de espejos llena de muñequitos Fendi, que por lo general cuelgan de las carteras de las estrellas del streetstyle. #FendiRoma y algunos otros hashtags plagaron Instagram día y noche.
Terminado el recorrido, todos partieron hacia Nápoles al desfile de Dolce & Gabbana, para otra maratón de eventos, fotos y hashtags. Yo me despedí hasta el próximo Fashion Week y partí rumbo a Portugal para otro trabajo, que terminó con una inesperada fiesta en las calles de Lisboa, el día que salieron Campeones de Europa, ¡un verdadero espectáculo! n