Durante 10 meses, Laura Cristiano y Nicolás Ierino viajaron por 33 países de Asia, Europa y África. Después de mucho ahorrar y de tomarse un año para planificar el viaje, estos dos jóvenes argentinos pasaron casi todo el 2018 visitando pueblos y ciudades del mundo, siempre buscando el verano y con especial atención en optimizar su tiempo y su dinero. A medida que pasaban los días, se daban cuenta de que en un mes habían gastado menos que en su vida cotidiana en Buenos Aires.
Los primeros meses tenían algunas reservas hechas, pasajes de tren y avión sacados, y cuando tomaron confianza, improvisaron algunos destinos y trayectos. "El año previo de ahorro fue fundamental para tener estimado cuánto costaba cada cosa, desde comer en la calle en Camboya hasta un pasaje y así pudimos calcular de manera realista. Yo vendí todo, para hacer plata pero también como una forma de desprenderme de todo lo que me ataba", dice Nicolás, de 31 años, abogado que siempre trabajó en multinacionales. Laura trabajaba en Recursos Humanos y es profesora de danza. Ambos tenían una vida cómoda en Buenos Aires y la decisión de viajar fue para vivir una experiencia nueva y aventurera. Se conocieron hace 3 años en un grupo de Facebook de mochileros y al mes de estar saliendo ya estaban planificando un viaje, la pasión compartida está desde los inicios de la pareja.
Las estrategias para abaratar lo más posible el viaje fueron: alojamiento gratis y pasajes en aerolíneas low cost sacados con mucha antelación y sin despachar equipaje. "Todo el viaje lo hicimos con una mochila de 45 litros y una chiquita de mano, porque en estos vuelos, comprar equipaje puede ser más caro que el valor del pasaje. El más barato nos ha llegado a costar 10 euros entre dos ciudades de Grecia y la vuelta a Buenos Aires desde Barcelona la pagamos 300 dólares", dice Nicolás y agrega que tuvieron muy buenas experiencias con estas aerolíneas. El consejo: llevar comida, auriculares y manta. El alojamiento lo hicieron en su mayoría por couchsurfing, la plataforma que permite alojarte gratis en casa de un local, con la idea de conocer las ciudades a través de su gente, el lugar más extraño en el que durmieron fue en el aula de un instituto de inglés en Vietnam. También se hospedaron en habitaciones a través de Airbnb, que es una opción más económica que alquilar un departamento entero.
Laura cuenta que tuvo que cambiar el chip, "no es lo mismo que estar un año de vacaciones, estos son viajes de aventura, requieren un esfuerzo, hay que dejar los prejuicios de lado y adaptarte a comer, bañarte y dormir como lo hacen en esa cultura", y recuerdan, por ejemplo, que en Filipinas tuvieron que bañarse durante días con un balde, por un tema cultural no porque faltaran recursos, o el caso del anfitrión de Egipto que los recibía con mucha comida y podía tomarse a mal que no se terminaran el banquete. De este modo, fueron conociendo mucha gente, "no tuvimos ninguna mala experiencia, es lo que más nos impactó, la generosidad y buena predisposición de los anfitriones, de la comunidad viajera en general", dice Laura.
¿Cuánto sale esto en India?
La pregunta que más escucha esta pareja de viajeros es cómo se arreglaron con la plata, todos piensan que hay un secreto, que son millonarios, pero ellos insisten en que esta es otra manera de viajar y que solamente está buena si lo disfrutás, "si sos alguien que sufre de tener que ir al baño en un pozo o caminar una hora para no tomar un taxi hasta el aeropuerto, la veo difícil. Pero para nosotros es sentirnos libres", dice Nicolás que se obsesiona bastante con no gastar de más y cada vez que se sentían cansados y preguntaban cuánto costaba un taxi, hacía el cálculo de qué podían hacer con esa plata en India o Camboya, los dos países que les resultaron más baratos, dónde comían platos abundantes por 1 dólar cada uno. La frase que más repetía durante el viaje era: "con esa plata en India vivimos dos semanas".
Según los cálculos que hicieron, en los países más baratos, se puede vivir bien con 400 dólares al mes. Ellos en este viaje gastaron un promedio de 1000 dólares por mes cada uno incluyendo traslados, comida y alojamiento. Al comparar con su vida de 2017, último año que pasaron en Buenos Aires, gastaron menos de lo que significaba para cada uno de ellos el alquiler, las expensas y otros gastos fijos del auto y demás.
De todos modos, Laura y Nicolás tuvieron que ingeniarse para poder trabajar durante los 10 meses. Hicieron reseñas de restaurantes y de atracciones en los países que iban visitando que se publicaban en distintas plataformas de viajeros, guías y blogs, eso les daba una ganancia en dólares en el momento. También ya venían trabajando en su propio blog Vida de Viajes, donde recomiendan lugares, alojamientos, productos útiles para viajeros. Nicolás le tomó el gusto a este trabajo nómade y desde que regresaron a Buenos Aires, hace tres semanas, pasa sus días frente a la computadora escribiendo artículos, recomendaciones, subiendo fotos al Instagram y midiendo qué tiene más repercusiones. Este modo de trabajo le permite más flexibilidad y ganancias en dólares.
El próximo destino de esta pareja viajera es África. Quieren conocer el continente en profundidad. Están ansiosos por irse e intentarán que sea a mediados de año. El viaje de 2018 fue una prueba piloto y esta idea de vivir viajando, al menos por unos años, los entusiasma.
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