Verdades y mitos sobre el Omega3
Te dicen Navidad y Fin de Año, y ya empezás a saborear platos propios de estas fiestas: vitel thoné, pan dulce, sidra, escabeches varios y la lista sigue. Obvio, son celebraciones que se prestan para los excesos. Además de llevar una alimentación equilibrada y practicar ejercicio con regularidad, una alternativa para proteger tu sistema cardiovascular y reducir el estrés durante estas fechas, y en el resto del año, es a través del Omega 3.
De venta libre (y libre de gluten) en el mercado encontramos Regulip1000. Consiste en un suplemento dietario con un alto contenido de Omega 3 de aceite de pescado. Protege el sistema cardiovascular, ayudando a nivelar el colesterol y bajar triglicéridos.
Sin embargo, giran alrededor del Omega 3 ciertos mitos que queremos desterrar para entender cuán beneficioso es este suplemento y por qué deberías consumirlo.
Nuestro cuerpo no produce Omega 3 y por eso necesitamos suplementarlo
- Verdadero.
Los Omega 3 de aceite de pescado son necesarios para el normal crecimiento, desarrollo y óptima función de nuestro organismo en especial el cerebro y el corazón. El organismo no produce omega 3, por lo tanto, es necesaria su incorporación a través de la alimentación en base a pescados, lácteos huevos o suplementos dietarios.
Es lo mismo el Omega 3 de origen vegetal que el de aceite de pescado
- Falso.
Los Omega 3 de aceite de pescado tienen DHA y EPA que son los ácidos grasos esenciales para el organismo y los únicos que demostraron científicamente tener beneficios cardiovasculares. En cambio, los Omega 3 de origen vegetal (la chía, por ejemplo) contienen ALA, que son ácidos grasos que el organismo no puede asimilar, entonces los metaboliza transformándolos en EPA y DHA, pero sólo en porcentajes mínimos de hasta un 10%. Esto hace que los Omega 3 de origen vegetal no tengan todas las propiedades benéficas que sí tienen los Omega 3 de aceite de pescado.
El Omega 3 no solo ayuda a proteger nuestro sistema cardiovascular, sino también mejora la calidad de vida.
- Verdadero.
Además de ayudar a prevenir futuros infartos, el Omega 3 refuerza el sistema inmunológico y disminuye la posibilidad de estrés.
No es lo mismo consumir cápsulas de Omega 3 que los Omega 3 que hay en los productos lácteos, huevos y el pescado
- Verdadero.
La diferencia está principalmente las porciones. Son muy reducidas cuando están dentro de productos lácteos como yogurt, quesos o huevos. La dosis recomendada de Omega 3 es no menor a 1 gramo diario. Asimismo, se recomienda incorporar pescado en la alimentación, al menos 2 veces por semana y/o 1 a 2 cápsulas diarias de Omega 3 a base de pescado. En personas con problemas cardiovasculares, las dosis ascienden hasta 4 cápsulas diarias
LA NACION