Altas, estilizadas y con atractivos ramilletes de flores diminutas, son muy resistentes al sol y la falta de agua. Una guía de las distintas variedades y las claves para cultivarlas.
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Florecen durante largos períodos, atraen a mariposas y otros polinizadores y soportan los calores fuertes del verano y las condiciones de sequía: todo esto convierte a las verbenas en óptimas candidatas para sumar en parques y jardines, sobre todo en el contexto actual de cambio climático.
Existen unas 45 especies de verbenas y, aunque desaparezcan en invierno, es casi seguro que te volverán a sorprender en primavera.
Las verbenas tienen floración colorida y prolongada, desde octubre hasta abril. Las zonas templadas y cálidas del noreste argentino y sur del Brasil constituyen un gran centro de diversidad del género. Al igual que ocurre con Glandularia, existen numerosas especies nativas con potencial ornamental.
ESPECIES NATIVAS
Verbena bonariensis
Esta herbácea perenne de vida corta alcanza hasta dos metros de altura.
Sus largos tallos erectos, cuadrangulares y con pocas hojas le confieren un fuerte carácter vertical.
Desde mediados de primavera hasta el otoño produce llamativas inflorescencias esféricas, de color violeta. Es altamente valorada como planta ornamental en Europa, donde es muy cultivada, en particular en el Reino Unido.
Es considerada una especie emblemática en el diseño con herbáceas, por su porte arquitectural y ‘transparencia’ (sus tallos, casi áfilos o sin hojas, dejan ver las especies que se encuentran detrás). Por sus cualidades estéticas, facilidad de cultivo y buen comportamiento frente a las adversidades, fue distinguida con el premio al mérito en jardinería de la Royal Horticultural Society (RHS).
En Argentina es abundante en la Mesopotamia, noroeste y centro del país hasta Río Negro. También es nativa de Bolivia, Paraguay, Uruguay y Brasil.
Se considera maleza en Sudáfrica y Nueva Zelanda. Constituye una planta invasora de campos de cultivo, a veces agresiva; se la encuentra en suelos modificados, potreros, terraplenes, baldíos, rastrojos, donde el suelo es bien drenado, húmedo y fértil o también en suelo algo arcilloso.
En nuestro país se la conoce como yerbón. El epíteto bonariensis hace referencia a la ciudad de Buenos Aires, donde se cree que fue colectada por primera vez.
- Cultivo: requiere pleno sol y suelos fértiles y bien drenados. Soporta heladas y bajas temperaturas, hasta -10° C. Se reproduce por semillas que se resiembran de modo espontáneo en el jardín y se multiplica por esquejes. Es conveniente renovar las plantas luego de dos o tres años, ya que pierden vigor y la floración se torna de menor calidad. Es una planta de fácil cultivo y rápido crecimiento que rara vez se ve afectada por plagas y enfermedades en el jardín.
Sembrada en primavera, llega a florecer ese mismo verano, pero alcanza su máximo esplendor al segundo año
- Usos: indicada para canteros con herbáceas y gramíneas, en zonas de bajo mantenimiento o bajo la modalidad de xeriscaping. También se utiliza en praderas y jardines de estilo naturalista. Como es muy nectarífera, es visitada por las abejas y es cultivada en jardines para atraer mariposas. Además, sus tallos son empleados como posaderos por los picaflores.
Verbena montevidensis
De aspecto etéreo y delicado, esta especie nativa del noreste argentino y Buenos Aires, Paraguay y Brasil, abunda en praderas muy húmedas, bordes de zanjas y cercos de Buenos Aires.
Es una hierba perenne de aspecto grácil, erecta o decumbente, que alcanza hasta 80 cm de altura. Las inflorescencias terminales son breves y delgadas, poco evidentes, con corola de color lila o blanco. Las diminutas flores se caen rápidamente y lucen mejor en horas de la mañana.
- Cultivo: requiere suelos fértiles y húmedos, prospera a pleno sol o media sombra. Soporta elevadas temperaturas y sequía. Se reproduce por semillas sembradas en primavera. Se resiembra de modo espontáneo.
- Usos: apropiada para canteros y contenedores, junto a herbáceas de flores más grandes. Puede tener potencial como flor de corte acompañante. Es útil en praderas y jardines de estilo naturalista (al igual que Verbena litoralis y V. intermedia).
Verbena rígida
Herbácea perenne, rizomatosa, rastrera, con tallos florales ascendentes, que alcanza hasta 60 cm de altura. Las hojas dentadas son muy particulares por su textura, que recuerda al papel de lija y pueden irritar la piel.
Las inflorescencias de color violeta aparecen durante los meses cálidos, por un largo período, y son muy visitadas por mariposas. Existe una variedad con flores rosadas (‘Polaris’). Es nativa del norte y centro de la Argentina y también se distribuye en Brasil, Paraguay y Uruguay. Muy cultivada en Europa, fue galardonada con el premio al mérito en jardinería de la RHS.
- Cultivo: requiere pleno sol o media sombra y suelos con buen drenaje, pero no es exigente en cuanto a requerimientos de cultivo. Muy tolerante a elevadas temperaturas y sequía, también soporta heladas y bajas temperaturas, hasta -10° C si el suelo es bien drenado. Se multiplica por división de matas y esquejes y se reproduce por semillas. Para evitar que invada los canteros y crezca de manera desordenada, resulta conveniente descalzar las plantas en invierno y reagrupar los rizomas para obtener matas más compactas. Si bien tiende a ser invasora, los rizomas pueden removerse con facilidad. Si se poda ligeramente luego de la floración y se dispone de riego regular, vuelve a florecer.
- Usos: Es apta para borduras, canteros y rocallas. También puede cultivarse en contenedores amplios para controlar su tendencia invasora. Es indicada para incorporar en jardines para atraer mariposas. Aún está poco difundida en nuestro país y debería ser más cultivada.
ESPECIES EXÓTICAS
Verbena corymbosa
Herbácea perenne de porte rastrero, alcanza hasta 60 cm de altura. Florece con profusión durante el verano. La variedad ‘Gravetye’ produce abundantes inflorescencias compuestas por pequeñas flores de color lila, en forma de estrella.
- Cultivo: requiere pleno sol y suelos con buen drenaje. Es menos susceptible a oídio que otras especies de Verbena. Se multiplica por esquejes en primavera y se reproduce por semillas. Es de fácil cultivo y rápido crecimiento.
- Usos: muy apropiada para canteros, borduras, rocallas y contenedores, por su porte rastrero. Es poco utilizada en nuestro país.
Verbena hastata
Esta herbácea perenne nativa de Norteamérica posee tallos erectos y hojas lanceoladas, y alcanza hasta 1,5 m de altura. Las plántulas jóvenes son difíciles de distinguir de las de V. bonariensis, si bien esta es de mayor porte. Las flores violetas abren de a grupos pequeños, sobre delgadas inflorescencias ramificadas que semejan candelabros. Existe una variedad de flores rosadas (‘Rosea’) y otra de flores blancas (‘Alba’).
- Cultivo: debe crecer a pleno sol, en suelos húmedos, con buen drenaje. No es apta para zonas con suelos pesados, que permanezcan muy húmedos durante el invierno. Soporta hasta -20° C. Se reproduce por semillas sembradas en otoño, que deben quedar a la intemperie durante el invierno ya que pueden requerir estratificación para germinar adecuadamente. Las variedades selectas que producen flores de intensa coloración deben multiplicarse por esquejes tomados en primavera.
- Usos: en canteros con herbáceas anuales y perennes. Se destaca por sus delicadas inflorescencias, aspecto agreste y fuerte carácter vertical.
Verbena officinalis ‘Bampton’
Esta herbácea perenne, introducida en cultivo hace unos pocos años, alcanza hasta 75 cm de altura. Desde finales de primavera hasta el otoño produce abundantes flores rosadas, dispuestas en inflorescencias ramificadas e intrincadas. Las pequeñas flores parecen flotar en una especie de maraña creada por las inflorescencias, por lo que crean un efecto visual muy llamativo. El follaje rojizo adiciona valor ornamental, aun en la fase vegetativa. Es nativa del sudeste de Europa.
- Cultivo: a pleno sol, en suelos con buen drenaje. Especie rústica y de fácil cultivo, soporta bajas temperaturas y heladas. Se multiplica por esquejes y se reproduce por semillas sembradas a finales de invierno o primavera. Es conveniente reemplazar las plantas cada dos o tres años, ya que van perdiendo vigor.
- Usos: en canteros con herbáceas perennes y en contenedores. También es apta para xeriscaping, en rocallas y jardines de bajo mantenimiento.
Texto y fotos: Ing. Agr. Rolando Uría
LA NACION