Venden una casa con vecinos salvajes: una pareja de tigres
LA NACION
Una pintoresca cabaña de tres habitaciones en una zona rural del condado inglés de Norfolk, muy bien cuidada y elegante, se encuentra a la venta en el mercado inmobiliario local a un precio de 375.000 libras (US$ 494.000). La vivienda, empero, viene con un detalle adicional, que puede sumarle valor o, por el contrario, asustar a los compradores. Sucede que el fondo de la casa limita con un terreno donde habitan nada menos que dos tigres de Sumatra.
La propiedad en venta se encuentra en Filby, un pueblo de apenas 750 habitantes, donde existe una reserva para animales salvajes llamada Thrigby Hall Wildlife Gardens. Las estrellas de ese lugar son dos tigres, el macho Kubu y la hembra, Dua, que casualmente tienen su hábitat en un lugar que linda con el jardín trasero de la cabaña que está en venta.
De esta manera, quien se convierta en el dueño de esta vivienda recibirá, junto con las llaves de acceso a la misma, el singular beneficio de tener dos enormes felinos a rayas como vecinos. Esa es la intención, al menos, que muestra la inmobiliaria que vende la cabaña, la agencia Minors & Brady, que anuncia el inmueble como "la experiencia completa de vivir en el reino de los tigres" y dice que es una buena manera de darle un "giro salvaje" a la típica casa de campo.
La inmobiliaria anuncia la casa como una encantadora cabaña con techo de paja, con hall de entrada, sala de estar, comedor, cocina de planta abierta, baño familiar, tres dormitorios, un pequeño patio delantero y un caminito de acceso.
Y en el jardín trasero de este hogar campestre británico se encuentra la gran sorpresa salvaje. La pareja de tigres, una especie protegida, que en su hábitat natural, la isla de Sumatra,en el sudeste asiático, se encuentra en peligro de extinción.
Por supuesto que los felinos se encuentran imposibilitados de andar sueltos por el jardín trasero de la cabaña de sus vecinos. La inmobiliaria aclara, por si hiciera falta, que la reserva "está completamente cerrada" a través de alambrados, paneles y vallas.
El banco, la mesa, las sillas y la sombrilla que ornamentan el patio de atrás también se incluyen dentro de la venta de la casa, lo que significa que el lugar está listo para sentarse a tomar el té y mirar un rato a los tigres ni bien uno termine de hacer la mudanza.
Además de que la cabaña es de por sí acogedora y entrañable, parece también que el pueblo de Filby lo es. De acuerdo a lo que informa el medio británico LadBible, la comunidad del lugar tiene un espíritu solidario, vibrante y amigable.
Además, cerca de allí hay unas playas vírgenes muy bonitas. Y también, de regreso a Filby, se pueden visitar sus amigables pubs y restaurantes. Para tomar o comer algo lejos de los rugidos de los vecinos a rayas.
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