Hace 79 años, en la isla de Iwo Jima, Japón, el fotógrafo Joe Rosenthal, capturó uno de los momentos más representativos de la sangrienta batalla
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Es una de las fotos de guerra más conocidas: seis soldados alzando la bandera estadounidense sobre la cima del monte Suribachi, en la isla japonesa de Iwo Jima, durante la Segunda Guerra Mundial. Compañerismo, coraje y victoria en un solo instante capturado por Joe Rosenthal. En 1945, “Alzando la bandera en Iwo Jima”, como fue bautizada, ganó el Premio Pulitzer y sus protagonistas se convirtieron en celebridades. Además, la foto fue llevada al bronce y se esculpió el Memorial de Guerra del Cuerpo de Marines de Estados Unidos, que se encuentra en las las afueras del Cementerio Nacional de Arlington. También, hubo un sello de correo y su historia fue llevada a la pantalla grande por Clint Eastwood.
En síntesis, la fotografía de Rosenthal se convirtió en una de las instantáneas más emblemáticas de la historia. Pero su éxito estuvo empañado de dudas y versiones, e incluso hasta la identidad de sus protagonistas debió ser modificada luego de más de 70 años. Aquí su historia.
El origen de la batalla
La isla Iwo Jima, antiguamente denominada “Isla del Azufre” por los vapores sulfurosos que emanan de su suelo volcánico, se encuentra a 1223 kilómetros al sur de Tokio, Japón. Su proximidad con la capital japonesa convirtió a la pequeña isla (de apenas ocho kilómetros de longitud) en un blanco estratégico codiciado por la armada estadounidense, ya que allí podrían establecer las bases aéreas de los bombarderos para el ataque de las ciudades japonesas. Además, Estados Unidos, que para ese entonces ya había ocupado las islas Marianas, también al sur de Japón, advirtió que la isla de Iwo Jima, situada a medio camino entre Japón y el archipiélago de las Marianas, poseía además una estación con radar que alertaba a los japoneses del ataque de los bombarderos norteamericanos.
El 19 de febrero de 1945, luego de rodear la isla con 485 navíos y atacarla con un intenso bombardeo, se produjo el desembarco de más de doscientos mil soldados norteamericanos bajo las órdenes del general Holland Smith. Sin embargo, no imaginaron que se enfrentarían a un ejército japonés aguerrido, dispuesto a pelear hasta las últimas consecuencias.
Los japoneses, comandados por el teniente general Tadamichi Kuribayashi, esperaron a las tropas norteamericanas en tierra con 800 fortines y refugios bajo tierra, y casi cinco kilómetros en túneles. “Una pesadilla en el infierno”, fue como lo describió el corresponsal de guerra del Time-Life, Robert Sherrod. La resistencia japonesa fue tenaz. Recién, cuatro días después, el 23 de febrero, los norteamericanos lograron tomar el monte Suribachi, el lugar donde Rosenthal tomó la icónica foto.
Una segunda toma y un héroe desconocido
A contrario de lo que podría intuirse, la captura de Rosenthal no representa la primera bandera que se colocó en el suelo japonés. Aquella mañana, horas antes de la toma de Rosenthal, un equipo de soldados de la infantería de marina norteamericana ya había izado una pequeña bandera estadounidense en el lugar. Ese momento fue capturado por la cámara de Louis Lowery, el fotógrafo de la revista militar Leatherneck. Aunque quedaron olvidados en la historia, los soldados de esta primera toma y que, en definitiva, fueron los verdaderos héroes de la toma del Suribachi, fueron el cabo Charles W. Lindberg, el sargento Ernest Thomas, el sargento Henry Hansen y el soldado James Michels.
Luego de colocar la bandera, como el lugar aún no estaba asegurado, comenzaron a llegar los disparos de las tropas japonesas. En ese momento, en un acto reflejo Lowery se agachó para protegerse pero rompió su cámara y fue por eso que debió descender del monte para buscar un equipo de repuesto. En su camino, Lowery se cruzó con Rosenthal y le dio la noticia: la bandera ya había sido izada. Pero a Rosenthal no le importó. Siguió subiendo por el sendero escarpado con el objetivo de que su “esfuerzo valiera la pena”, contó luego. Y sin dudas lo valió. Aunque llegó más tarde, fue el momento adecuado. Rosenthal llegó cuando se produjo el reemplazo de la primera bandera.
Aunque no están claros los motivos por los que se decidió la sustitución, para algunos la primera bandera era muy pequeña y no era visible desde otros puntos más alejados de la isla y por eso se envió a un segundo equipo para colocar una más grande, otros sostienen que fue el secretario de la marina, James Forrestal, quien pidió conservar la primera bandera como recuerdo y ordenó su cambio; independientemente del motivo, cuando se produjo la sustitución por una bandera más grande Rosenthal estaba allí y en un acto reflejo, sin siquiera a llegar a mirar por el visor, disparó. Luego, le pidió a todos los soldados que estaban en el lugar que posaran debajo de la bandera creyendo que esa sería la imagen que lograría vender. Lo que nunca imaginó es que su toma anterior, la improvisada y producto del instinto, sería la que lo llevaría a la fama.
17 horas y media después su foto estaba en todas las portadas de los diarios norteamericanos. Por la imagen, Rosenthal obtuvo 4200 dólares y ganó un Premio Pulitzer (normalmente el premio se otorga a la imagen publicada en el año calendario anterior, pero con la fotografía de Rosenthal se hizo una excepción y recibió la distinción dos meses después de haber sido tomada).
En un primer momento, los protagonistas fueron identificados como los soldados Franklin Sousley, Harlon Block y Michael Strank, quienes murieron en combate; mientras que el oficial médico John Bradley y los marines Ira Hayes y Rene Gagnon sobrevivieron y después de la foto, se convirtieron en celebridades en los Estados Unidos. Al ver la aceptación que generaba la imagen en el pueblo norteamericano, el presidente Franklin Roosevelt ordenó que los soldados regresaran a los Estados Unidos para ser aclamados como héroes y recorrieran el país vendiendo bonos de guerra para financiar el enfrentamiento.
La verdadera identidad de los soldados
Sin embargo, debieron pasar más de 70 años y una investigación, para que la verdadera identidad de los protagonistas se conociera. En efecto, en 2016, el Cuerpo de Marines determinó que no fue el médico John Bradley uno de los marines que sostuvo el estandarte, sino que quien aparece en la imagen es, en realidad, el soldado Harold Schultz.
Schultz sobrevivió a la guerra y murió a los 70 años en 1995. En una entrevista para un diario norteamericano, su hijastra, Dezreen MacDowell, dijo: “Me alegra que haya tenido su reconocimiento, pero me hubiera gustado que hubiera sido cuando estaba vivo”.
La investigación sobre la identidad de los marines quedó abierta y el 16 de octubre de 2019, tres años después de que trascendiera la verdad sobre Schultz, se anunció que había otro soldado en la foto que había sido erróneamente identificado. Fue el caso del soldado Rene Gagnon, el marine que se ve en el lado opuesto del asta de la bandera, con solo su casco visible. Con el apoyo del FBI y aportes de historiadores privados, el cuerpo de Marines determinó que quien aparece en la fotografía es, en realidad, el soldado Harold Keller.
Keller sobrevivió a la guerra y regresó a los Estados Unidos para vivir con su esposa Ruby y sus tres hijos. Falleció a los 57 años, en 1979.
La batalla de Iwo Jima fue una de las más sangrientas de la historia, se estima que murieron casi 7000 soldados norteamericanos y más de 19.000 resultaron heridos, aunque la peor parte se la llevó el Ejército Imperial Japonés con la pérdida de, al menos, 20.000 soldados que murieron en la batalla o se suicidaron antes de ser capturados.
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