Vacaciones en la oficina: los que nos quedamos en la ciudad no damos abasto
Hola, Andrea
Te escribo desde la oficina, que está casi vacía. Tres integrantes de mi equipo aprovecharon los fines de semana largos de Navidad y Año Nuevo para tomarse tres días de vacaciones que tenían pendientes y lograr así un descanso de once días corridos. Y está bien, se lo merecen, cada uno de ellos me dio sus razones y todas me parecieron válidas. Pero no pensé en lo que se me venía encima. Aunque la actividad afloja un poco en esta época, los cuatro que quedamos no damos abasto. El 24 trabajamos todos hasta tarde. Yo me fui último, a las 8 de la noche, enojado con la empresa y con los que se fueron, y sobre todo conmigo mismo por ser tan blando y dejarme presionar por los deseos de los demás. Estaba tan cansado que casi no llego al brindis, me dormía en la mesa. Y sospecho que el 31 me va a pasar lo mismo. No quiero ni pensar lo que va a ser la segunda quincena de enero, porque mis vacaciones coinciden con las de dos de mis reportes. Ya veremos cómo nos acomodamos, pero ¿cómo hago para que no me pase lo mismo que el año pasado, mi familia disfrutando de la playa y yo pegado al celular contestando llamados y mails a toda hora?
Te mando un saludo y te deseo un feliz Año Nuevo
Santiago
Hola, Santiago
Antes que nada, ¡Feliz Año Nuevo! Ya pasó el 31, y espero que lo hayas podido disfrutar.
Faltando sólo unos días para tus vacaciones, quizás mi consejo te llegue un poco tarde. Pero te puede ser útil para el año que viene, y tal vez todavía haya algo que puedas hacer para lograr desenchufarte y divertirte junto a tu familia.
En las compañías suele ocurrir con frecuencia que la gente tiene mucho tiempo de vacaciones acumulado y a veces lo termina perdiendo, con el costo que eso tiene para su salud y su rendimiento. Por eso es valorable tu gesto de escuchar las necesidades de tus reportes y habilitarles esos días de descanso que les corresponden de la manera que más los favorece. Sin embargo, por lo que me contás, eso trajo una sobrecarga de trabajo que no anticiparon para vos y para las personas que se quedaron. Subrayo que no anticiparon porque ese es quizás el origen de los problemas, y lo que eleva la probabilidad de que te vuelva a pasar.
Piensen de ante mano cómo van a tapar los baches
Armar las vacaciones de un equipo es un rompecabezas difícil, de muchas piezas, y cuando no está planificado con tiempo, siempre hay alguien que termina perdiendo, que en el caso de las fiestas de fin de año fueron vos y parte de tu equipo. Dejar todo para último momento, o confiar en que "ya veremos cómo nos acomodamos" puede dejar insatisfechos a muchos, porque no todos pueden improvisar las vacaciones. La mayoría necesita saber las fechas con anticipación para poder coordinar con otros miembros de su familia, organizar sus reservas o saber con quién van a dejar al perro, entre otras cosas.
Para garantizar la equidad, y para que todos puedan tener su descanso en tiempo y forma sin afectar la productividad, es importante evaluar sistemáticamente el impacto de las vacaciones en la totalidad del equipo: ¿cómo vamos a cubrir al que se va?, ¿cuántos vamos a quedar para llevar adelante las tareas? Dentro de estos parámetros podemos armar el calendario junto con el equipo, atendiendo lo más posible a las preferencias individuales.
Cuando te vayas, aclará cómo se comunicarán
Lo que todavía estás a tiempo de hacer es proteger tus días de vacaciones de interrupciones y consultas innecesarias. Para que puedas estar tranquilo, es clave que prepares a tu entorno. En primer lugar, es bueno que definas y comuniques con claridad a tu equipo los grados de alerta: ¿En qué situaciones es importante o urgente que te busquen, y preferís que te busquen? ¿En cuáles no? ¿A quién pueden recurrir en tu reemplazo? Podés pedirle a alguna persona que esté atenta a tu equipo, que los cuide, que les pregunte cómo van. Y avisarle al equipo que esta persona es tu backup, que está disponible por si necesitan algo.
En cuanto a los proyectos en curso: ¿cuál es relevante que siga funcionando? ¿Cuál puede quedar en stand-by hasta tu regreso? Las personas que quedan a cargo tienen que estar avisadas de estas decisiones con anticipación.
Aprovechá el diálogo
Ya de vuelta, si el ritmo lo permite, es bueno aprovechar cuando hay menos personas en la oficina para tener un contacto más cercano con algunas de ellas. Son espacios interesantes para conocerlas y guiarlas, para afianzar las relaciones. Si baja la cantidad de trabajo en el verano, es un momento para hacer capacitaciones y trabajar la mejora continua, repensar los procesos, hablar de cómo nos estamos comunicando, de los desafíos futuros para los que nos tenemos que preparar como equipo.
Hacer un buen diagnóstico de por qué hoy estás enojado y sufriendo, y articular con anticipación el rompecabezas de las vacaciones, puede ayudarte a disfrutar con tranquilidad tus próximas vacaciones y evitar que te vuelvas a enredar el año que viene.
¡Feliz año nuevo, y que disfrutes de tu descanso!
Consultorio digital Terapia de Negocios
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