En una de las cenas que suele organizar en su taller, el orfebre contó anécdotas sobre los bastones presidenciales y reveló detalles de su charla con el candidato a presidente por La Libertad Avanza
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El taller museo de Juan Carlos Pallarols, el artesano de ascendencia catalana encargado de realizar en plata los bastones presidenciales, impacta visualmente por su decoración: cargada de objetos de valor histórico, piezas de orfebrería y, por supuesto, las máquinas y miles de herramientas que le permiten hacer su trabajo. Pero, quienes se acercan a conocer este lugar, bien saben que la charla será intensa. Desde las habituales cenas que realiza con sus amigos, hasta los encuentros promovidos por empresas y particulares, las anécdotas cobran protagonismo y sus declaraciones hablan más del país en que vivimos que del propio Pallarols. Más aún en tiempo de elecciones presidenciales...
Un bastón para Javier Milei
“Todos los bastones son iguales, solo cambia el largo porque depende de la altura del presidente”, aclara el orfebre mientras muestra a un grupo de periodistas el prototipo que siempre conserva y que es el que aprobaron para confeccionar el primer bastón de la apertura democrática de 1983, el que usó el doctor Raúl Alfonsín.
De inmediato enumera: “Le hice dos a Menem y a todos los que vinieron después hasta ahora”. Una tarea a la que nunca se negó, porque como aclara, “respeto la voluntad del pueblo”. Claro que en tiempos previos a definir en las urnas quién será el próximo presidente, los comentarios no cesan y las inquietudes disparan la primera de las confesiones que Pallarols comparte sin problema, aunque un tanto sorprendido: “Milei me llamó para preguntarme si yo le haría un bastón con la melenita”. Respetuoso del proceso electoral, y al no estar definido aún quién será el presidente, no dijo si lo haría o no. Pero sí aclaró que será un tema a conversar con quien resulte elegido. Y cerró su comentario con un remate contundente: “Si lo vota el pueblo argentino…”
Y no fue la única anécdota que lo conecta al candidato a presidente. Uno de sus mejores clientes es Carlos Maslatón, el abogado y analista financiero que perteneció al partido liderado por Javier Milei, La Libertad Avanza. “Hace 2 años me dijo ‘invitálo a comer a Milei así te cuenta qué es lo que está haciendo’. Lo llamo, le pregunto y me dice: ‘sí, pero hablá con mi hermana y arreglá con ella’. Al llamarla para definir el día y otros detalles de la cena, la respuesta de Karina dejó sin efecto la invitación: ‘Está bien pero te voy a dar un numerito para que me deposites 2 mil dólares’”, concluye el relato Juan Carlos.
La historia del bastón de Perón y del primero que firmó Pallarols
El bastón presidencial se hace para cada presidente. Una vez terminado el mandato, cada Jefe de Estado se lo lleva consigo. El único bastón de mando que no sigue esta tradición es el del gobierno de Santa Fe, allí se entrega en cada nueva elección el bastón original y se le otorga a la autoridad saliente otro, también como el presidencial, hecho por Pallarols.
-¿El primer bastón presidencial que realizó es el que usó Raúl Alfonsín?
-En realidad, yo le hice el bastón a (Juan Domingo) Perón, pero no lo firmé yo porque lo firmaba la casa de joyas Ricciardi. Me pagaban dos mangos por hacerlo y ellos lo vendían en 14 mil dólares. Para ver la relación, en ese momento yo me compré un departamento en Cerrito y Posadas que pagué 3200 dólares y ellos cobraban el bastón 14 mil.
-¿Qué sensaciones tuvo cuando le pidieron cincelar el bastón que recibiría el presidente el 10 de diciembre de 1983, cuando el país recuperaría la democracia?
-Me llaman para hacer un bastón de mando, pero no iba a hacer el mismo bastón que se hacía desde 1932, diseñado por un dictador para otro dictador. De José F. Uriburu al presidente Agustín P. Justo. Era un bastón de caña de malaca con la empuñadura de oro. Tenía la columna trunca francesa, a la inversa, ¡nada era nacional! Entonces propongo hacer este en plata con 24 cardos, uno por cada provincia argentina y tres pimpollos de cardos por las Islas del Atlántico Sur. Y... ¿con quién me topo para pelear por el diseño? Con el capitán (Adolfo) Scilingo; él me decía’ hacé lo que te digo’, y yo ni sabía quién era. El susto que me pegué cuando me enteré que era el responsable de los vuelos de la muerte.
-Usted defendió su diseño y nunca más lo vio.
- Si, pero para la época en la que hacía el bastón de (Mauricio) Macri, me llama la esposa contándome que él (por Scilingo), por entonces preso en España, me quería hablar, si yo lo iba a atender. Era para pedirme disculpas, que había visto en los medios que estaba haciendo un nuevo bastón y quería reconocer que había sido un “poco atrevido”.
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