Una historia real
La boda de la argentina Máxima Zorreguieta con el príncipe Guillermo de Orange, heredero de la corona holandesa, es un hito histórico tanto para la Argentina como para Holanda. En esta nota los detalles del casamiento y, con exclusividad, el álbum de la princesa
AMSTERDAM.– En la Argentina, el matrimonio de Máxima Zorreguieta con el príncipe Guillermo Alejandro, tratándose nuestro país de una república, no forjará alianzas políticas ni dinásticas. Pero eso seguramente no disminuirá el interés de los argentinos por ver en vivo y en directo a una compatriota ingresar por primera vez en lo más granado de una monarquía europea.
En Holanda, se descuenta que la transmisión televisiva batirá todos los récords de rating teniendo en cuenta que la emisión del anuncio del compromiso, en marzo último, fue el programa con la más alta audiencia del año (3,9 millones). Nadie sueña, por supuesto, con superar el marcador de 750 millones alcanzado hace 20 años por Diana Spencer y el príncipe Carlos.
Amsterdam se va a transformar durante la semana de la boda real en una suerte de Fuerte Knox. Por ejemplo, cada uno de los 250 periodistas acreditados para cubrir los festejos (un trámite realizado ante la Casa Real con más de un mes de anticipación) han visto sus antecedentes sometidos a una investigación exhaustiva de la policía holandesa, en coordinación con la Interpol. Y esto por más que la mayoría deberá seguir la ceremonia a través de monitores de televisión. La era post-11 de septiembre impone, sin embargo, no confiarse.
Las probabilidades de una revuelta popular en repudio al pasado del padre de Máxima son remotas. Nadie salió a protestar durante el debate parlamentario que terminó en la aprobación oficial del enlace en junio último.
El programa de festejos oficiales comenzará el jueves 31, a las 18.30, con una cena y baile en el Palacio Real de Amsterdam al que asistirán exclusivamente invitados personales de los novios. El día siguiente será el de las celebraciones compartidas con el público. La pareja asistirá a un concierto especial de mediodía de la Royal Concertgebouw Orchestra en el teatro que lleva su nombre y culminará la jornada recibiendo en el primer estadio de fútbol con techo deslizable del mundo, el Amsterdam Arena, el Regalo de la Nación, una ofrenda escogida por votación popular, durante un show animado por cantantes de rock y pop holandeses que no terminará antes de las 22.
Esto le restará unas cuantas horas de sueño a Máxima antes del gran día. Como sus compatriotas en la Argentina, la joven se verá forzada a madrugar. En su caso, para calzarse el traje de novia porque, como es habitual cuando se trata del enlace de un heredero al trono, tanto la boda civil como la ceremonia religiosa se realizarán el mismo día.
Cómo será el vestido y quién es su autor son dos de los secretos mejor guardados en el reino. Los diseñadores holandeses esperan que Máxima imite a Lady Di transformándose en la gran embajadora de sus creaciones. Esto puede haber sacado de carrera a la argentina Graciela Naum, a quien Máxima confió su guardarropa durante un tiempo.
Algunos apuestan a la elección de una figura neutral que podría ser el famoso couturier Valentino o el modisto belga Edouard Vermeulen. A Máxima se la ha visto en las últimas semanas en Bélgica, donde se sabe que compartió junto a sus padres por lo menos una cena en el Château La Hulpe, en las cercanías de Bruselas, con miembros de las familias reales belga y holandesa.
Las normas de etiqueta que deberán respetar las damas son llevar sombrero y evitar que sus vestidos sean de tonos reservados a otro tipo de ceremonias –como el negro de luto– o que compitan con el blanco de la novia.
El rubio cabello de la joven será coronado por una diadema de la colección de la Casa de Orange. Nadie descarta que pudiera tratarse, como ocurrió con su anillo de compromiso de diamantes y piedras naranjas, de un diseño de su prometido, Guillermo Alejandro.
Desde el punto de vista histórico y constitucional, la primera cita de la jornada –la boda civil– será la más significativa.
Tendrá lugar en un sitio inusual: el edificio de la Bolsa (Beurs of Berlage), en el centro histórico de esta ciudad portuaria con profundas raíces mercantiles. Su director, G. Bakker, se confesó sorprendido por la elección de un recinto que albergó operaciones de compra y venta hasta 1998. “Hemos sido sede de conferencias y de exhibiciones, pero nunca de una boda”, dijo.
El lugar habría sido escogido no sólo por contar con el hall más grande de Amsterdam (se esperan unas 5000 personas), sino también por cuestiones de seguridad. La iglesia se encuentra a escasas cuadras de distancia, lo que abreviará el trayecto en carruaje de la pareja y de su entorno de VIP.
El alcalde de Amsterdam, Job Cohen, conducirá la ceremonia. “Tan pronto digan Sí, quiero y estampen la firma en el registro, Máxima se habrá convertido en princesa. Será entonces cuando realmente formará parte del destino de nuestro país”, destacó Eno Wubben, jefe de la Biblioteca de la Casa Real.
Sin necesidad de arrodillarse ante la reina o de inclinarse ante un obispo, la joven recibirá los títulos de princesa de Holanda, de Orange-Nassau y de dama de Ambsberg. No compartirá, sin embargo, el título de su marido, príncipe de Orange, al menos hasta que él se convierta en rey.
“Máxima no será princesa de Orange porque desde la Constitución de 1983 ése es un título temporal en Holanda otorgado exclusivamente al heredero del trono mientras espera para colocarse la corona”, explicó Wubben.
Una restricción que seguramente no ocupará la mente de la muchacha en camino a la igle-sia (ver recuadro). La invitación cursada en noviembre último al ex presidente Fernando de la Rúa permanece vigente en reconocimiento al positivo papel que jugó durante las negociaciones que impidieron que el amor de Máxima por Guillermo Alejandro se convirtiera en una disputa entre Estados. Al nuevo jefe de Estado argentino se le ha enviado también una invitación. Habrá que ver si la crisis permite tanto a uno como al otro abandonar el país, especialmente cuando éste ya estará bien representado por el embajador Alberto Davérède.
Los recién casados abordarán el Carruaje Dorado (una carroza digna de Cenicienta, que data de 1898) para regresar al palacio seguidos por el resto de la familia real. Miles de súbditos, algunos engalanados con trajes típicos de distintas provincias holandesas, otros con enormes sombreros naranja en forma de corona, saludarán su paso con leal fervor. Y, vamos, ¿a quién no se le va a caer también del otro lado del Atlántico algún lagrimón al ver a los enamorados darse un beso en el florido balcón del Palacio Real? A veces bien vale hacer propia la felicidad ajena.
El abuelo materno
Por José Claudio Escribano
Atrás, en el centro de esta escena familiar, aparece el doctor Jorge Cerruti, abuelo materno de Máxima. Murió antes que su mujer, María del Carmen Carmenza Carricart. He conocido matrimonios de excepción, de los que suele decirse que han sido constituidos por personas que nacieron una para la otra. Pero no estoy seguro de que tal condición pueda haberse dado en más alta medida que entre esas dos encantadoras personas, de cuya amistad disfruté.
Hijo de un médico célebre en el pago chico y radical alvearista en las primeras décadas del siglo XX en Pergamino, hermano y tío de médicos, Jorge Cerruti lo fue de igual manera que aquéllos. Una dolencia física lo apartó de la cirugía general al promediar la carrera, en los años cincuenta. En adelante ejerció como anestesista, siempre en la Clínica Pergamino.
Jorge Cerruti tuvo ocho hermanos: siete varones y una mujer, Marcia.
Lo recuerdo por su bondad, por su simpatía y distinción natural, el amor por el campo y los caballos, por las lecturas criollas y costumbristas de Justo P. Sáenz y por el cariño con el cual procuraba prolongar las tradiciones familiares. Una de las ramas de las que provenía su madre eran los mismos Acevedo de los que derivaba la madre de Jorge Luis Borges, Leonor.
Después de dejar el ejercicio activo de su profesión, Jorge Cerruti vivió por unos años en la calle Juncal, entre Austria y Agüero. Antes de eso, venía con alguna frecuencia a Buenos Aires y no era raro que aprovechara los viajes desde Pergamino para visitar a doña Leonor Acevedo, en el departamento que ocupaba con Jorge Luis, en Charcas y Maipú.
El doctor Cerruti tenía en alta estima la cultura y memoria de Leonor Acevedo: también, el devoto servicio con el que suplía las inhabilidades de su hijo, el gran escritor.
No olvidaba tampoco la altivez con la cual doña Leonor había hecho frente a las vicisitudes de la política y al escarnio autoritario de los años cuarenta y cincuenta.
Leonor Avecedo murió a los 99 años, en julio de 1975. Jorge Cerruti no volvió desde entonces a la casa de Borges, que sobrevivió a su madre por algo más de diez años.
Máxima en el altar
- Para dar el sí: lo que ocurrirá en la catedral medieval de Amsterdam Nieuwe Kerk será una bendición bajo el rito protestante. El recinto fue escogido supuestamente por ser más espacioso que la iglesia de Westerkerk, donde contrajeron matrimonio la reina Beatriz y el príncipe Claus. Algunos dicen que fue para aventar el espectro de los disturbios con bombas lacrimógenas registrados en 1966 en contra del ingreso en la casa real de Claus, un alemán que, como la mayoría de los jóvenes de su edad, integró las filas de la juventud hitleriana.
El reverendo C. A. ter Linden, ministro emérito de la iglesia Kloosterherk, oficiará el rito. En primera fila, cerca del altar, se acomodarán la familia real y los hermanos y hermanastros de Máxima: Angeles, María, Dolores, Martín, Juan e Inés. En segundo lugar, jefes de Gobierno y de Estado, así como miembros de la nobleza de más de una docena de países, incluido Carlos de Inglaterra.
Máxima llegará al altar directamente del brazo de su prometido, no porque su padre no va a asistir, sino porque en la tradición holandesa la novia jamás es conducida o entregada al novio. Esto seguramente ayudará a la joven a soportar el vacío dejado por la ausencia de sus padres.
La pareja no pasará la ceremonia de pie, sino sentada en dos ornamentadas sillas ubicadas en la nave central de la iglesia. Y sólo se acercarán al altar mayor para pronunciar el tradicional Sí, quiero y recibir los anillos de mano del reverendo Linden, por cuanto no habrá padrino ni madrina para acercarlos. El servicio, animado por música del organista Bernard Winsemius, la soprano Miranda van Kralingen y el coro Netherlands Chamber, concluirá con la entrega al novio de una Biblia bendecida por el prelado.
Dónde se casarán
Nieuwe Kerk
Construída como una iglesia católica dedicada a Santa María y Santa Catalina, pasó a manos de los protestantes en 1578. Desde 1814 este templo ha sido la sede para la coronación de todos los reyes y reinas de Holanda.
Casamientos reales de la dinastía
El casamiento de Máxima Zorreguieta con Guillermo Alejandro será el octavo de la dinastía Orange. El rito de su matrimonio será idéntico al que se celebró hace un siglo (en 1901 en La Haya) en el matrimonio de la reina Guillermina con Enrique.
Reyes
- Guillermo I (1772-1843), casado con la princesa Federica
- Guillermo II (1792-1849), casada con Ana Paulova
- Guillermo III (1817-1890), casado con la princesa Sofía Matilda
- Guillermo III , tras enviudar se casa nuevamente con la princesa Emma
Reinas
- Guillermina I (1888-1962), casada con el príncipe Enrique
- Juliana (1909), en el príncipe Bernardo
- Beatriz (1938), con el príncipe Claus (actual reina)
El carruaje de oro
La ciudad de Amsterdam se lo regaló a la reina Guillermina en el momento de su coronación, en 1898.
- El carruaje es utilizado sólo por los reyes. El príncipe puede hacerlo únicamente en ocasión de su matrimonio.
- El protocolo dice que el carruaje debe ser llevado por seis caballos ya que el príncipe Guillermo no es rey. Cuando lo sea, debe ser tirado por ocho caballos.
El cronograma de la boda
Jueves 31 de enero
18.30
Fiesta privada para amigos de la pareja, en el Palacio Real
Viernes 1° de febrero
19.30
Fiesta para el pueblo holandés en el estadio deportivo Ajax.
Recibirán allí el regalo de los holandeses: dinero reunido en una cuenta abierta para los novios.
Viernes 2 de febrero
10.15 a 10.45
Edificio Beurs van Berlage (antigua sede de la Bolsa).
Ceremonia civil - que es lo que consagrará a Máxima Zorreguieta como princesa real de Holanda, princesa de Orange-Nassau y señora de Amsberg. Será oficiada por el alcalde de Amsterdam, Job Cohen.
11.30 a 13
Nieuwe Kerk (Iglesia Nueva).
Ceremonia religiosa. Bajo rito protestante, a cargo del ministro Carel Linden, de La Haya. El obispo de Rotterdam obtuvo para Máxima Zorreguieta una dispensa vaticana que le exime de casarse por el rito católico.
Asistirán más de 1000 personas.
13 a 13.30
Paseo en el carruaje real.
Al salir de la Nieuwe Kerk, la pareja subirá al Golden Coach con la que pasearán por el centro de Amsterdam para saludar al pueblo.
13.30 a 13.45
Saludo desde el balcón del Palacio.
Terminado el paseo en el carruaje, la pareja saludará desde el balcón del Palacio Real, sobre la Plaza Dam. Serán removidos todos los carteles publicitarios y la plaza se cubrirá con cintas y paños blancos.
18.30
Banquete de celebración en el Palacio Real.
Asistirán cerca de 1000 personas.