En dupla con Mariana Amoroso, participa de Experiencia Casa Living como expositora. Conocé qué la inspira.
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“Nací en Argentina, de padre japonés y mamá argentina, pero cuando era muy chiquita nos fuimos a vivir primero a Nueva York y después a Inglaterra y a Francia. Volví a los 12 y a los 17 me mudé a Europa otra vez para estudiar. Finalmente volví, me casé, tuve hijos. Viví en Palermo y me mudé a esta casa, que es grande pero no nos queda grande porque somos muchos”, dice Dolores Morita, ingeniera, diseñadora de interiores y madre de cinco. “Cuando tenés hijos empezás a echar raíces. Hay momentos en los que no me siento muy argentina, pero tampoco me siento francesa, ni estadounidense, o nada. Pero mi familia está acá y acá está mi casa.”
“El primer plano que encontramos de la casa es de 1915, pero pensamos que podría ser de principio de siglo. En algún momento fue la sede del jardín de infantes de un colegio inglés, hasta que la compró y recicló una pareja de extranjeros. Ellos le hicieron una remodelación importante que la transformó nuevamente en casa de familia”, dice Dolores. Mucho de esa reforma quedó en pie, como la cocina, por ejemplo. Otras cosas se cambiaron, como los cerramientos y el jardín, que Dolores y Nacho, su marido, quisieron que fuera orgánico y no formal, porque prefieren lo que se ve vivo, vivaz.
"Las columnas que escoltan el hall de entrada son puramente decorativas, de hecho, ni siquiera parecen estructurales."
Ing. Dolores Morita, diseñadora de interiores y dueña de casa
“Todo fue elegido a dedo: cada libro, cada objeto, cada pieza de arte fue seleccionada según mi criterio. Mi marido tiene muy buen ojo, pero más para los espacios”.
La claraboya y el techo abovedado ya estaban cuando Dolores y su familia llegaron a la casa. La ventana del fondo del living era un panel fijo, que transformaron en puertas de vidrio repartido. Las del costado eran ventanas que no llegaban hasta abajo: ahora son puertas con balcón francés, y parece que fueron así siempre.
“Al hacer interiorismo, ser ingeniera me da una base para la estructura. Porque lo eminentemente creativo y lo funcional tiene que tener su equilibrio. En ese sentido, trabajar con Mariana Amoroso, que también es ingeniera y, como yo, estudió diseño de interiores, es maravilloso. Una de las mejores cosas de una vivencia tan rica y positiva como Experiencia Casa Living es haber encontrado a mi socia”, comparte Dolores. “Todo es más fácil de a dos cuando te llevás bien”.
“En Experiencia Casa Living fuimos nuestras propias clientas. Esa libertad creativa no es algo de todos los días”
Playroom y lugar de estudio para muchos
“La cocina como corazón de la casa, las molduras, las columnas, los ambientes espaciosos y la posibilidad de hacer un playroom para los chicos nos cautivaron”.
Fue amor a primera vista. La cocina como corazón de la casa, las molduras, las columnas, los ambientes espaciosos y la posibilidad de hacer un playroom para los chicos nos cautivaron
Cocina y comedor diario
La cocina estaba así. Lo único que hicieron fue repintar el panel que ahora es verde-turquesa. "Antes era marrón; el cambio de color la levantó muchísimo", dice Dolores.
Obra de la dueña anterior, la isla es imponente, con una mesa hecha de varias maderas distintas e impermeabilizada. Fuerte, larga, invitadora.
“Reciclamos y reutilizamos muchos muebles de nuestra casa anterior y los combinamos con otros nuevos. La única consigna fue que nada debía quedar armado igual a como estaba en la casa de antes”
Edén urbano
“La parrilla-hogar fue una idea de Nacho, que quería un lugar afuera para estar con amigos o para hacer un asado. (Mi marido es mendocino: el vino y el asado no pueden faltar). Como chimenea, tiene una altura rara. Como parrilla, es coqueta, con esas moldura. En conjunto, es perfecta: se amalgama al ambiente, y con doble función”.
La primera propuesta de las paisajistas Valeria Hermida y Teresa Zuberbühler fue un diseño formal, que acompañara las líneas de la casa. Pero finalmente se optó por un jardín tropical, que propone su propia estructura.
“En mi casa de Palermo tenía un jardincito con dos palmeras que veía desde mi cuarto. Bah, como soy medio miope solo veía el movimiento, esa cadencia como cuando ves el mar. Quise tener acá también algo orgánico, móvil”
Zona de descanso
“Muchos objetos y cuadros fueron comprados en viajes; no tienen gran valor artístico, pero nos traen recuerdos de lugares y experiencias. Queríamos una casa que reflejara nuestra historia”.
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