Pablo Ledesma hace muebles. En el lugar donde vive, elige rodearse de cosas que transmiten sensaciones (lo funcional es secundario)
A primera vista parece una casa masculina donde domina la madera. Después de un rato, notás las concesiones: los techos de colores, el arte en las paredes, los libros y esa clase de objetos que no son necesariamente prácticos pero que dan vida, como el conejo verde de cerámica en la cocina o el perro fucsia velador.
Pablo Ledesma es el nombre de una marca de diseño y producción de muebles. Pero también el de un hombre atento a lo que lo rodea.
¿Qué clima querías lograr?
Lo que busco son sensaciones. Me importan los espacios más contemplativos que funcionales.
Tres cosas que te gustan de la madera.
El perfume, el carácter y sus posibilidades infinitas. Me atrae especialmente esa madera recuperada que viene con sus propias huellas, en las que yo no intervengo pero con la que armo piezas imposibles de reproducir.
¿Cuál es la época en la que más disfrutás de estar acá?
A fin de la primavera. Es el momento de la mejor luz y cuando el jardín se pone más lindo.
Si por arte de magia pudieras cambiar hoy mismo una sola cosa de tu espacio, ¿cuál sería?
Renovaría los baños.
Texto: Carmen Güiraldes