En Cardedeu, a media hora de Barcelona, un diseñador reconstruyó celosamente esta antigua residencia de la nobleza catalana
El extenso paisaje de Montseny es uno de los más reconocibles del Mediterráneo. Allí, un abandono que se prolongó por tres décadas fue escondiendo tras el bosque la imponente arquitectura de esta casona de 1910, en la que una familia de la nobleza pasaba los veranos. Hasta ahí llegó el diseñador industrial Damián Sánchez (ex director creativo de la marca de indumentaria Mango y creador de la firma de decoración A Casa Bianca) y se encontró cubierto de hiedra el portón que custodiaba las ruinas de "Villa Narcisa". Dos años y medio le llevó el empeño de reconstruir sin caer en la tentación de imitar. "No soporto hacer algo en el siglo XXI copiando cualquier cosa de 1900. Aunque sea idéntico, siempre sabes que es falso. Es como ganar una partida de póker haciendo trampa", dice cada vez que tiene la oportunidad.
Quería ver el esplendor de la época en que fue construida la casa contrastado con una ambientación contemporánea
En el ambiente principal, tres sofás Chesterfield con almohadones varios (A Casa Bianca); butacas ‘LC2’ de Le Corbusier en color suela; mesa ratona diseñada por el interiorista y dueño de casa, Damián Sánchez (Francesc Ros) y lámpara italiana de los años 60. El cuadro de la izquierda es del artista Luis Lleó; el de la derecha, de Günther Förg.
"Podríamos haber hecho mosaicos nuevos a imitación de lo que había para reemplazar los faltantes, pero preferí crear un efecto de alfombra usando sólo los originales".
Pegada a la superficie de trabajo, mesa de comedor con sillas ‘Cesca’, de Marcel Breuer. La lámpara ‘PH’ del danés Poul Henningsen (Louis Poulsen) es otro diseño emblemático, en este caso, de los 50. Además, horno y anafes de la firma alemana Gaggenau y campana, también alemana, de Miele.
"El interiorismo es una disciplina en constante evolución. Si volviera a hacer estos ambientes, seguramente resultarían distintos".
"Mi trabajo se define por la combinación y el contraste de estilos y materiales. En ese cruce es que encuentro la riqueza estética".
La cabecera tapizada en cuero es un diseño del dueño de casa. Además, ropa de cama blanca y manta de ‘Ezcaray’ (A Casa Bianca). A los pies, un sofá (Flexform); y, apoyada sobre la chimenea, aguafuerte de Joaquim Chancho.
Al placard abierto se le agregaron cortinas roller para preservar el vestuario del dueño de casa en sus largas temporadas afuera. Completan cajonera con vitrina (en línea barcelona), lámparas de carbono, y alfombra de lana y seda (Papiol Alfombras).
"Compré el chiffonier espejado en un anticuario que tiene piezas realizadas para cine. Como es muy liviano, lo voy moviendo a gusto por toda la casa", cuenta Damián.
"Lo que me enamoró de esta casa fueron las proporciones del jardín y sus árboles centenarios. Por eso, intentamos mantenerlo tal cual, con los efectos propios del paso del tiempo".
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