Arquitecta, escenógrafa, diseñadora consagrada y madre de tres, Natalia Géci es tan versátil como sus creaciones. Nómade confesa, recorre con idéntico fervor los pasillos de la Feria del Mueble en Milán y los caminos de tierra que llevan a su casa de Areco
No es casualidad que los más recientes muebles que creó Natalia Géci sean plegables y transportables. Nómades, como dice ella. Natalia estudió Arquitectura en Buenos Aires, donde trabajó como interiorista y escenógrafa; se mudó a París en el 2000 para estudiar Diseño de Producto en la Escuela Nacional Superior de Artes Decorativas y, desde entonces, no para de viajar. Vivió dos años en la capital francesa, ocho en Londres –donde conoció a su marido– y los últimos ocho en San Antonio de Areco. “Cuando mi hija –hoy la más grande de tres hermanos– tenía 3 años, me dieron ganas de volver a la Argentina. Mi marido accedió, pero sólo si nos íbamos a vivir al campo: para vivir en una ciudad, prefería Londres, me dijo”.
Compraron un campo al que se accede por un camino de tierra que se inunda cuando llueve. Tienen gallinas, caballos y ovejas y plantan cereales. “A la casa, de 1850, la pusimos casi a nuevo: armamos la instalación eléctrica, replanteamos la distribución completa, rehicimos hasta los cimientos, que tenían humedad”, nos cuenta Natalia. Y nunca dejaron de moverse: entre compromisos laborales y visitas a las familias, las mudanzas y estadías en casas temporales se volvieron parte de la rutina. Vivieron en un container que Natalia compró y refaccionó, y en la casa de huéspedes mientras la casa estaba en obra. Visitaron Londres por seis meses, por un año. Y en el futuro cercano hay una mudanza a Buenos Aires. Después quién sabe. ?