Los colores del Delta entran y salen de una casa en la que las transparencias y la elección de los materiales hacen la enorme diferencia
Dejar atrás el centro de la ciudad, tomar la autopista, llegar al hogar y sentirse inmerso en un aire de vacaciones. La idea suena ambiciosa, pero no imposible.
La joven pareja que se permitió esta ilusión llamó a los arquitectos Ignacio Pessagno y Lilian Kandus, del estudio PKa, para transformar su realidad. Así, en un arbolado barrio del Tigre se proyectó esta vivienda de 250m2 que incorpora el espacio verde al interior articulando las zonas públicas. Desde que se abre la puerta, un inesperado paisaje interior propone una nueva cotidianidad en el gran ambiente de planta baja rodeado por un estanque con vegetación acuática y peces. Allí, como en los dormitorios del primer piso, las vistas se abren al exterior, y en toda la casa se suceden los reflejos infinitos de la luz, el sonido del agua y el perfume de la vegetación. Como en un sueño, pero en la vida real.
- Un gran espacio integra los ambientes sociales en planta baja.
- El jardín interior divide virtualmente la zona de estar del comedor y la cocina.
- La galería posterior ocupa todo el ancho del terreno, duplicando el living y el comedor en un espacio de transición hacia el parque con pileta.
- Junto al acceso está la escalera que conduce al primer piso, con dos cuartos orientados al frente que comparten un baño, y la suite principal hacia el contrafrente.
Texto: Lucrecia Álvarez.