Una vivienda donde los límites se convirtieron en una oportunidad creativa. Economía de materiales y la estructura como matriz y generadora de espacios
“Idealmente siempre se intenta contar las ideas que uno tiene con los proyectos”, explica el arquitecto Víctor Della Vecchia, quien a través del estudio VDV ARQ tomó el encargo de esta casa. El lienzo que se le presentó fue un lote de forma irregular de 297 m2 con una pileta que se decidió conservar. El pedido, escueto: espacios abiertos, ambientes generosos y privacidad. “Esta vivienda es uno de esos pocos casos en los que se puede cumplir con esa premisa ideal y expresar muchas intenciones y búsquedas que tenemos en el estudio”, puntualiza el arquitecto. La oportunidad se tradujo en reducir al mínimo los tiempos de construcción, la variedad de materiales y el mantenimiento posterior. La construcción, realizada en hormigón visto con encofrado de tablas de madera de pino de 2x4, se dispuso sobre el lateral más largo del terreno para liberar la esquina y abrirse a la mejor orientación. Tiene un subsuelo para los servicios y una planta de living, comedor y cocina integrados. Arriba, los cuartos, protegidos por el sistema de puertas plegables, conforman un volumen en voladizo que genera dos grandes semicubiertos para la galería y el garage. Un programa sobrio en su enunciado cuya elegancia puede percibirse en las imágenes que ocupan estas páginas o, por supuesto, habitándolo.
Texto: Lucrecia Álvarez