Un virus programado para activarse el viernes 13 causó un desastre cibernético sin precedentes: la historia del suceso
Se trató de una variante del malware Jerusalén que generó uno de los grandes caos informáticos de la historia; la jornada sirvió para dimensionar la importancia de la seguridad informática
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El viernes 13 de enero de 1989 un virus informático causó estragos en miles de computadoras de todo el mundo, al punto de que fue considerado uno de los primeros ataques cibernéticos de la historia. El causante fue una variante del malware Jerusalén que estaba programado para activarse precisamente los días viernes 13. ¿Qué ocurrió aquel día hace 34 años?
Jerusalén y Viernes 13: la génesis del virus que causó estragos
El virus informático Jerusalén lleva este nombre debido a que fue descubierto y aislado por la Universidad Hebrea de esta ciudad en 1987.
Por ese entonces, la informática no tenía el potencial que presenta en la actualidad, ni los mismos conocimientos. Por lo tanto, sus usuarios no se imaginaban que los equipos de computadoras podrían llegar a “infectarse” de la misma manera en que lo hace el organismo humano. De todos modos, el virus en cuestión se instalaba a sí mismo en la RAM de las computadoras y afectaba a los archivos .EXE y .COM. Básicamente, lo que hacía era ralentizar los procesos y aumentar el espacio que estos ocupaban en la memoria en cuestión hasta llegar al punto de que el sistema operativo no los soportase. En simultáneo, el virus estaba programado para eliminar todos aquellos archivos en los que se insertaba.
La idea era que esto tuviese lugar el viernes 13 de mayo de 1988, de forma tal que incubase y se expandiese lo máximo posible. Sin embargo, el descubrimiento de este virus y la acción de los primeros software antivirus impidieron esto, aunque lo que no se pudo evitar fue que el Jerusalén se ramificara en numerosas variantes.
Viernes 13: a 34 años del ataque cibernético que marcó la historia para siempre
Una de las variantes en cuestión es precisamente la de Viernes 13, que a diferencia del virus Jerusalén, afectaba a más tipos de archivos, entre ellos los de extensión .SYS, .PIF y .OVL. En otras palabras, podría decirse que se trataba del mismo virus informático, pero superior. Al igual que su antecesor, este virus estaba programado para “lastimar” en fechas específicas.
Como su nombre lo indica, sus realizadores lo diseñaron de tal manera que eliminara todos aquellos programas que sean instalados y ejecutados los viernes 13.
Así llegó el viernes 13 de enero de 1989, la fatídica jornada en la que este virus entró en escena en todo el mundo, y miles de ordenadores y sistemas se vieron afectados en países de Europa y en Estados Unidos.
En el Reino Unido, los equipos de IBM padecieron las consecuencias de forma masiva. A nivel mundial, los daños ocasionados en materia de pérdidas de archivos e información, sumado al desconocimiento que se tenía al respecto, llevaron a una multitud de personas al pánico y la desesperación.
Desde ese momento, la noción de infección informática comenzó a estar cada vez más presente en los usuarios, y se desarrollaron y perfeccionaron los programas de antivirus. En ese mismo sentido, además de recordar uno de los grandes desastres cibernéticos de la historia, la jornada del viernes 13 sirve para dimensionar la importancia de la seguridad informática.
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