Un viaje a la Antártida por Internet

Hace diez días que el abogado y periodista Juan Kestelboim y el ingeniero mecánico Mariano Rabinstein viven un sueño anhelado desde su adolescencia. Es que el 3 de febrero se embarcaron una experiencia única: la de visitar la Antártida y contar su viaje a través de la web.

Con el apoyo de la Dirección Nacional de Antártico (DNA) y de Google, estos argentinos de 33 años llevan adelante la "Expedición Antártida Abierta", un proyecto novedoso que recorre bases, refugios y campamentos del continente blanco con el objetivo de captar la esencia del lugar para transmitirla online.

Toda la travesía es registrada en imágenes, textos y videos que comparten desde su blog y a través sitios como Twitter,YouTube (tienen un canal creado especialmente por Google),Flickrs y Facebook. Para poder cumplir con la cobertura cuentan con dos computadoras, dos cámaras de fotos, dos de video, dos GPS, un módem satelital móvil y un teléfono satelital. La elección del medio no fue casual: "La web es la experiencia, no se puede pensar de otra manera. ¿Televisión?, carísimo. ¿Radio?, imposible describir el paisaje. ¿Diario?, estás encarcelado por el formato. Con Internet podés hacer todo eso, otras cosas y encima enriquecerlo con la participación de los usuarios", explica Juan.

Los preparativos comenzaron hace casi un año, cuando presentaron el proyecto en la Cancillería y en la DNA. Durante ese tiempo, Juan y Mariano se prepararon para el viaje estudiando las leyes nacionales e internacionales, e investigando a los personajes históricos relacionados con la exploración del continente. "Una frase del Almirante Brown se convirtió en nuestro mantra: "Confianza en la victoria, disciplina y tres vivas a la patria"; parece de autoayuda pero fue fundamental para apuntalar el proyecto", cuenta el periodista.

Si bien el plan inicial incluye visitas a las bases Marambio, Orcadas, Jubany, Decepción, Teniente Cámara y Almirante Brown, "el recorrido tiene varios planos: lo que nos dicen, lo que no nos dicen, lo que creemos, lo que queremos, la realidad y las contingencias. Todo eso cambia cada dos horas promedio" explicó Kestelboim.

"Creo que no existen experiencias similares a este tipo de viaje. Vamos en un barco de la Armada junto con personal militar, científicos y un equipo que va a construir una casa en la Antártida; bajamos en bases con operativos de desembarco, por escaleras de soga en zodiacs o vehículos anfibios. Las bases están administradas por el Ejército, la Armada o civiles; eso hace que en cada una haya un clima distinto. Además del viaje humano, estamos en medio de un paisaje al que cualquier adjetivo le queda mal", contó Juan.

El regreso de la dupla está planeado para marzo, aunque el clima es quien decidirá la duración exacta de su aventura blanca.

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