Pocos son los arquitectos que pueden dar fe, por experiencia propia, de las virtudes de sus obras y su habitabilidad. Javier Figueroa y Horacio Méndez son parte de esa minoría. Esta dupla creativa se dedica desde hace más de dos décadas a comprar casas, reciclarlas, decorarlas con sus propios muebles y luego venderlas. Los números dicen que ya van más de 35. Desde hace año y medio viven en este PH de más de 400 m2 en Barrio Norte, que reciclaron poniendo el foco en recibir amigos. "Esta casa sí la compramos como negocio, porque para nosotros es demasiado grande, pero inmediatamente vimos que estaba llena de potencial", dice Javier.
Por si fuera poco, en medio de tanto fragor constructivo, hace años incursionaron en el rubro hotelero. Con la misma filosofía de tradición y modernidad que aplican a sus casas, armaron un hotel boutique que compró Francis Ford Coppola y crearon los preciosos Legado Mítico, dos pequeños hoteles con encanto en Palermo Soho y en Salta.
El hall pintado en gris oscuro, con un secreter colonial de fines del 1800. Frente a él, un par de candelabros de plata con cabo de pez espada, una escultura en palo santo realizada por la etnia wichi y alfombra marroquí.
"Para disimular la puerta del toilette que da a la recepción, se pintó a tono con la pared, vidrios incluidos. Si no, tomaba demasiada importancia por su tamaño y por su ubicación".
"¡Se tiraron abajo muchas paredes! Sacamos cerca de 16 volquetes. En los 90 habían hecho una reforma poco funcional, llena de recovecos. La idea era limpiar los espacios y abrirlos".
Cuando tenían veintipico, Javier y Horacio llegaron a mudarse 3 o 4 veces al año. "Nuestra vida siempre estuvo metida entre los ladrillos y las mudanzas. Tenemos un estilo clásico y moderno, que revaloriza pasado y presente al mismo tiempo".
"Los objetos comprados en viajes y algunos muebles que nos acompañaron a lo largo de la vida son los más valiosos para nosotros. Al no tener una casa definitiva, esos pequeños objetos son los que cuentan nuestra historia".
Antes ubicada donde hoy funciona el segundo dormitorio, la nueva cocina se montó paralela a la mesa. "Hacerla así le da más una impronta de comedor que de cocina, al tiempo que destaca el mueble diseñado para tener la vajilla a la vista en la parte central".
La mesa de incienso con mantel de hilo (Cuatro Elementos) se la compraron a los dueños anteriores. Está rodeada de sillas antiguas: "Teníamos cuatro sillas holandesas tapizadas en gris. Conseguimos las otras cuatro en Breuer Moreno: no son iguales, pero tienen un formato parecido, y las tapizamos con el mismo género para igualarlas aun más".
"Tomando lo que era originalmente un vestidor, ensanchamos el pasillo para darle lugar a un escritorio con estar y biblioteca. Después, bajamos el cielo raso para unificar y hacerlo más íntimo".
Con los tonos que dominan la decoración, alfombra del norte argentino. El contrapunto de color lo aportan las obras del cubano Alexei Serrano.
"La distribución original era un laberinto que resolvimos mentalmente en la primera visita. Lo que nos entusiasmó del PH tanto como para arriesgarnos fueron los metros cuadrados, la luz y la terraza abierta".
"Primero, impermeabilizamos con membrana geotextil, luego colocamos otra (especial, con relieve para que la tierra no se deslice), colocamos tierra sulfurada y panes de grama bahiana".
Dos camastros de madera pintados de blanco, dos mesas de centro de MDF hechas por los dueños de casa y un par de sillas reclinables (Easy) rodean un tapiz en telar de María Inés Miranda. Al mueble antiguo que tenían guardado lo pintaron del color de la pared, como ocurrió con la escalera de pintor en la planta baja.
"Optamos nuevamente por un tono oscuro para disimular los muchos recortes e imperfecciones de muros que había en la terraza".
El muro frente al quincho pertenece a un edifico de siete pisos. Al pintarlo de gris oscuro hasta los tres metros de alto, todo quedó más contenido y cohesionado, junto con el quincho y el treillage.
En el dormitorio principal, respaldo capitoné gris, mesas de luz diferentes compradas en Breuer Moreno y lámparas rectangulares en cuero. Los retratos andinos los sacaron de un libro de fotografía. El conjunto ayuda a contener el espacio detrás de la cabecera.
Me gusta mucho la historia. Cuando decidimos hacer los hoteles surgió la idea de evocar personajes argentinos, amados u odiados, que llegaron a ser mitos. De ahí su nombre: Legado Mítico
"Nos encantan los baños sin revestimientos para poder jugar con cuadros y objetos. El piso de madera, al estar hidrolaqueado, funciona igual que una cerámica o porcelanato". El ambiente tiene paredes pintadas en gris oscuro con látex para exteriores y la mesada es de madera dura con dos bachas de apoyo cuadradas (Deca).
En el baño, vanitory armado sobre un mueble antiguo (Breuer Moreno) con bacha de apoyo Deca (Blaisten). El box de ducha está revestido en venecitas grises.
"Para muchos es una locura vivir mudándose; para nosotros fue diversión y pasión. Empezar un proyecto nuevo siempre es un desafío. Ahora, después de tantos años, estamos considerando establecernos. ¡No sé cuánto nos durará!".
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