Un niño jugaba en la playa y descubrió el fósil de un enorme dinosaurio
LA NACION
Un niño de siete años hizo un descubrimiento fascinante mientras jugaba con su hermana en la playa de la isla Russki en la región rusa de Primorski. El menor halló restos fósiles de un enorme ictiosaurio que habitaba los océanos hace 250 millones de años. Este tipo de dinosaurio es considerado como uno de los más grandes que haya existido.
Se trata de Dmitri Sirenko, quien había asistido con su madre y hermana a una expedición de fanáticos de dinosaurios, de acuerdo con la información publicada en Sputnik News. Según detallaron, el niño encontró una roca partida tras el paso de un tifón, y en ella vio las huellas de costillas y de fragmentos fósiles. Los paleontólogos confirmaron que se trata de los restos del reptil marino prehistórico.
"Amo mucho a los dinosaurios y siempre he soñado con encontrar los huesos de un dinosaurio real. Estaba mirando las piedras todo el tiempo y preguntándole a mamá. '¿Tal vez es uno?', dije donde estábamos jugando con mi hermana a la orilla y encontramos esta piedra inusual", contó Dmitri.
El fósil pertenecía a la caja torácica del ictiosaurio y se presume que la columna vertebral podría estar intacta. "Todavía no sabemos si hay fragmentos de cráneo en las rocas. ¡Eso hubiera sido absolutamente increíble! Aunque este ictiosaurio podría haber perdido la cabeza hace 250 millones de años", afirmó el paleontólogo Yuri Bolotski, según el mismo portal.
Los restos fosilizados fueron transportados para poder ser estudiados en detalle. Los especialistas deberán cortar capa por capa la roca para verificar si hay otros restos.
Cómo eran los ictiosaurio
De acuerdo al Museo Oceánico de Primorsky, el ictiosaurio, también conocidos como pez lagarto, vivió hace 250 millones de años. Su nombre científico es Ichthyosauria, y es un ejemplar extinto que pertenece a los grandes reptiles marinos con un característico cuerpo "parecido a un pez". Se cree que los antepasados de los ictiosaurios vivían en aguas poco profundas y se separaron bastante temprano del tronco principal de los reptiles.
Este tipo de dinosaurios habitaban todos los mares y océanos del Mesozoico y utilizaba sus extremidades en forma de aletas para mantener el equilibrio. Nadaba con la ayuda de una cola bilobulada vertical, en el lóbulo inferior del cual entraba la columna.
La piel carecía de escamas y estaba cubierta de una mucosidad que le permitía deslizarse en el agua. Los ictiosaurios tenían mandíbulas y dientes largos y estrechos, que eran reemplazados varias veces durante su vida. La peculiaridad de estos reptiles son sus ojos muy grandes, que alcanzan los 20 centímetros de diámetro, lo que indica la posibilidad de actividad nocturna.
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