Un hombre le construyó tres castillos a su hijo por una promesa y ahora los convirtió en un hotel
Highlands Castle parece sacado de un cuento, pero en realidad surgió de la manera menos pensada en los años 80
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LA NACION
Muchos padres intentan hacer realidad los sueños de sus hijos, pero lo que hizo John Lavender es difícil de imitar. Cuando su pequeño Jason tenía tan solo tres años, le prometió que le construiría un castillo y puso en marcha su magnifico plan.
La propiedad, ubicada en Lake George, Nueva York, lleva el nombre de Highlands Castle y John la creó desde cero en 1982, cuando recién se divorciaba. Años antes le había hecho una promesa a su hijo en la que mencionó que iba a vivir en un castillo, pero mantuvo el secreto por décadas mientras lo construía.
En diálogo con Insider, Lavander, quien en el momento de su promesa vivía en una casa compartida con otros cinco hombres en Nueva York, contó cómo fue el día en el que se comprometió a construir un castillo.
“No era un ambiente para criar a un niño de tres años. Lo llevé a un lado y le dije que esta no era nuestra casa, sino que sería temporal. Hice la promesa y le dije que le demostraría a que si le hablaba de palabras, lo iba a cumplir sin importar lo que sea necesario”, manifestó.
Con mucho esfuerzo y dedicación, el hombre hizo los diseños y construyó tres pequeños castillos. Si bien no tenía experiencia en arquitectura, recibió ayuda de amigos y profesionales, inclusive los padres del equipo de fútbol de su hijo.
“Tracé los planos yo mismo. Básicamente estaba dibujando sobre la marcha, agregando dos o tres paredes a la vez”, reveló sobre cómo fue el comienzo del proyecto. Por su parte Jason, el hijo de Lavender, años más tarde se enteró de la obra que estaba haciendo su padre y lo ayudó luego de recibirse como licenciado en ingeniería arquitectónica.
Durante muchos años la mansión fue una residencia privada, hasta que en 2008 hubo un cambio a raíz de un accidente que sufrió John. El hombre se encontraba ultimando detalles del techo del castillo principal cuando se cayó y se quebró la pierna.
Luego de pasar ocho meses en una silla de ruedas, y a casi cuatro décadas después del comienzo de la construcción, decidió abrir Highland Castle al público.
“Ser capaz de recuperar los ingresos perdidos y reinventarme era una perspectiva intrigante”, explicó al dar detalles del verdadero motivo que lo llevó a querer abrir las puertas de su propiedad y ofrecerla como alojamiento turístico.
Actualmente, los comentarios de las personas que visitan el lugar son solo positivos. “Todos los huéspedes que se quedan aquí me dicen, gracias por abrirnos su casa”, remarcó el propietario.
John, quien administra la propiedad, explicó que sigue viviendo en el lugar junto a su actual esposa pero aclaró que su hijo reside en otra casa con su propia familia. Si bien sostuvo que planea seguir alquilando los castillos, mencionó que quiere mantenerlos en el clan.
“Mi fantasía sería que mi hijo heredara la propiedad y que mi nieto y mi nieta estuvieran aquí después de eso”, concluyó.
Entre los tres edificios pueden dormir 21 personas, o puede alquilar cada uno individualmente a través del sitio web de Highlands Castle o Airbnb.
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