Un hacedor entre vinilos y obras de arte
No es que conozca demasiado sobre corrientes musicales en lo que al género electrónico respecta. De hecho no sé casi nada. Por eso, seguramente, no estoy exenta de caer en la tentación de estereotipar al DJ como ese tipo raro que entra en quién sabe qué suerte de trance al pasar música que acompaña con golpes secos de cabeza, aunque, eso sí, con mucho ritmo. Por suerte conocí a Gonzalo Solimano.
Tiene un aspecto sumamente prolijo y por demás amigable, y supo convertir la pasión por la música electrónica en una arteria profesional. Es más, encontró un modelo de negocio circular e inagotable.
"Mi abuelo me hizo fanático del sonido hi-fi y de la producción técnica. Por él conocí a Giorgio Moroder y a Donna Summer", confiesa. Luego de años al mando de bandejas, alrededor del año 2004 decidió unirse con otros colegas (entre ellos, Barem, Guti o Franco Cinelli, hoy DJ que trabajan en el exterior) para crear Unlock, un sello discográfico. Lo que buscaban era exportar música electrónica argentina al mundo. Ahora bien, como ellos no eran conocidos ni siquiera en el ámbito local, rápidamente vieron la necesidad de generar sus propios eventos para mostrarse. Una larga década se resume en una corta frase: la discográfica pasó a ser una productora. Con el desarrollo de todo tipo de productos -no sólo fiestas propias sino eventos para otras marcas-, 2013 los puso en el centro de la agenda porteña. Y así, el amigo Solimano cobró un protagonismo ineludible.
El contexto, según él, ayudó: "La música electrónica viene de una gran crisis de masificación, la cual le hizo perder mucha imagen, pero ganar muchos adeptos. Hoy creo que estamos en un buen momento en el que están surgiendo nuevos subgéneros donde cada uno tiene su lugar definido".
A fines del 2013, junto a su socio Esteban Leiman, cantaron retruco con un proyecto todavía más ambicioso: ArtLab, una agencia que agrupa artistas de diferentes disciplinas que, por un lado, trabajan como células independientes y, por el otro, sirven de plataforma de contenidos para Unlock. "Lo que buscamos es generar una retroalimentación del negocio entre la productora y más de treinta artistas plásticos, productores audiovisuales, DJ, músicos, beatboxers y fotógrafos, que nos permiten transitar ámbitos que van desde lo cultural hasta la publicidad." Ailaviu, Catnapp, Charec, Dilo, Fase, Phorno, Jardines de Bruselas, Gurtz, Le Freak Selector, Liglab, Mompox, Silver City o Render son algunos de los excéntricos nombres que los acompañan en su laboratorio experimental.
Y querían valecuatro. Este año presentarán Gira , un paseo cultural que unirá a los artistas de ArtLab con otros de diferentes universos en un recorrido de dos noches por 30 galerías de Palermo y Recoleta que venderán obras a precios accesibles al son de performances e instalaciones musicales y audiovisuales no convencionales. "La finalidad es concientizar a las nuevas generaciones en la adquisición de arte, pero en su lenguaje: de una forma entretenida y descontracturada", explica Solimano. Y una yapa: también relanzarán la discográfica que los vio nacer, editando discos en formato vinilo y digital que distribuirán por varias ciudades del globo.
¡Qué astucia la de un hacedor que, con una profesión en la que aún hay mucho por descubrir, encontró la manera de ser su propia oferta y demanda! La incógnita es hacia dónde rumbeará esta mente inquieta. A dónde la constancia lo lleve, ya que es, según él, la clave del éxito.
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