Mobiliario funcional de punta en blanco y un arcoíris de objetos personales impecablemente ordenados resuelven con eficaz belleza este pequeño escritorio
La organizadora profesional Ingrid Hajnal diseñó el mobiliario de su espacio de trabajo en su casa junto con su arquitecta, Evelina Rajchert, en melamina laqueada blanca y con el eje en la funcionalidad. Debajo de la mesa de escritorio, al lado de la silla ‘DSW’, puso una cajonera con ruedas para facilitar la limpieza, usarla como apoyo o quitarla si trabaja con alguien más. Para suplir la falta de luz natural, un plafón de luz cálida embutida en el cielo raso (Onic Iluminación) y una lámpara de mesa con base de cordel (La Feliz).
Para organizar todas sus pertenencias en la estantería, la dueña de casa usó cajas de zapatos u organizadoras que ya tenía, otras rayadas que compró en el barrio chino, canastos de mimbre del Puerto de Frutos ($300) y archivadores de oficina (Sodimac). A la izquierda, en el detalle, cuadernos ‘Liverpool Flor’ grande ($318, Tintha), y con tapa naranja (Strategistico).
En la pared, vinilos ‘Polka dot’, fotos pegadas con ‘washi tape’ (Washi Tapes Córdoba) y portallaves (Muji). Sobre el escritorio, portalápices de madera ($250, Baardo Estudio), planner semanal ($188), planner diario ($156), vaso de vidrio y bol comprados en un viaje, taco portapapeles ‘Holland’ ($276, todo de Tintha), vaso de cerámica ‘París’ ($190) y anotador con rollo ($250, todo de Baardo Estudio).
Texto: Bárbara Orlando