Inspirados en las tradiciones alemanas y de Europa del Este, les traemos una propuesta en la que el centro lo ocupa el símbolo de la vida nueva. Vamos pues por los huevos crudos, cocidos como más nos gusten y decorativamente pintados. Pero que no falten algunos de chocolate, claro.
La mesa rústica que armamos esta vez nos trae consigo aires de campo. En casa, usá la que tengas y aprovechá para dejarla sin mantel y jugar con los diferentes tipos de sillas a mano.
Cada mesa tendrá su detalle en base a los gustos de anfitriones e invitados. En la nuestra sumamos antiguas tarjetas con viñetas de conejos, como, por ejemplo, los célebres personajes de Beatrix Potter -cómo no sentir ternura ante Peter Rabbit y sus amigos-. Se trata de una presencia, un mensaje adorable al lado de cada plato. Y, si no conseguís tarjetas, se pueden reemplazar por dibujos hechos entre grandes y chicos.
En esta fecha, nos conectamos con los nuevos comienzos, las segundas (y terceras) oportunidades y los ciclos de la naturaleza.
Un buen programa familiar es hacer juntos la famosa rama pascual alemana. Para eso, primero hay que pinchar con un alfiler el extremo de cada huevo y después soplar para vaciar su contenido sin desanimarse.
Ambientalo con música
Para empezar la jornada suave y bucólica, acá nuestros temas seleccionados, a los que se pueden sumar los que prefieras.
- Bob Dylan: "Sad-eyed lady of the Lowlands".
- Almendra: "Muchacha (ojos de papel)".
- Beverly Graham: "Rainbow dancing".
- Arco Iris: "Mañana campestre".
- Gustavo Cerati: "Cactus".
- Invisible: "Que ves el cielo".
- Pablo Dacal: "La guitarra y el bolsón".
- Mostacho y Santiago Pagura: "Conejos".