Un departamento clásico en el barrio de Salamanca abandonó los claroscuros tras una reforma que armonizó tradición y estilo contemporáneo.
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La luz natural, tan necesaria y valorada en días como estos, es protagonista de esta nota que nos lleva de viaje a Madrid. Un departamento de 1920 en el señorial barrio de Salamanca abandonó los claroscuros tras la impecable reforma del Estudio Ábaton. “Eliminamos las divisiones y redistribuimos los espacios de forma tal que las áreas sociales se concentraran cerca de la puerta de entrada; los ambientes privados quedaron al fondo, donde originalmente se encontraba la zona de servicio”, explican los arquitectos responsables.
Hoy la sensación es de absoluta frescura. Si descomponemos su fórmula, los ingredientes son las tres puertas-ventanas que se abren a sus respectivos balcones, la altura de los techos y, los recientemente incorporados pisos de roble claro y el blanco total para las paredes. Y, lo más importante, la decisión de Estudio Ábaton de cambiar un esquema compartimentado por otro que le da vía libre al aire y la luz.
Al margen del sofá, la mesa de teca tiene como límites un sillón y una butaca con almohadones tapizados en arpillera, reversiones del genial Hans Wegner (todo de Batavia). La lámpara de pie ‘Grässhoppa’ es otro clásico del diseño danés.
"Los nuevos vanos se hicieron en acero para soportar la carga de la pared y, además, significar con la diferencia de materiales la intervención estructural en el espacio"
Arq. Camino Alonso, socia de Estudio Ábaton, a cargo de la reforma
“Cuando se pide un proyecto integral de arquitectura y decoración, el resultado es siempre más coherente. Permite adaptar las ideas a ciertas piezas existentes, o bien integrar algunas otras a la nueva arquitectura que se propone”.
Del otro lado de las aberturas
Para el Estudio, desde el principio fue importante dividir formalmente las zonas de comedor y lectura para diferenciarlas de la zona de estar. "Además, existía un muro portante estructural que complicaba la apertura total", admiten
.
En Salamanca, hay muchos edificios señoriales, como éste, construidos entre finales del siglo XIX y principios del XX. "Son propios de un barrio históricamente aristocrático -cuentan los arquitectos-, pero lo interesante es que en la actualidad concentra la movida del diseño y la moda y, consecuentemente, hace que conviva una arquitectura más contemporánea con clásicos de extraordinaria belleza.
El área privada
"Los proyectos de Ábaton siempre incluyen una gran cantidad de armarios: es la única forma de mantener las casas lindas y ordenadas en el día a día. Para que pasen desapercibidos, los diseñamos lisos, altos, sin marcos ni tiradores"
El estudio eligió roble natural de aspecto rústico en varias zonas para que sumen calidez y contraste con la pureza del blanco de la mayoría de los restantes elementos. “Le aplicamos un tratamiento especial que mejora su resistencia sin afectar su color ni su textura”.
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