Un curioso hallazgo arqueológico demuestra la corrupción de un emperador romano hace 2000 años
Un equipo de arqueólogos reparó una piedra de casi 2000 años de antigüedad y encontró un mensaje que reveló la corrupción de un emperador romano.
El estudio de la roca sugirió que la inscripción es una carta del emperador romano Septimio Severo y su hijo, Caracalla, en la que agradecieron a los habitantes de la ciudad romana de Nicopolis ad Istrum por una "donación" de 700.000 denarios.
La antigua ciudad de Nicopolis ad Istrum, cuyo nombre significa "Ciudad de la victoria en el río Danubio", se encuentra a 18 kilómetros al noroeste de la ciudad de Veliko Tarnovo en Bulgaria. Fue fundada en el año 102 d.C. por el emperador romano Trajano para honrar sus victorias sobre los dacios, tribus tracias que habitaban al norte del Danubio.
La inscripción de la piedra fue descubierta en 1923, por los primeros arqueólogos que exploraron las ruinas de la ciudad romana. Sin embargo, el texto escrito en 37 líneas en griego antiguo fue leído y traducido de manera reciente, y su contenido fue revelado al público por primera vez.
La enorme piedra, de tres metros de altura y dos toneladas de peso, estaba rota en cuatro piezas grandes y varias más pequeñas, todas con rastros de fuego. Desde su descubrimiento, los fragmentos fueron conservados en el Museo Regional de Historia de Veliko Tarnovo.
El profesor Nikolay Sharankov, de la Universidad de Sofía, experto en latín y griego antiguo, fue el responsable de la traducción de la carta. El académico explicó que el "soborno" en cuestión fue una "donación" de 700.000 denarios, la moneda de plata romana estándar hasta la segunda mitad del siglo III d.C., que pagaron los habitantes de la ciudad al emperador después de ascender al poder. "Esta suma serían, al valor de hoy, varios millones de euros. Es precisamente un soborno", dijo el experto.
"El texto de la carta dice: 'Acepté este dinero dado por personas bien intencionadas'. Es decir, el emperador no lo aceptó como un soborno sino como un regalo", afirmó Sharankov sobre la hábil redacción utilizada por Septimio Severo en la carta imperial.
"Los residentes de la ciudad hicieron el pago del soborno de facto, llamado donación, al emperador, con el fin de comprar sus favores. Esto era necesario porque la ciudad había apoyado a uno de sus rivales por el título imperial en 193 d.C. (año en que cinco hombres reclamaron el título después del asesinato del emperador Cómodo en 192 d.C.)", manifestó Sharankov.
Además de la nota de "agradecimiento", la carta imperial contiene una "mentira política" explícita. "En su carta sobre la aceptación de la 'donación' de los residentes de la ciudad, Septimio Severo se presenta como el heredero del emperador Marco Aurelio (161-180 d.C.) a pesar de que su ascendencia era del norte de África y no tenía nada que ver con la dinastía Nerva-Antonina (96-192 d.C.)", agregó el experto.
Septimio Severo, quien dio el comienzo de la dinastía Severana (193-235 d.C.), nació en la ciudad de Leptis Magna en la actual Libia. "De esa manera, a través de esta mentira política, rastreó su linaje hasta el emperador Trajano (98-117 d.C.). Y así, con esta carta, buscó legitimarse ante el pueblo", explicó Sharankov.
Las autoridades del Museo Regional de Historia pusieron la piedra en el lugar original en donde se encontraba en la antigüedad. De esta manera, esperan que los turistas que visiten la reserva arqueológica de Veliko Tarnovo, en Bulgaria, puedan admirarla.
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