En un restaurado edificio original de 1900, las hermanas Baires desarrollaron el diseño interior y la ambientación de siete lofts en el barrio de Belgrano “R”.
Ya conocido por el proyecto Baires Baires, el trío de hermanas detrás del diseño y ambientación de los lofts ubicados a pasos de la estación de tren de Belgrano R está integrado por las arquitectas María del Socorro y María Jesús, y la diseñadora gráfica María de los Milagros. “La intención general del proyecto fue resignificar una esquina emblemática, haciendo perceptible su reinserción en la vida de los vecinos del barrio, poniendo en valor un área que, antes de la intervención, ofrecía un aspecto degradado y, tal vez, olvidado. El edificio mantuvo su carácter original de construcción aledaña a la Estación de Ferrocarril”, cuentan las Baires.
Esquina de barrio
El edificio se encuentra en la esquina de una manzana triangular, fractura propia del tendido del ferrocarril. Tiene en total 800 m2 y el loft aquí exhibido -destinado a alquiler-, 114 m2. Su interior fue demolido por completo y reconstruido con unidades de dos o tres niveles (planta baja, entrepiso y subsuelo), mientras que la fachada original fue conservada y puesta en valor con la limpieza, reconstrucción y pintura de bajorrelieves y elementos ornamentales. También se llevó a cabo la reconstrucción de revoques, veredas y solados exteriores.
Puertas adentro
“El concepto del diseño interior reside en la simplicidad como impronta de elegancia. Una paleta de color neutral favorece la luminosidad de los espacios”, explica María del Socorro. La circulación es abierta y está integrada en un ambiente con tipología de loft, que sólo se interrumpe en el cuarto de baño, que queda aislado. Los tres niveles dialogan a través de balconeos y dobles alturas, que además habilitan el acceso de luz natural a través de grandes paños vidriados. En la planta baja se ubican el estar, el comedor, el baño y la cocina. En el entrepiso, que recibe luz cenital a través de una ventana de techo, se encuentran el dormitorio principal, el escritorio y otro baño, mientras que en el subsuelo hay un espacio de usos múltiples, un escritorio y un placard.
A nivel arquitectónico se consolidó la estructura, cuyo estado era precario y corría peligro de derrumbe. También se reconstruyeron e impermeabilizaron los subsuelos, se renovó el tendido de instalaciones eléctricas y termomecánicas, y se llevó a cabo la construcción de entrepisos, mampostería general y revestimiento con placa de yeso. Para minimizar la exposición a los ruidos y movimientos provocados por el tren, se realizó un tratamiento de insonorización y anti vibración.
Espíritu porteño: entre la nostalgia y la alegría
El blanco domina los ambientes, pero el color salpica las paredes. Las imágenes de la ciudad recreada por Baires Baires, enmarcadas en distintos tamaños, integran la identidad urbana a escalas que juegan con los espacios: “Elegimos colores fuertes para los ambientes más pequeños (baños por ejemplo) y una paleta neutral para los más grandes, como el estar y los dormitorios. Mezclamos obras icónicas de la ciudad, como el Obelisco, con otras más particulares como la Biblioteca Nacional o el bar ‘Los 36 billares’”, explica María Jesús.
El equipamiento fue cuidadosamente seleccionado para recrear las estéticas que conviven en Buenos Aires: desde la rústica y criolla, propia del almacén de ramos generales (desde su fundación, el edificio alojó distintos tipos de comercios) hasta la contemporánea, con detalles minimalistas en la iluminación y terminaciones a la vista. Parte del mobiliario y objetos fueron encontrados en una casa de antigüedades, y el caballo de calesita en una casa de demolición de Tigre: “Algunos elementos singulares, como el caballo o el antiguo escritorio, activan los resortes de una memoria que asegura la continuidad del pasado en el presente”, cuenta María de los Milagros.
Las puertas de acceso independiente desde la calle recuperan el pasado comercial del edificio: detrás de cada una de ellas, los sueños de inmigrantes emprendedores fueron realidad durante décadas. El último de ellos, acaso, una “zapatillería”: las Baires encontraron la vieja marquesina al hacer el relevamiento del edificio. Esta inédita versión de la propiedad horizontal, que no deja de ser “un testimonio de la arquitectura típica de fines del siglo XIX y principios del XX en Buenos Aires”, es hoy un espacio habitable y diseñado para revivir la ciudad de antes en la de ahora. El objetivo de las hermanas Baires de “llevar la ciudad a casa”, llega a buen puerto y se realiza en todas sus expresiones: en la recuperación del patrimonio, en la memoria arquitectónica y en el diseño que rinde tributo.
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