Un cocodrilo más chic
Modernizar el pique y la chomba, los desafíos de Oliveira Baptista, diseñador de Lacoste
Dos días para conocer América latina marcaba la agenda de Felipe Oliveira Baptista antes de volver a sumergirse en el diseño de sus próximas colecciones. Llegó a San Pablo un martes a primera hora para brindar entrevistas y asistir a un cóctel, y partió el jueves con la eminente luz del día de vuelta a París. Desde que se convirtió en el nuevo director creativo de Lacoste, tomando la posta dejada por Christophe Lemaire en septiembre de 2010, vive entre el boceto y el avión. Es que para actualizar un diseño global es necesario saber sobre sus usuarios y Lacoste los tiene en abundancia, alrededor del mundo.
Oliveira Baptista lo toma como un desafío, pero no tanto: lo avala la trayectoria de algo más de una década en la que trabajó para firmas de la talla de Max Mara, Nike y Uniqlo, antes de fundar en 2003 su propia marca de prêt-à-porter –de estilo moderno y colores plenos– en París. Con dos colecciones para Lacoste en su haber (presentadas en septiembre y febrero pasados; las dos con muy buena recepción), el creador portugués busca llevar la tradición del sportswear francés a otro nivel, sin tanta presencia del logo. Sobre su tarea de convertir a la mujer Lacoste a la doctrina de lo urbano, lo chic y lo confortable, conversó en exclusiva con LNR.
–¿Cómo es la nueva mujer?
–Lacoste es una marca con una historia muy extensa que necesitaba una nueva perspectiva de diseño, sobre todo en la línea femenina. Y mi trabajo fue alejar el estilo de lo puramente sportif para adaptarlo a la vida cotidiana, a lo fácil de llevar, fusionando contemporaneidad, diversos dress codes y tradición.
–Pero utilizando siempre telas relacionadas con lo deportivo…
–Sí, aunque empezamos a incluir materiales más nobles y sofisticados como seda, georgette, voile y lana para darle ese tono más casual a las prendas sin perder de vista lo global que tiene la firma. Tengo suerte porque los dueños de Lacoste son muy abiertos a las nuevas ideas y me dieron vía libre para crear.
–¿Y en el ambiente globalizado de hoy, dónde reside la inspiración?
–Puede provenir de distintos focos, pero el concepto se tiene que traducir siempre en ropa que la gente quiera ponerse. En mi propia marca tengo la suerte de trabajar con mi esposa, que tiene una perspectiva muy especial sobre la mujer. En Lacoste, una idea tiene que leerse de manera sencilla; es como producir una canción para que sea un hit.
–¿En qué se diferencia tu mirada creativa sobre Lacoste de la que tenés hacia tu propia marca?
–Es muy distinta, casi opuesta. La mía es una firma de nicho y Lacoste propone una moda mucho más democrática. Eso es lo que más me sedujo de la propuesta: hacer algo distinto y que al mismo tiempo se complemente.
–¿Cuántas colecciones diseñás por año?
–Alrededor de ocho, entre Lacoste y mi marca.
–¿Y es posible ser creativo en todo momento?
–Es difícil porque para desarrollar buenas ideas se necesita tiempo. La creatividad no siempre aparece en el momento preciso. Eso genera cierta presión, pero al mismo tiempo es un desafío interesante.
–Hoy el universo online es una parte importante de nuestra realidad, ¿estás muy conectado?
–Me interesa, pero el problema con los blogs y las redes sociales es que todo está disponible para todo el mundo. Por eso, al momento de pensar el concepto para mis colecciones soy más old school, prefiero pasar una tarde en una librería antigua y encontrar algo único que inspire el diseño.
–Con tantos soportes que existen ahora para mostrar colecciones, ¿por qué el desfile sigue tan vigente?
–Siempre se lo cuestiona, sin embargo sigue siendo la mejor manera de presentar una colección. Hay algo mágico en los desfiles: la energía, ver la ropa en cuerpos reales, la mise en scène y la música.
–Al momento de diseñar, ¿te involucrás en todo el proceso creativo?
–Sí, me encanta dibujar y también le dedico tiempo a la investigación: cada colección es un rompecabezas de referencias e inspiraciones. Le doy mucha importancia a esa parte de la creación porque le ayuda a visualizar el diseño al resto del equipo que trabaja en la creación.
–En retrospectiva, cada década del siglo pasado tuvo su propia moda, ¿pensás que en estos diez años se generará un look característico, teniendo en cuenta que el 2000 fue un mix de estilos?
–Es difícil entender una década cuando se está inmerso en ella y va a ser interesante como se verán estos tres primeros años. El 2000 tuvo mucho de estar en todos lados al mismo tiempo, con una estética muy lujosa y llamativa, y es probable que esta década sea más sobria, con un acercamiento más real y humano, a causa de la crisis, aunque no completamente porque la moda no puede vivir en ese estado de sobriedad permanente.