Un amor de verano. El proyecto de intercambio epistolar que suma adeptos
El arte de escribir cartas no está totalmente perdido, y aunque la muerte de la correspondencia ya haya sido vaticinada incontables veces (con el telegrama, el teléfono, el mail), nuevos tiempos y formatos encuentran el modo de resucitar el placer de escribir y leer. Así surgió el proyecto Un Amor de Verano, para conocer a alguien, ejercitar la escritura o, como ahora, para conectar con otros en tiempos inciertos. "Primero iba a ser algo entre personas del mundo literario, después decidimos abrirlo a amigos y conocidos presentándolo como un proyecto de escritura colectivo con el objetivo de escribir cotidianamente, pero también de entablar un vínculo con una persona desconocida. Dijimos que si se anotaban 30 personas empezábamos y ese primer verano fueron 500. Al año siguiente fueron 1500 y esta vez somos 2800. Aunque está abierta la lista de espera y más participantes se irán sumando en tandas", cuenta Tamara Talesnik, guionista egresada de la Enerc y una de las creadores de UADV.
Junto a su compañero Tomás Guarna, egresado de Sociales en la Universidad Di Tella, acompañan a los participantes con disparadores de escritura semanales, y piden que les envíen fragmentos de sus intercambios que luego van compartiendo como destacados de la semana en www.unamordeverano.com. Pero, ¿qué pasa si no te sentís cómodo con tu compañero o incluso no responde? Simple, los chicos dan la posibilidad de pedir reasignaciones. "Este año trabajamos más en la experiencia de la asignación. Pensamos mucho en qué hacía que un match fuese exitoso: armamos una encuesta, entrevistamos a ex participantes. A partir de eso, pensamos un cuestionario con algunas preguntas serias y otras un poco insólitas, desde qué temas preferirías evitar en la escritura hasta a qué celebridades invitarías a comer. Esas respuestas fueron procesadas por un algoritmo (creado por nuestro amigo Rocco Di Tella) que armó las parejas", señala Guarna
"En marzo 2020 recibí el primero de los casi 200 mails que llevamos de intercambio al día de hoy con mi flamante amiga de ‘Un amor de verano’. En estos meses se forjó una amistad profunda y sincera anclada solo en las palabras y evitando a toda costa conocernos las caras y las voces. Nos vimos por primera vez hace un mes pero nuestro intercambio de mails sigue intacto. Tenemos diario de pandemia y amistad. La mejor experiencia de mi vida", relata Soledad, de 30, directora audiovisual.
Ahora a no confundirse: pese al nombre de este proyecto de correspondencia con extraños, sus creadores resaltan que no es una agencia de citas ni buscan serlo. "Siempre nos enojamos porque aclaramos en todos lados que no es un servicio de citas e igualmente nos llegan todos los años mensajes reclamando que no les asignamos una persona del género que prefieren o de la edad que buscan", admite Talesnik no sin antes conceder jocosa que el hombre se presta un poco a confusión. Sin embargo, el proyecto es quizás sin proponérselo, un signo perfecto de estos tiempos en los que el amor –o la idea que tenemos del mismo– se encuentra en transformación. "Amor puede ser cualquier cosa. También soy fan de pensar el amor un poco por fuera de lo sexoafectivo e inclusive pensar lo sexoafectivo por fuera del paso a paso de cómo se supone que tiene que darse (conocés a alguien nuevo, tenés una cita, chapás, salís x cantidad de meses hasta ponerte en pareja, etc). Me parece que el encuentro con una nueva persona puede devenir en cualquier cosa: amistad de años, un intercambio sostenido en el verano que luego se diluye, un primer mail que nunca obtiene respuesta o, claro, romance".
¿Viejos hábitos?
En tándem con otros fenómenos como la vuelta del newsletter y el boom de la mensajería interna en plataformas de redes, UADV propone volver al uno a uno. ¿Existe algún atractivo particular, tal vez intensificado por la pandemia, en el gusto por cartearnos con otros? Puede que el aliciente de este fenómeno sean los "efectos residuales" de lo que fue una cuarentena estricta: incertidumbre por el futuro, el hecho de que todos pasemos forzosamente más tiempo conectados y con menos movilidad en esta nueva normalidad y cierto faltante de contacto social. Casi como que hubiera que compensar por el tiempo perdido. "Aunque el mail es algo bastante relegado, todos los vínculos pasaron a ser virtuales en cierta fase de la cuarentena. Y aunque creo que hay mucho hartazgo, también me parece que hay cierta naturalización. Durante mucho tiempo se siguió haciendo esa diferenciación medio boba de "vida real" y "vida virtual" que ahora ya es realmente imposible. Y a la vez, lo espontáneo y la posibilidad de un encuentro con desconocidos ya casi no existe. Hay algo del acercamiento a personas nuevas que un poco murió, al menos por ahora, y que creo que es una de las cosas que vuelve atractivas a Un Amor de Verano en este contexto", reflexiona Talesnik.
Y, ¿qué sucedió con los encuentros "random", la posibilidad de conocer a alguien en una fiesta o en la calle? "Conocí a una chica con intereses re parecidos a los míos y nos hicimos amigas por mail. Me acuerdo de mucho acelere en los relatos de anécdotas y de una vez que nos preguntamos si intercambiábamos números de celular para mandarnos audios. Elegimos que no y al día siguiente nos vimos por primera vez de casualidad en un recital", explica Luna, una participante de otras ediciones, quien terminó conociéndose por azar con su compañera. Algo impensado hoy en día.
Otro gran atractivo del proyecto tiene que ver con el éxito de lo epistolar como género, que, trasciende el formato tradicional de carta escrita a mano y metamorfosea en newsletters, fanzines o fan-letters, lit-letters, autoficción y otras variantes y derivaciones en formato digital.
Además esta clase de experiencias constituyen un muy necesitado respiro de la velocidad y ubicuidad de las redes sociales, y tal vez también, de la manera en que se da la comunicación actualmente. "En las redes nos escribimos todo el tiempo, pero es una escritura inmediata, breve y generalmente superficial. Escribir un mail extenso te permite reflexionar, agregarle una carga emocional distinta. Es muy difícil no abrirte a la otra persona cuando le mandás un mail sobre tu vida. Creo que el proyecto es un juego donde nos forzamos a un lugar de incomodidad y de apertura que hoy Internet generalmente no nos ofrece", aporta Tomás Guarna.
Para los deseosos de probar suerte escribiéndole a alguien que no conocen, todavía pueden sumarse.
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