Tv&Medios
La fotografía y los diarios y revistas tienen desde junio un espacio propio en Canal (á). Los programas NMM y Grafonautas buscan atrapar la atención del espectador con estrategias poco convencionales. Y lo que es mejor, lo consiguen.
En 1799 nació el primer diario; exactamente cuarenta años más tarde, la primera fotografía. Desde entonces, ambos medios han servido como instrumentos de comunicación de muy vasto alcance, capaces de formar opinión a nivel masivo y, en algunos momentos claves, de hacer alguna ola en el curso de la historia. Por afinidad innata, el periodismo escrito y la imagen fotográfica pronto encontraron un mismo e inevitable soporte: el papel. De allí en más, la alianza ha sido indestructible, aunque la puja entre imagen y letra por el predominio de las páginas favoreció más a la primera en las últimas décadas.
Lo cierto es que durante mucho tiempo los medios gráficos y la fotografía no fueron analizados como entes autónomos, como productos con características específicas. Los escritos propiamente periodísticos se entendían como un género bastardo de la literatura, del mismo modo que la fotografía, demasiado ligada en sus orígenes al peso aurático de la pintura, vaciló durante más de un siglo antes de definir su propia ontología.
Hoy, superados estos pruritos, tanto el periodismo gráfico como la fotografía están sustentados por un enorme bagaje teórico. En este contexto, no resulta extraño que uno y otro sean objeto de análisis incluso en la televisión. Fue en junio último que la señal de cable Canal (á) lanzó al aire sendos programas dedicados a estos temas, con un perfil a la vez informativo y recreativo.
Con una mirada original, NMM (Ene Milímetros) y Grafonautas proponen un acercamiento a estos medios desde otro medio. NMM , que puede verse los martes a la 1, a las 6, 11.30, 15.30 y 19.30, y los sábados a las 18.30, aborda el mundo de la fotografía en todo su espectro: del fotoperiodismo a la fotografía de autor, desde las correrías de un paparazzo hasta los secretos de la microfotografía. Grafonautas , que se emite los viernes a la 0, a las 6, 12 y 17, y los domingos a las 14.30, se acerca al mundo de los diarios y las revistas desde un lugar inusual: en la pantalla, los protagonistas no son los medios gráficos sino sus lectores y, en menor medida, algunos de quienes los hacen.
La línea editorial de NMM no es nada rígida. El equipo liderado por Cecilia Amenábar, productora general, penetra en el ámbito de las cámaras desde todos los ángulos posibles, si bien el programa cuenta con una estructura básica de cuatro secciones.
En Autorretrato tienen la palabra los artistas. Sea consagrado o no, el invitado presenta su obra en un contexto elegido por él: escenografía, vestuario y hasta una mínima puesta actoral. Hasta ahora pasaron por esta sección Alberto Goldenstein, Res, Valeria Bellusci, Adriana Lestido y Marcos López, entre otros.
La sección Informe recorre algunos puntos sobresalientes -y a veces poco conocidos- de la trayectoria de grandes fotógrafos internacionales. Una voz en off y música de fondo acompañan las imágenes en un tempo justo para facilitar la contemplación sin perder el ritmo televisivo. Robert Franck, Martin Parr y Jeff Wall fueron algunos de los artistas tratados en las últimas emisiones.
Instantáneas y Fotogalería se alternan cada quince días. En la primera se proyecta un pequeño portfoliode polaroids tomadas por alguno de los seis integrantes del equipo. La intención, con mucho de juego, es presentar fragmentos inusuales de la vida en la ciudad: rincones con algún valor visual -por ejemplo, las texturas de las paredes de Buenos Aires-, usos y costumbres -como los accesorios que la gente vistió para un recitalde los Chemical Brothers-, personajes, escenas y todo lo valioso que muchas veces escapa de nuestra atención. En la Fotogalería , en cambio, se ofrece un popurrí de fotografías de distintos autores. Estas secciones, está claro, apuntan a estimular el goce puro de la contemplación.
Detrás de y La muestra también se alternan cada dos semanas. El seguimiento de la actividad de un fotógrafo -no importa a qué rama del medio se dedique- o la filmación de un backstage -de una producción de fotografía de moda, por caso- son temas característicos de la primera sección. En La muestra , la cámara de NMM irrumpe en la inauguración de una muestra y, además de hacer un paneo por las obras colgadas y robarle algunas palabras al protagonista de la tarde, busca capturar el clima de la sala, incluida la fauna exótica de rigor.
Ahora bien, ¿cómo presentar fotografías utilizando como soporte un medio audiovisual como la televisión? Ese fue el desafío, inteligentemente sorteado, de Amenábar y compañía. La agilidad del programa se debe, en buena medida, a la decisión de no buscar un producto superproducido. Por el contrario, el equipo de NMM deja muchas cosas libradas a la improvisación. Sin reencuadres ni retoques, la imagen aparece en la pantalla con la mínima intervención posible, aunque obviamente el material crudo requiere de cierta edición.
El color, la luz y otros detalles específicos de las fotos casi no se alteran al pasar por el tamiz de la pantalla, lo cual resulta una ventaja decisiva. Sólo hay un aspecto en el que el control de la edición se vuelve obsesivo: el tiempo que las fotos permanecen en el aire. En este sentido, la duración varía según la cantidad de información que contengan las imágenes: no se ven de la misma manera una marina y una imagen urbana.
La apuesta de NMM tiene una respuesta cada vez más favorable entre el público. E-mails y cartas llegan a la producción con mensajes de aliento y pedidos de notas. Por este canal de información el equipo pudo obtener un perfil de los espectadores: tienen entre 15 y 45 años y se caracterizan por su sensibilidad y cultura general.
El lector de quiosco
Una franja de público similar sigue fielmente las emisiones de Grafonautas , aunque en este caso el espectador tipo es el lector de quiosco, de una curiosidad amplia e indefinida. Así lo sostiene Patricio Barton, productor general y conductor del programa.
La cámara de Grafonautas apunta casi siempre sobre ese lector. En las entrevistas habituales, un fanático de Corsa confiesa sus obsesiones a la hora de coleccionar, y otro cuenta cómo reconstruyó la historia de la radio a través de recortes de diarios y revistas. Muchos de estos personajes surgen de los mismos e-mails que llegan al programa. "Nuestro objetivo es rescatar la mística de la gráfica", dice Barton. Importa la experiencia "del que recuerda un hecho tal como lo leyó en un medio gráfico, del que espía el diario de la persona que va en el asiento de al lado en el colectivo".
Una de las secciones fijas del programa, Canilla libre , es toda una caja de sorpresas. Los vendedores de diarios revelan preferencias y psicología de los clientes-lectores con una agudeza sorprendente. Esta perspectiva se cruza con la de redactores u humoristas gráficos -Quino, por ejemplo- y así, la cadena que va del medio gráfico al lector, con todos los eslabones intermedios, es pasible de observaciones y descubrimientos.
Para hoy y el domingo, Grafonautas seguirá la cobertura que un redactor de El Gráfico hace de un partido de fútbol, además de ofrecer una entrevista a Andrés Cascioli, dueño de Humor y responsable de muchas de sus tapas. Figuras fuertes de las próximas ediciones serán García Ferré y Sendra. Por su parte, NMM tiene preparado para mañana un encuentro con Carlos Lares, fotógrafo de turf, un Autorretrato de Horacio Coppola y un Informe sobre Philip Lorca Di Corcia. Para el martes y el sábado siguientes, los invitados serán Fabiana Barreda y Josef Koudelka. Lo demás es sorpresa.
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