En el momento en que se retiró Francescoli dejaste de ir a la cancha, ¿por qué?
Nunca fui un fanático de esos que van a la cancha de local, de visitante y en cualquier condición, pero sí iba con mi viejo y con amigos cada tanto. Cuando se retiró Enzo fue como si también se retirara un tipo de fútbol que yo no encontraba en otros jugadores. Había algo en la elegancia de Francescoli, un modo de jugar y ver la cancha que me resultaba muy atractivo. Además se sumó una violencia que no me gustó, sentir miedo en una cancha es delirante porque el fútbol es un espectáculo.
¿Qué te gustaba y luego dejó de interesarte del fútbol profesional?
Me interesaba el hecho de que además de ser jugadores profesionales, uno veía que se divertían. Se podía ver el juego colectivo y las gracias individuales con un aporte de la picardía, un costado atorrante, las gambetas endiabladas del Burrito Ortega, la elegancia de Enzo. El placer no estaba solo en ganar, sino en el trámite, en el juego, cosas de potrero.
Sos fanático del fútbol amateur, ¿qué es lo que te apasiona?
Todo: la ceremonia, el partido y el pospartido. Juego todos los lunes. Uno arranca el día sabiendo que va a jugar a la pelota y el espíritu se predispone hacia la felicidad. Me gusta armar el bolsito, llegar antes, la charla previa, lo que pasa en la cancha y después defenderse en el tercer tiempo como si se hubiese jugado la final de la copa. Por no perderme el fulbito hice de todo: cambié pasajes, fui a recibir premios en el último turno después de jugar, todo transpirado y cambiándome en el auto. Una vez se presentaban unos vinos de artistas –entre ellos, el mío– y no fui porque tenía partido. Les dije a los organizadores que si me entendían íbamos a ser amigos.
Tu viejo creó el famoso león del escudo en la camiseta de los 80. ¿Cómo fue esa historia?
En esos años Hugo Santilli asumió la presidencia de River y quería cambiarle el mote de gallina al club. Entonces decidió crear una nueva mascota. Creo que él pensó en un águila y a mi viejo se le ocurrió un león. Cuenta Santilli que se juntaron en un restaurante, despejaron la mesa y mi papá dibujó sobre el mantel de papel la idea del león emergiendo del Monumental. Después lo terminó de perfeccionar mi tío Claudio. Con esa camiseta salimos campeones de todo y los jugadores no la querían cambiar por cábala.
¿Hiciste fuerza alguna vez para que Clemente sea de River?
Clemente fue de Boca porque originalmente era un personaje secundario; el protagonista era Bartolo, que era hincha de River, como mi viejo. El tema es que con los años Clemente se fue comiendo la tira, así que le salió el tiro por la culata. En un momento buscó una excusa como para que Clemente se hiciera de River, pero recibió miles de cartas de bosteros indignados. Al final, a mi papá lo querían en River porque sabían que era gallina y los de Boca, por Clemente.
Completá la frase
- Si te pidieran un dibujo para el escudo... sin dudas lo haría porque hay un cariño histórico con esa camiseta.
- Si al mismo tiempo River juega un partido importante y tenés un fulbito con amigos... voy a jugar seguro: el fulbito de los lunes no se mancha.