Turf en bandeja
Leandro Lopatín y Joaquín Levinton comparten un hobbie. No les importa la música electrónica y critican el furor DJ, pero los fines de semana se suben a la cabina
Cuando el actual Podestá todavía era la disco La Argentina y el hit Loco, un poco no estaba en boca de nadie, Leandro Lopatín ya se entretenía haciendo bailar a la gente. Pero hace unos meses el hobbie se hizo contagioso entre los chicos de Turf y Joaquín Levinton también empezó a mostrar su faceta DJ en el microclima de Palermo.
"Ahora no compro vinilos, tampoco me interesa mucho la música electrónica, todos esos temas hechos para enganchar -escupe Lopatín-. Sólo me divierte arengar y mover un poco las perillitas en joda... tanto como jugar al tic y taca".
Todo mezclado. Desde Beck cantando en mexicano hasta Leonardo Favio, pasando por el compilado Sónar 2002, el guitarrista teje enganches inesperados en la planta baja del super club de copas. "Siempre trato de buscarle una vuelta, pero tampoco le doy mucha importancia", dice el músico, interesado en dejar en claro que se considera disc jockey, "pero no en el concepto pelotudo de ahora". Y justifica: "Lo que pasa es una jugarreta mundial muy obvia. Traemos a DJ Petula, le pagan el pasaje a un pibito con una mochila de discos y todos se conforman con un chabón que sólo engancha un tema con otro...", critica el furor DJ.
En alguno de los tantísimos bares de su barrio o en el Buenos Aires News, Levinton aparece casi de incógnito. Y siempre genera confusión entre el público descubrir al baby face de Turf detrás de las bandejas. "Hago mucho bardo y llamo la atención, justamente, porque desencajo con lo que es el DJato ", reconoce el cantante, orgulloso de su rebeldía. Improvisando con instrumentos sobre las bases, sus set de "rock and roll electrónico" tienen como denominador común la inclusión de Elvis. "Aunque de esto a ser DJ hay mil dólares de distancia", advierte, tomando distancia. Otra feliz coincidencia con su amigo Lopatín.