Estamos en una Era en la que los consumidores no son fieles, son más bien experimentadores perpetuos que buscan nuevo valor y flexibilidad máxima.
Por Dr. Juan Carlos Lucas
Director de INNOVA consulting, speaker, coach y consultor de empresas, organizaciones y emprendedores. Columnista en distintos medios. Profesor e investigador en Management 2.0.
www.juancarloslucas.com.ar
Antonella Broglia utiliza el término trysumerism (ver el video al final de la nota), inspirado en el verbo try (en inglés, probar), y que hace referencia a un tipo de consumidor que es un eterno experimentador de nuevos productos y servicios, sin necesariamente comprometerse permanentemente con ninguno. Así una mujer puede elegir un servicio de alquiler de carteras de marca, utilizando una marca distinta cada mes, en lugar de pagar por una cartera muy cara que la ata a su uso durante un tiempo muy largo. Lo mismo podríamos decir del alquiler de autos de lujo por parte de los hombres, en lugar de decidirse a la compra de uno en particular.
Este fenómeno es la punta del iceberg de una tendencia mucho más amplia de cambio en los hábitos de los consumidores, sobre todo de los miembros de las generaciones más jóvenes. Veamos algunas tendencias:
El consumidor decide asesorado por sus amigos de la web. Los referentes de Internet pasan a ser los influenciadores más importantes en las decisiones de compra. Los bloggers reconocidos y los contactos en redes sociales comienzan a ser una voz más confiable que la propia empresa proveedora, a la hora de tomar decisiones de compra. Algunas empresas han tomado conciencia de esta tendencia. Un ejemplo revelador es el de la marca de colchones Sleep Number, que creó el sitio beds.com, caracterizado por agregar en él todas las entradas en blogs y redes sociales en las que se hace mención a la marca. De manera tal que quien visita el sitio y los propios gerentes de la compañía pueden monitorear en tiempo real las opiniones positivas y negativas de los clientes, sus inquietudes, sus insatisfacciones y la forma en que utilizan habitualmente el producto. Este sitio podría quedar como una herramienta de gestión interna, una suerte de metodología de clipping de consumo 2.0. No obstante la empresa en cuestión entendió que el eje del protagonismo en la nueva web es la transparencia y la colaboración, por lo que hizo público este sitio y creó una comunidad en torno al cultivo de las mejores prácticas de descanso y mejora de la calidad de vida. Por estos días Internet se está transformando en la mejor forma de conectar oferta y demanda.
El consumidor participa en la creación de su producto. Hoy es posible diseñar los productos junto con los clientes en procesos abiertos y colaborativos que son posibilitados por los escenarios de la web 2.0. Un caso muy ilustrativo es el de NikeID. Este sitio permite a sus visitantes crear su propio modelo de zapatilla: seleccionar materiales, colores, suelas, tipos de corte y hasta incluir una identificación personal. La empresa fabrica la zapatilla y la envía al cliente, pero el diseño queda en el catálogo del sitio y puede ser compartido con otros visitantes. Este es un ejemplo de lo que hoy se denomina co-creación de valor con el cliente.
Ser consumidor es una experiencia que está cambiando con el impulso de las posibilidades de una web cada vez más social y colaborativa.
Trysumerism:
en este capítulo del video-podcast
Balzac.tv,
Antonella nos cuenta sus impresiones sobre la transformación en los hábitos de consumo de las nuevas generaciones.
LA NACION