Trucos: ¿sirve la cucharita para mantener el gas de la cerveza?
Seguramente más de una vez escuchaste que la solución para que no se le vaya el gas a una botella de cerveza. era colocarle una cucharita en el pico antes de guardarla en la heladera. Esta costumbre forma parte de la tradición de muchos hogares pero, según sostiene Antonella Sotera, jefa de aseguramiento de la calidad en CCU, es imposible que esta práctica resulte efectiva.
Lo primero que explica la especialista es que las botellas y latas de cerveza están diseñadas para un "consumo instantáneo". La única excepción a esta regla son los botellones o "growlers" que, al tener una tapa a rosca, pueden resistir dentro de la heladera por alrededor de 48 horas sin perder sus propiedades.
"Si tenemos una botella ‘convencional’ o una lata, lo ideal es consumirla en la ocasión en las que se la abre y no guardarla para otro momento", indica. También destaca que "no es que la bebida nos vaya a hacer daño" sino que, tras un par de días abierta, perderá el gas y parte de sus aromas. "Además, puede que absorba algún aroma no deseado proveniente de la heladera", agrega.
""En la oxidación (contacto con el aire) el producto se 'avejenta'". Por ejemplo, una cerveza IPA, que posee un gran aroma que proviene del lúpulo, lo irá perdiendo con el pasar de las horas. Lo mismo sucede con otras variedades, como puede ser una rubia Lager, que tiene aromas más suaves y sutiles pero que también se perderán cuando entre en contacto con el oxígeno", detalla.
Con respecto a las tácticas de la cucharita o a la de volver a colocarle la tapa, la experta adelanta que no resultarán efectivas. "En el caso de la lata, no vamos a tener una tapa que nos asegure el correcto cierre. Por su parte, por más esfuerzo que se realice para volver a colocar la tapa original de la botella, ésta ya perdió la forma y el gas se nos escapará igual".
"El truco de la cucharita tampoco nos va a servir para mantener el producto en las condiciones deseadas porque el ingreso de aire va a contribuir a la oxidación de la cerveza", cuenta echando por tierra el mito.
A pesar de que podría pensarse que las cervezas artesanales podrían perder el gas más rápido, Sotera señala que, a la hora de la oxidación, no existen diferencias entre éstas y una de tipo industrial.
"Es una regla general, todas las cervezas pierden su carbonatación si no las tapamos o las tapamos de manera inadecuada. En términos de sabor, probablemente en algunas percibamos menos la pérdida de sus características, pero en todas va a existir una diferencia con respecto al original", explica.
En este sentido, uno de los principales indicadores de que la bebida ha perdido el gas es que pueden comenzar a percibirse "algunos sabores que nos recuerdan al papel o al cartón" y que "no son agradables".
Otro factor que hace que estas bebidas se oxiden con mayor rapidez es el calor, al que Sotera define como "el peor enemigo de la cerveza". "Si guardo la botella en un ambiente frío o templado, me va a ayudar a conservar un poco más los gases pero, de todas maneras, no es recomendable guardarla una vez abierta".
Finalmente, la buena noticia es que todas aquellas cervezas que no llegamos a consumir pueden reutilizarse en recetas de cocina y así no desperdiciarlas.
"Es una buena opción. Podemos guardar la cerveza en la heladera, preferentemente tapada durante una semana o dos y aprovecharla para cocinar. Podemos sorprendernos con los nuevos sabores que podemos llegar a lograr en nuestros platos", concluye la jefa de calidad de CCU.
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