Stephie Bacqué tiene 32 años, es de Montevideo pero vive en Buenos Aires junto a su marido. Aficionada a los estudios se recibió en Administración de Empresas, se especializó en Finanzas con un máster en Harvard y un MBA en España, luego estudió Health Coach en Nueva York. "No me puedo quedar quieta y estoy acostumbrada al título, siento que para dar información tenés que no solo estar informada sino tener una certificación y una preparación en algo". No sabe bien por qué cree esto pero lo cierto es que le gusta estudiar, capacitarse y rodearse de gente que la guíe hacia el conocimiento.
Con una energía arrolladora no paraba un minuto y a los 24 años el cuerpo le pasó factura: en menos de un año tuvo tres neuralgias que la hicieron replantearse el modo en el que estaba viviendo sus días.
Tres neuralgias en un año
Hoy Stephie mira a la distancia y reconoce no solo el estrés laboral sino también el que tiene que ver con situaciones personales: "En ese momento falleció mi abuelo y después se divorciaron mis papás, todo eso me generó mucho estrés y estar en estado de alerta constante. Mi abuelo estaba internado y yo iba todos los días a hacerle compañía, una vez, mientras rendía un examen en la facultad tuve la necesidad de ir con él. Me senté a su lado, los dos solos, le hablé y como que hizo una respiración y se fue sosteniendo mi mano. Es lo mejor que me pasó en la vida, se fue acompañado por mí, eso me trajo mucha calma. Respiré y le comuniqué a mi abuela que estaba en el pasillo", recuerda Stephie aún emocionada.
Fue para esa época cuando tuvo tres neuralgias "la primera me la tomé light, la segunda me desmayé en la oficina y tuve que estar internada varios días. Al principio no podía casi hablar porque me quedó la mandíbula dura, la nuca contracturada y unos tremendos dolores de cabeza, en esosdías de internación me pasaban calmantes, pero son como unas puntadas muy fuertes que no podés imaginar lo fuerte del dolor si no lo tenés" describe Setphie.
Cuando tuvo la primera neuralgia el médico le recomendó que se tomara unos días libres en el trabajo pero a ella no le gustó la idea y siguió trabajando. A los seis meses tuvo la segunda y a los días la tercera: "el médico me preguntó ¿estuviste tranquila?, y yo dije que la verdad que no, llegué a casa y me puse a llorar",cuenta.
Ahora sí tenía que parar
Empezó a meditar, a practicar yoga más seguido, en definitiva encontró una nueva veta en su vida que le gustaba.
El descubrimiento como health coach.
Desde chica siempre quiso estudiar medicina, le atraían oncología y nutrición. Recuerda que si alguien se lastimaba ella iba y trataba de ayudar y curar. Averiguó para ser nutricionista pero le pareció que era muy metódico, ella buscaba una veta holística y así fue como descubrió el curso de Health Coach de manera online y una parte presencial en Nueva York.
Atiende pacientes que quieren bajar de peso pero busca el por qué para evitar el efecto rebote. También atiende, y es lo que más disfruta, pacientes con enfermedades oncológicas: "Lo haces pensando en biología celular, qué se puede generar con ese alimento. Todos los alimentos en sus formas simple tienen un por qué, hay que tener en claro qué es lo que te ayuda a generar eso que comés. Y además acompañás a las personas en el proceso, en ver qué es lo que le está pasando. No es que todos los procesos terminan bien pero por lo menos los ayudaste en el camino", explica Stephie.
Hace prácticas con el Dr Mario García que atiende pacientes oncológicos y que además de médico es también Health Coach. "Trabajé mucho con el tío de mi marido que tuvo cáncer de páncreas, depende de cada órgano lo que vos podés comer por cómo lo procesas. Entonces le armé una dieta específica que la compartió con su oncólogo y el médico, quien por supuesto, tiene la última palabra. Nosotros somos acompañantes de salud, no podemos sacar al paciente un medicamento que está tomando por ejemplo. Hay que respetar a todo el mundo porque cada uno estudió y sabe de lo que estudió", sostiene Stephie que armó, tanto en Buenos Aires como en Montevideo, un equipo de médicos de confianza a los cuáles recomienda a sus pacientes según sus necesidades, así como una instructora de yoga. "Nosotros estudiamos dos círculos: la parte emocional que es la alimentación primaria y los alimentos que es la secundaria. Cuando veo que a la parte primaria le falta mucho tengo una psicóloga que trabaja conmigo o biodecodificación", explica a modo de ejemplo.
Stephie recuerda que siempre le gustó acompañar a familiares de amigas o gente conocida durante sus enfermedades: "Creo que la reproducción celular se basa mucho en la parte emocional y tiene que ver con la alimentación, todo va de la mano, la meditación y el estar tranquilo ayudan porque desde la mente manejamos mucho lo que es la parte celular y no nos damos cuenta que mandamos muchos mensajes internos", reflexiona.
Entre las finanzas y lo holístico
Hoy su rutina es diferente: trabaja en finanzas pero a la mañana se toma su tiempo para hacer lo que necesita, a la tardecita practica yoga, atiende pacientes, "sigo teniendo mucho trabajo pero cuando mi cuerpo me dice que estoy trabajando un montón entonces freno. Soy muy energética y trato de hacer muchas cosas a la vez. El Health Coach trato de aplicarlo a mí también porque uno a veces hace algo que no lo puede aplicar a sí mismo y como el ambiente de las finanzas es absorbente y con tanta adrenalina, porque el mercado varía todo el tiempo, tenés que tratar de controlar eso".
Stephie se siente orgullosa de que puede tener un balance en su vida entre las dos cosas que le gustan. Su personalidad sigue siendo la misma de siempre, pero ella se siente balanceada y al escucharse un poco más, sus picos de estrés pasaron a ser un tema del pasado.
Hoy sus días se dividen entre el trabajo en Finanzas, sus pacientes de Health Coach y abrió junto a un socio cinco locales en Buenos Aires de Poke Salad, Stephie se encarga de la parte de calidad del producto, se asegura que el arroz sea el yamaní o que la leche de almendras no tenga azúcar, por citar algunos ejemplos. Si bien no está en el día a día, los fines de semana le gusta pasar por sus locales de Poké & Roll y asesorar a los clientes acerca de sus ensaladas.
"Me dí cuenta de que si trabajás y no te das cuenta de que estás trabajando está buenísimo. En algún momento de mi vida voy a vivir solo del Health Coach, pero por ahora las finanzas me gustan y no las puedo soltar, crecí con ellas", asegura acerca de su futuro Stephie, que si bien hace muchas cosas, al menos ahora aprendió a frenar y a escuchar a su cuerpo. Su receta.
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