Tres ideas para poner en práctica en momentos de crisis y así lograr salir adelante

Todos atravesamos, alguna vez, momentos difíciles en los cuales surgen situaciones imprevistas y se producen cambios que irrumpen, alterando nuestra rutina y nuestras costumbres. Para no ser afectados negativamente por ello, podemos recurrir a tres ideas prácticas que comparto a continuación:

1. El álbum de medallas del pasado

Todos los seres humanos hemos tenido victorias en el pasado. Te invito a pensar en la crisis que estás viviendo hoy y a responder algunas preguntas: ¿Qué crisis similar tuviste en el pasado? Puede ser parecida o igual. ¿Cómo accionaste para superarla? Considerá las herramientas que utilizaste. ¿Cómo podrías aplicarlas hoy?

Todos, cuando miramos hacia atrás, nos damos cuenta de que contamos con medallas de victorias ganadas. Pararnos en esos logros y en esos recuerdos nos fortalecerá para poder afirmar: “Si pasé por aquello, lo superé y seguí adelante, también podré seguir adelante después de sobrepasar esta crisis que estoy viviendo ahora”.

2. Lo mío + lo nuevo

Supongamos que te mudás a otro país. Una vez allí, podrías adoptar tres actitudes: 1) Llevás tu propia cultura y rechazás la cultura diferente de ese lugar porque te resistís a lo nuevo. Como resultado, terminarás estresado. 2) Abandonás tu cultura de origen y te mimetizás con lo nuevo adoptando la cultura de ese país. En este caso, sentirás que te faltan raíces. 3) Llevás lo tuyo: tus costumbres, tus ideas, tus hábitos (por ejemplo, para un argentino, puede ser “tomar mate”), los objetos que te conectan con tu tierra, etc. y, al mismo tiempo, tenés una actitud de apertura para aprender, aceptar y sumar nuevas costumbres y perspectivas, lo cual te permitirá adaptarte con facilidad.

En las crisis, debemos pararnos en nuestras fortalezas; pero además estar dispuestos a recibir todo lo nuevo que esta situación viene a enseñarnos y así descubrir fortalezas que desconocíamos.

3. Conclusiones de proceso

Si nosotros evaluamos lo que nos sucede día por día, experimentaremos altibajos. Un día estaremos bien y, al día siguiente, mal. Lo aconsejable es sacar conclusiones globales. Por ejemplo, tomamos un período de tiempo, como una semana o un mes, dependiendo de las circunstancias, y lo evaluamos globalmente. De eso se tratan las “conclusiones de proceso”. Evaluar una situación hora por hora, o día por día siempre nos generará estados de ánimo cambiantes que no nos permitirán funcionar eficazmente para resolver todo aquello que se nos presenta como un desafío.

El objetivo de las crisis no es destruirnos, como algunos creen, sino todo lo contrario. Estas suelen aparecer para sacudir un poco nuestra vida, para despertarnos, para dejarnos alguna enseñanza, para dirigir nuestra mirada hacia adentro y descubrir nuevas fortalezas en esa “caja de herramientas” con las que todos venimos equipados. Aunque a veces te veas temporalmente derribado, recordá que sos capaz de ponerte de pie y seguir avanzando hacia la cima. ¡Que nada te detenga!

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