En la Costa Verde de Río de Janeiro, Ilha Grande se cerró al turismo durante cinco meses. Fue una crisis económica muy fuerte para esta isla que vive exclusivamente de sus visitantes, pero algunos supieron aprovechar la parada y los precios bajos para armar algo nuevo. "Lo habíamos soñado por demasiado tiempo, pero era imposible. Con la llegada de la pandemia aparecieron oportunidades y nos animamos; ahora hay que ver qué pasa en los próximos meses", cuenta Totó, una de las argentinas emprendedoras. Hasta el momento se puede viajar a Brasil por vía aérea, contando con PCR negativo al entrar al país vecino, y de regreso a la Argentina.
Tres amigos en la perfecta Praia da Julia
Lo pensaron todos, lo hicieron ellos. Praia da Julia era el lugar perfecto, cerca del centro de Abraão pero también separada por un senderito que la hace más exclusiva; un espacio donde nunca hubo más que un barcito o kiosco pero que daba para mucho más por el entorno, los turistas, la vista a los barcos al atardecer. La oportunidad apareció con la pandemia, y tuvieron que aprovecharla: "Si no lo hacíamos nosotros, con seguridad nos íbamos a arrepentir, había fila para agarrar este cantinho", dice Josefina Donadío, una de las tres patas en esta sociedad de amigos. Y Ana Bolo Bolaño suma: "Quisimos armar una propuesta completamente diferente a todo lo que hay en Ilha Grande, con una buena carta de cocktails, sesiones DJ y bastante rock, cocina de base argentina con toques gourmet. Ni hablar de la decoración, ya nos han dicho que acá se sienten como si estuvieran en Ibiza o Santorini".
Surtô no tiene una traducción directa al español, pero significa algo así como "se volvió loco" o "tuvo un brote psicótico"; y sí le cabe la expresión, porque la playa de Julia cambió radicalmente de un día para el otro, con bastante inversión y buen gusto. Josefina y Ana son una dupla probada, tienen otro restaurante en la isla -Las Sorrentinas-, que acaba de cumplir nueve años.
Pero para este proyecto decidieron sumar a Nicolás Sánchez, de la misma edad que ellas, 38 años: "En Buenos Aires trabajaba en un correo, siempre lo mismo, hasta que me pasó como a Julia -se ríe- y surté. Llegué a la isla en el año 2015 y trabajé siempre en cocina, muchos años en Sorrentinas y el último verano armé Feliz Domingo, una pizzería en casa que funcionaba solo los domingos, que era mi día de folga (libre)".
Julia Surtô inauguró el 25 de noviembre, tiene un deck blanco sobre la arena, luces de feria y muchas plantas, sombrillas de madera y tela en crudo bien amplias, vajilla de barro y cerámica. La carta de tragos fue diseñada por el uruguayo Fabián Martínez y el menú, por la chef argentina Cristina Sánchez Nazaré -tiene su "a puertas cerradas" en Río de Janeiro-. Todo es rico, pero un buen combo podrían ser las ribs con papas al horno rellenas con bacon crocante y quesos, con chutney de mango, y para tomar un Isla Bonita, con vodka, Aperol, mix tropical, cítricos y menta. "Entre traer de afuera o contratar de la isla, claro que preferimos trabajar con personas de acá. Tenemos las hamburguesas de Astrid, las medialunas de Mery, el diseño del logo y los menús estuvieron a cargo de Rocío y las pinturas de Sofía", Josefina enumera a amigos que viven en el barrio. Y Ana remata: "Este es un espacio de todos, por eso también nos animamos a hacerlo en plena crisis por la pandemia. Fue una apuesta fuerte, pero estamos seguros de que va a funcionar".
- Más info: Julia Surtô abre todos los días de 10 a 22.30. El cubierto promedio va de 70 a 120 reales y los domingos son de pizza con Feliz Domingo. En Instagram.
Las gurisas de los pokes y las meriendas
Totó es Antonela Frascarelli y Pitu es Camila Pagola, pero nadie las conoce por sus nombres en Ilha Grande. Están acá y son amigas desde el año 2013, la primera es de Ituzaingó, Provincia de Buenos Aires, tiene 31 años, y la segunda es de Maldonado, Uruguay, tiene 32. Empezaron a soñar con poner un restaurante cuando compartieron unas vacaciones en Costa Rica, y si bien las dos son viajeras e inquietas, nunca dudaron que el lugar para hacerlo era esta isla tropical del litoral carioca.
"Tiene una energía muy especial, o te rechaza de una o te conquista para siempre. Veníamos con esta idea hace mucho tiempo, pero todo era muy caro, imposible, hasta que llegó la pandemia y aparecieron algunas oportunidades", cuenta Totó.
Ilha Grande estaba completamente cerrada al turismo cuando las chicas decidieron comprar el fondo de comercio de Coruja, una casa de empanadas, y convertirlo en Gurisa. El local tiene 1.8 metros de frente por 7 de fondo, incluido el baño; es muy chiquito pero está ubicado sobre la calle principal de Abraão, a pocos metros de la iglesia. Aprovecharon la cuarentena para reformarlo por completo, hicieron muebles a medida y sacaron partido del espacio aéreo, pintaron todo en colores pasteles, y trabajaron en la carta con la asesoría y el entrenamiento de la chef Cristina Sánchez Nazaré.
La propuesta es única, absolutamente novedosa entre los bares y restaurantes que hay en Ilha Grande. La estrellita son los pokes, una comida hawaiana a base de arroz de sushi, con distintas verduras y semillas, y algún tipo de proteína. Los nombres de estos platos son pequeños homenajes a las grandes mujeres de la historia, por ejemplo el Frida, que lleva pernil estilo oriental, repollo, cebolla colorada, cebolla caramelizada, pimientos, pepino, salsa de soja y semillas de sésamo.
Junto con los pokes, los sánguches son combinaciones perfectas e interesantes, abundantes y a la vez frescos para el verano. Con pocas mesas en la calle, el bar es ideal para un buen desayuno antes de arrancar el día, o para uno de los combos de merienda al volver de la playa. También ofrecen take away, para que los viajeros se puedan llevar su almuerzo a los senderos o a las excursiones de lancha. ¿Por qué Gurisa? Según Pitu: "Porque existe en Argentina y en Uruguay, porque iba a ser algo distinto, que llamara la atención de nuestros compatriotas, muchos vienen a tomar los desayunos con medialunas o tostaditas con mermelada. Además, porque somos mujeres, amantes del poder femenino, de la garra femenina. Queremos que se transforme en un point de encuentro entre nosotras".
- Más info: Gurisa abre de miércoles a lunes de 8 a 14 y de 16 a 00 h. El cubierto promedio es de 35 reales para almorzar o cenar, y 15 reales para desayunar o merendar. En Instagram.
Si la isla lo provee Bonito Bar los sirve en bandeja
Pablo Carramendi (45) es uno de los dueños del hotel Bonito Paraíso y el ideario de la carta de Bonito Bar, que abrió en febrero de 2020, justo antes de la pandemia. Ubicado en la playa de Abraãozinho, en Ilha Grande, el terreno es inmenso, junto al mar y repleto de mata atlántica virgen.
En ese entorno, Pablo veía que había demasiados productos propios de la isla para aprovechar, inventar y servir en las mesitas bajas que tienen sobre la arena. "Son platos chicos, porque la idea es pedir varios, probar y compartir", adelanta Yanina, que es la pareja de Pablo y también dueña de este sueño hecho realidad. Los dos comparten el gusto por la cocina -"la comida, en realidad", se ríen- así que armaron un menú como el que les gustaría probar si ellos fueran los que estuvieran de visita en la isla.
"Aprovechamos todo lo que nos da el agua y la selva. Hicimos una especie de laboratorio con Bruno, nuestro vecino inmediato y gran conocedor de las riquezas naturales de Ilha Grande, e inventamos platos a base de yaca y hojas de taioba, usamos mango, bananas, paltas, mamones y piñas que hay en el terreno; pedimos las vieiras a un productor de esta misma bahía, también tenemos pescados como lenguados, vermelhos, tainhas y róbalos".
El menú es fresco, sin frituras salvo por los langostinos empanados en coco rallado, y hay una opción de degustación en cinco pasos. "Los meses que duró la cuarentena tuvimos que achicarnos y ofrecer lo que el público local está más acostumbrado a consumir, pero ahora ya volvimos al plan original. Sabemos que puede ser más difícil que un pescado frito o unas rabas, pero es una apuesta por ofrecer algo diferente y mejor a largo plazo", explica Pablo. Bonito Bar sirve la única caipirinha de yaca de la isla, y entre los platos destaca la trouxinha de camarón, que es un paquetito hecho con hojas de banana, cocinado al vapor y relleno con camarones, cebolla morada, mango y leche de coco.
- Más info: Bonito Bar abre todos los días de 11 a 18. El cubierto promedio es de 100 a 120 reales con bebida y postre. En Instagram.
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