Tras los pasos de Cézanne
A 100 años de su muerte, la ciudad natal del artista traza un itinerario para recordar los lugares donde vivió, amó y creó el pintor que inauguró el arte moderno. La Revista lo recorrió, y lo cuenta en esta nota
"Cuando estaba en Aix, tenía la impresión de que me encontraría mejor en otro lugar; ahora que estoy aquí, echo en falta Aix… Cuando uno ha nacido allí, está perdido, ya no le atrae ningún otro lugar."
Paul Cézanne, 1896, carta a un amigo
AIX-EN-PROVENCE.– Es la ciudad de las cien fuentes, de las fachadas de piedra dorada, del rico y vibrante patrimonio artístico y arquitectónico, de las avenidas de plátanos y de las terrazas de los cafés. Pero la capital de la Provence también es, hoy más que nunca, la ciudad de Paul Cézanne.
En el centenario de su muerte, Aix-en-Provence ha declarado 2006 el año Cézanne. Esta mágica ciudad, que ha logrado preservar y hacer convivir imponentes vestigios romanos y magníficas construcciones medievales con aristocráticos palacios y hôtels particuliers, celebra la memoria de su artista con espíritu festivo. Como si quisiera recuperar el tiempo perdido, como si deseara lavar las manchas de un tiempo en el que su hijo más ilustre fue un genio incomprendido, antes de devenir el inmenso clásico que es hoy, junto con Courbet, Monet y, más tarde, Picasso.
Y quien quiera ir tras sus pasos basta con buscar en el piso de la ciudad, en calles y veredas, las placas de bronce que indican, a la manera de pisadas, por dónde hay que caminar para llegar a los lugares que marcaron su vida, su obra y su genio.
Partiendo de la céntrica rotonda, próxima al elegante paseo Mirabeau, se sucederán su casa natal –28, rue de l’Opéra–, el antiguo colegio donde conoció a su entrañable amigo el escritor Emile Zola, las distintas casas donde vivió su familia, los cafés y brasseries que frecuentaba, la catedral donde –se dice– asistía regularmente a misa, el atelier en el camino de Lauves y otros lugares de inspiración –como la cantera de Bibemus y la montaña Sainte-Victoire–, así como el cementerio donde reposa.
La región de la Provence es una fiesta de colores, de luminosidad, de transparencia. Sólo aquí se llega a comprender hasta qué punto el paisaje fue la principal fuente de inspiración de un artista cuya obra le abrió las puertas al arte moderno, un transgresor que sólo se sometía a su intuición y a su sensibilidad.
Tras el artista
Allí donde se vaya, todo está preparado para evocar el poder de su arte, y cada lugar puede reconocerse en sus cuadros. Cézanne y su región son inseparables. Estos son los colores de su tierra, de su infancia.Jas de Bouffan, por ejemplo, se refleja en una cincuentena de sus obras. En esa morada familiar (jas significa finca, en provenzal) ubicada a dos kilómetros de la ciudad de Aix, entonces en plena campaña, vivió por más de cuarenta años un Cézanne sin seguidores y sin compradores, siempre dependiente de la ayuda económica de su padre, un próspero banquero.Con el tiempo, la espléndida casa construida en el siglo XVIII –adquirida por la familia en 1858 y vendida en 1899– caería en el olvido. En 1907, un año después de la muerte del artista, los nuevos propietarios de Jas de Bouffan quisieron donar al Estado francés una veintena de obras y los murales de la casa, pero algún funcionario mal aconsejado no los aceptó.
Un marchand, Joseph Hessel, compró cinco pinturas murales en 1912. Otras fueron vendidas después. Los últimos vestigios datan de 1960, cuando fueron cortadas en pequeños cuadros y hoy se encuentran, en su mayoría, en el Japón.
El espíritu del artista se palpa también en el atelier de Lauves, la pequeña cabaña que Cézanne compró en 1901 en los altos de la ciudad, luego de la venta de Jas de Bouffan, tras la muerte de su madre, en 1897, y que hoy es museo municipal. Subir a pie desde el centro de la ciudad es un programa tan estimulante como agotador.
Se dice que Cézanne lo hacía dos veces por día, ya que al mediodía volvía a su casa, en el centro de Aix, para almorzar. Hoy, todo está como era entonces. En el primer piso, en un espacio de 49 m2 con enormes ventanales que se abren al paisaje y con las paredes siempre pintadas de gris, se destaca el caballete de grandes dimensiones que el artista hizo construir especialmente para pintar sus últimas Grandes baigneuses. También están sus delantales, su sombrero, sus pinceles, dos grabados de Delacroix, algunas lozas, jarrones, botellas, flores de papel, manzanas verdes…
En el atelier de Lauves, a apenas algunos cientos de metros de su musa inspiradora, la montaña Sainte-Victoire, Cézanne se vuelca frenéticamente a la creación. La cantera de Bibemus, en los primeros contrafuertes de esta montaña, es otro hito para comprender el legado del artista. De allí se ha extraído durante siglos la roca dorada con que se han tallado las fachadas y las fuentes de la bellísima ciudad de Aix. Las estratificaciones, los sedimentos, los diseños geométricos de las piedras en capas, inspiraron en Cézanne una nueva síntesis que anuncia el cubismo, el fauvismo.El artista trabajó todos los días en el atelier durante los últimos cuatro años de su vida. Desde allí caminaba hasta el pie de la montaña y se instalaba con su caballete, sus lienzos, su caja de pinturas, su paleta y sus pinceles. Para protegerse de las miradas indiscretas utilizaba una sombrilla. El 15 de octubre de 1906 estalló una tormenta. Cézanne permaneció varias horas pintando bajo la lluvia hasta que sufrió un síncope.
"Lo condujeron hasta su casa en un carro de lavandero y dos hombres lo acompañaron hasta su cama. Al día siguiente, no bien amaneció, subió hasta su atelier de Lauves para trabajar en un retrato de su jardinero Vallier, bajo el tilo del jardín, su última obra, su testamento pictórico. Volvió moribundo", recordaría su amigo Emile Bernard.
Cézanne deseaba morir pintando. Murió una semana más tarde, el 23 de octubre, a los 67 años, por causa de una pleuresía. Un siglo después, su ciudad natal rinde homenaje al hombre que le extrajo a la Provence la esencia de su arte.
Fotos: Jean-Claude Carbonne y Cézanne 2006, Oficina de Turismo de Aix-en-Provence
Más datos: www.bd.aix.com ; www.cezanne-2006.com
De vuelta en casa
- A cien años de su muerte, la ciudad natal de Cézanne parece haber descubierto el poder de su arte y se ha decidido a festejar el aniversario con homenajes, evocaciones y exposiciones.Cézanne en Provence, una muestra excepcional realizada en conjunto por la comuna de Aix-en-Provence y la National Gallery de Washington, estará abierta hasta el 17 de septiembre y reúne 117 obras que se exhiben tras los vidrios blindados del renovado Museo Granet. Se entiende: no se pueden correr riesgos con la obra de uno de los pintores mejor cotizados del mundo: el último Cézanne que salió al mercado, en 2001, se vendió en 50 millones de euros.Traídos de museos y colecciones privadas de todo el mundo, los paisajes, las naturalezas muertas y los retratos han encontrado en este magnífico palacio del siglo XVII, antiguo priorato de los Caballeros de Malta, el marco ideal para la más importante retrospectiva del hijo ilustre de Aix.
Para esta ocasión, las obras de remodelación previas ampliaron en 4500 m2 el área de exposición.
- Cézanne en Provence ocupa doce salas del Museo. Comienza con los paisajes y retratos realizados en Jas de Bouffan, donde pintó incluso las paredes del salón principal. Luego, dos salas consagradas a las acuarelas muestran cómo el artista pasó de una percepción opaca de la pintura a otra signada por la transparencia. Otra sala evoca sus obras al aire libre. La exposición termina en apoteosis con una sala consagrada íntegramente a la montaña Sainte-Victoire, el motivo emblemático de su creación: a lo largo de su vida le dedicó más de 80 óleos.
Perfil
Vida y obra
1839. Nace, en Aix-en-Provence, Paul Cézanne, hijo de Louis-Auguste Cézanne (1798), fabricante de sombreros establecido en Aix y devenido banquero.
1841. Nace su hermana Marie.
1844. Louis-Auguste se casa con Elisabeth Aubert, madre de los niños.
1848. Se crea el banco Cézanne & Cabassol.
1850-1852. Paul estudia en el pensionado Saint-Joseph.
1852-1858. Estudia en el internado Bourbon, donde se hace amigo del escritor Emile Zola.
1857. Comienza a estudiar dibujo en la escuela municipal de Aix, hoy Museo Granet.
1858. Recibe su diploma de bachiller.
1859. Se inscribe en la facultad de derecho, por deseo de su padre. Continúa sus estudios de dibujo.
1861. Abandona derecho. En París se reencuentra con Zola y con Pissarro en la Academia Suiza.
1962-1969. Vive y dibuja entre Aix, París y Marsella.
1869. Conoce a Hortense Fiquet en la Academia Suiza, en París, y se convierten en amantes.
1872. Nace Paul, hijo del artista y de Hortense.
1874-1877. Participa en exposiciones impresionistas.
1882. Es admitido en el Gran Salón por única vez en su carrera.
1883. Conoce a Monet y a Renoir en el Midi francés.
1886. Se casa con Hortense. Muere su padre.
1895. Primera exposición individual consagrada al artista, organizada por el marchand Vollard.
1897. Muere la madre del artista.
1899. Venta de Jas de Bouffan. Se muda al que será su último domicilio: 23, rue Boulegon.
1901. Compra el atelier de Lauves.
1902. Muere Emile Zola.
1905. Expone en el Salón de Otoño.
1905. Muere el 23 de octubre.