Va a trabajar sin medios de elevación, con helicópteros y snowcats. Tienen la habilitación del municipio de Malargüe aunque, en paralelo, sigue en trámite la objeción del gobierno nacional
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Con las primeras nevadas del invierno –se calcula en unos 20 días– comenzará a operar el centro de esquí “El Azufre”, situado en Malargüe, provincia de Mendoza, tras las inspecciones de rigor y la reciente habilitación otorgada por el área Legales de ese municipio del sur provincial.
Así lo anunció ayer, en diálogo con La Nación, el empresario Alejandro Spinello, uno de los socios del proyecto, quien sostuvo que el pasado 10 de mayo finalizaron los controles de medio ambiente, bromatológicos y de orden contable, entre otros.
“Finalmente, después de mucha espera obtuvimos la resolución que habilita la puesta en marcha del centro de esquí para los próximos días”, sostuvo Spinello. Y agregó: “Estamos contentos y con mucha expectativa. Iniciaremos con la modalidad boutique, es decir, con una pequeña escala de huéspedes que llegarán en tandas, tal como siempre lo hemos pensado para el comienzo”. Es que, según dijo, debe tenerse en cuenta que aún no se puede acceder por rutas, sino por aire, a través de helicópteros.
Más allá de este paso fundamental para la puesta en marcha de este nuevo centro de esquí -situado en el denominado “Campo Potrero de Cordillera Norte”- aún no se detiene la controversia por la asignación de tierras fiscales que realizó el gobierno mendocino a esta empresa privada y que fue objetada por el gobierno nacional. En febrero se subió a la contienda la Casa Rosada, que a través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) le reclamó a la provincia cuyana que dé marcha atrás con todo lo actuado. Este proceso, si bien sigue su curso, no limita la puesta en marcha de la actividad turística en las 12.000 hectáreas de esta zona de glaciares en el límite con Chile.
¿Qué es “El Azufre”?
La construcción y puesta en funcionamiento de un nuevo centro de esquí en Malargüe requerirá una inversión cercana a los 200 millones de dólares. De acuerdo al trazado de sus planos, El Azufre tendrá más de 200 kilómetros de pistas. Además, cuentan sus creadores, por cuestiones climáticas garantizará una temporada de esquí de cinco meses. Generará aproximadamente mil empleos directos, además de otros cinco mil indirectos. Por último, comentan con gran orgullo, que funcionará íntegramente con energías renovables.
Detrás del proyecto aparece el nombre de Alejandro Spinello, mendocino, productor audiovisual y amante del esquí, quien desde hace años viene pensando en un lugar “con buena nieve durante varios meses del año”. Su apellido tiene mucho arraigo en esta tierra ya que su padre, Atilio, también fue un gran realizador audiovisual, autor de importantes documentales. Alejandro, en cambio, forjó carrera en el exterior, más precisamente en los Estados Unidos, donde integró los equipos que promovieron las campañas presidenciales de distintos candidatos demócratas, como Al Gore, Hillary Clinton y Barack Obama.
-Alejandro, ¿cómo nació el proyecto El Azufre?
-En 2017, junto a mis dos amigos y socios fundadores, José Beccar Varela y Daniel Nofal, empezamos a charlar de manera firme sobre la idea loca de explorar ese valle tan remoto. Y digo “loca” porque en ese momento no había nada de nada en el lugar. Conseguimos un permiso de Gendarmería, montamos un campamento y logramos que un grupo de personas permaneciera allí todo el invierno de 2018, estudiando la zona. Esa primera temporada fue muy dura y sacrificada, tuvimos que proveer de suministros al campamento arrojando comida y víveres desde un avión ya que la ruta no se mantiene en esa época y la gente queda completamente aislada. El equipo fue liderado directamente por José. Al mismo tiempo conformamos “El Azufre S.A”.
-¿Cómo dieron con el valle donde van a establecer El Azufre?
-El primero en visualizar el lugar fue, precisamente, José Beccar Varela, que durante 2007, cuando ya no quedaba nieve en los actuales centros de esquí, sobrevoló la zona junto a un contingente de extranjeros que buscaba un lugar con nieve para realizar una filmación. La idea quedó dando vueltas, hablamos mucho de la posibilidad de hacer un centro de esquí, y en septiembre de 2013 Daniel Nofal trató de llegar al lugar por tierra. Le resultó imposible, aunque pudo aproximarse bastante y tomó muchas fotos del paisaje, al menos de lejos… Después, como dije, hicimos aquel estudio preliminar en 2018 que valió la pena, ya que los resultados fueron muy alentadores.
-¿Cuáles son las características del lugar?
-Recibe muchísima nieve y de excelente calidad. Además, las temperaturas promedio son bien frías (tuvimos mínimas de -35 grados centígrados) lo que garantiza que, más allá de tener precipitaciones abundantes, la nieve se conserva de buena calidad durante mucho tiempo.
-¿Qué significa que será un centro “autosustentable”?
-Hoy la civilización está consumiendo cinco veces más recursos de los que puede proveer el planeta. Hay que acelerar de manera urgente todos los procesos que nos llevan como sociedad hacia una economía de bajas emisiones y virar hacia modelos económicos e industriales circulares y sustentables. Sería una irresponsabilidad por parte de El Azufre, teniendo la posibilidad de desarrollar algo desde cero, no hacerlo de forma sustentable, como se tendría que hacer todo en el siglo XXI. Confort y sustentabilidad pueden ir de la mano, ya tenemos todas las tecnologías disponibles para cortar la dependencia de los combustibles fósiles, reciclar, lograr construcciones eficientes... Así se pensó el proyecto para que funcione íntegramente con energías renovables, para que no exista el uso de plásticos de uso único, para que se atrape carbono a través de la forestación y se minimice en todo sentido el impacto de la actividad humana. El mayor capital que tenemos es la naturaleza pura, hay que conservarla en ese estado.
-¿Cómo piensan posicionar el centro dentro del mapa del esquí en Sudamérica?
-Tiene todo el potencial, es uno de los mejores terrenos esquiables del mundo y, como te dije, posee una muy buena cantidad y calidad de nieve. Ahora dependerá que desde la empresa, la comunidad y el Estado trabajemos en forma mancomunada para lograrlo. Durante el verano estuve en Aspen divulgando el proyecto, generando expectativa, deseando que el entusiasmo pueda convertirse en inversión.
-¿Cómo van a operar? No tienen la infraestructura, aún no existen medios de elevación...
-Estamos avanzando en el plan de obras. Cabe aclarar que no hay servicio alguno en la zona y la población más cercana está a 100 km, por eso hay que instalar toda la infraestructura necesaria para acceder y habitar el lugar. Mientras, vamos a operar en modalidad boutique, compitiendo con los centros de Cat Ski y Heli Ski de Alaska o del norte de Canadá. Lo bueno para Mendoza y Argentina es que estaríamos abriendo una nueva “ventanilla”, ya que hoy es un público que no tiene opciones en Argentina para ese tipo de práctica. Son personas muy fanáticas del deporte y de un alto poder adquisitivo. Habrá muchas opciones para los amantes del fuera de pista, con todo tipo de dificultades, como así también para los amantes del “carving” y las pistas pisadas.
Una infancia entre su ciudad y las Antillas Holandesas
Alejandro nació en la ciudad de Mendoza, el 16 de marzo de 1976. Es hijo de Silvia Ercole y Atilio Spinello. “Mis padres se dedicaban a la fotografía, mi madre era laboratorista y mi padre fotógrafo, juntos llevaban adelante una empresa familiar boutique dedicada al rubro. Con mi hermana, Carolina, crecimos respirando pasión por el trabajo, por el arte fotográfico y por la búsqueda de la excelencia en cada proyecto en que se involucraban”, recuerda con mucho orgullo.
Durante el ciclo lectivo la vida familiar se alternaba entre Mendoza y las Antillas Holandesas, ya que Atilio trabajaba como fotógrafo para el gobierno de Holanda, algunas líneas aéreas y varias cadenas de resorts internacionales. “Tuve la gran suerte de poder acompañarlo en muchos viajes y aprender no solo de la profesión sino de todo lo que implica viajar y convivir con otras culturas y costumbres”, relata.
Alejandro está casado y es padre de una hija de 13 años. Toda la familia es fanática del esquí. “No existe mejor plan para nosotros”, advierte. Desde 2002 vive en Buenos Aires. Dirige la productora audiovisual Media Hub, que produce y exporta contenidos para Disney, Netflix y Amazon. Además, genera contenidos para otras plataformas de streaming. Ha trabajado también con Grupo América y Telefé.
“Empecé con la cámara al hombro desde muy chico. A los 15 años hacía cámara para programas deportivos cubriendo todo tipo de eventos. No rechazaba ningún trabajo, casamientos, documentales, comerciales. Todo significaba pasión”, detalla.
Por entonces ya se consideraba fanático de la nieve. La primera vez que se colocó esquíes fue a principio de los 80 en Penitentes, que define como “un hermoso centro de Mendoza fundado por un visionario y emprendedor, Emilio Lopez Frugoni”.
Siempre fue independiente y trabajó por su cuenta. Amaba su tierra pero la industria audiovisual estaba muy concentrada en Buenos Aires. “En 2002 vendí la productora que había formado para empezar de cero en Buenos Aires. Como todo startup, los primeros años fueron duros, porque a las típicas dificultades de un emprendimiento nuevo se le sumaban los vaivenes de la economía argentina y los constantes cambios en las reglas de juego”, evoca. Y asegura: “Los empresarios argentinos tenemos una gran gimnasia en adaptarnos permanentemente a los cambios, pero a su vez demanda mucha energía y genera desgaste”.
Sus campañas para los demócratas Obama, Al Gore, Clinton y Joe Biden
En 2008, a través de un amigo norteamericano, Spinello se unió al comité de campaña de Barack Obama. “Me gustaba mucho, lo veía como un líder diferente, un Messi de la política y la oratoria”, asegura.
“Recién era precandidato entre los demócratas. Yo empecé a trabajar en el equipo como voluntario, para aprender, aunque finalmente me quedé. Allí conocí a Al Gore, que acababa de ganar el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos para difundir los efectos del cambio climático causado por el hombre. También había ganado el Oscar”, recuerda.
Tras la consagración de Obama como presidente, Spinello continuó trabajando junto a lo demócratas y se volcó de lleno en lograr la reelección. Después acompañó a Hillary Clinton: su misión fue captar el voto latino. El año pasado, finalmente, trabajó para la campaña de Biden.
“Haber sido miembro fundador de la Fundación Al Gore, que tiene como fin generar conciencia ambiental y formar líderes que luchen por esta causa, fue una de mis experiencias más increíbles”, sostiene. Para agregar: “Mucho de lo volcado hoy en el proyecto de Malargüe tiene esos fundamentos”.
Sin embargo, pese a su experiencia internacional, dice que aún conserva el ADN mendocino. “Hasta la muerte”, insiste. Y detalla: “Mirá, ni siquiera cambié el número telefónico. No por nada Mendoza es lo que es: da orgullo caminar por la ciudad o las zonas rurales y ver cómo el desierto se transformó en un oasis a fuerza de trabajo e inteligencia. Se hizo grande pensándola en grande, asumiendo desafíos y trabajando. Ahora es el turno de nuestras generaciones, de tomar esa posta y llevarla al próximo nivel”.
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