Transformarse en sirenita, el sueño infantil ya es realidad
La escuela que enseña a nadar con trajes de este ser mitológico se convirtió en uno de los fenómenos del verano en Punta del Este
"Si pudieras cambiar una sola parte de tu cuerpo, ¿qué cambiarías?", pregunta una voz en off. Ella, de no más de diez años, piensa unos segundos, mira a la cámara y responde, espontánea: "Tendría una cola de sirena". Mar no es la protagonista de la filmación que meses atrás se difundió en las redes sociales, pero tiene una edad similar y, hasta enero, compartía con ella el mismo deseo difícil de cumplir. "Siempre me imaginaba con una cola nadando. Cuando vi la película de La Sirenita nunca pensé que algún día iba a poder nadar como ella", cuenta Mar después de haberse convertido en sirena por unas horas, durante sus vacaciones en Punta del Este.
Como ella, quienes pasaron en enero por Le Club Posada de La Barra tuvieron la posibilidad de conocer a Susana Seuma, una "sirena" que llegó desde el Mediterráneo para dar clases de natación con escamadas y coloridas colas traídas de la playa tarragonesa. Allí surgió, en 2014, Sirenas Mediterranean Academy, una escuela que ofrece a grandes y chicos la experiencia única de nadar como una sirena o un tritón. Por primera vez, desde la película de Disney de 1989, en la que la sirenita Ariel logró transformarse en humana, un grupo de chicas de entre 9 y 12 años pudieron concretar en las playas de Uruguay la misma curiosidad pero a la inversa. "Tomé tres clases, dos en la pileta y una en el mar, pero en la primera ya aprendí a nadar como una sirena. Afuera del agua te enseñaban con una pizarra de dónde y cómo eran las primeras sirenas de Grecia. Después, te tirabas al agua, -cuenta Mar entusiasmada-. Es fácil respirar, hay que abrir la boca chiquita y largar el aire en el agua por la nariz con burbujitas."
Sirenas Mediterranean Academy surgió "para ofrecer diversión, salud, cultura y magia", cuenta Alejandro Rodríguez, quien creó la academia en la ciudad de Tarragona, frente al mar, inspirado en su pareja Susana, "amante del mar", buceadora y socorrista. "Queremos que nuestras sirenas y tritones sean portavoces de la historia, de la mitología y del respeto al medio ambiente. Lo mágico es que han sobrevivido a culturas, lenguas, modas literarias, musicales y audiovisuales", explica Alejandro.
La magia de sentirse una sirena dura 90 minutos y la academia propone dos niveles de aprendizaje. El "bautismo" es la iniciación y generalmente se realiza en piletas. El nivel avanzado se hace a mar abierto a unos 150 y 200 metros de distancia de la costa. Según Mar, que vivió la experiencia, "te cansás un poco porque tenés que hacer fuerza con la panza y las piernas".
Desde la Odisea, de Homero, considerado el primer testimonio escrito en el que aparecen las sirenas, hasta la versión transformada de Disney de La Sirenita del danés Hans Christian Andersen, los seres mitad humano, mitad pez, despertaron el interés y la creatividad de muchos. Pero hasta ahora ninguna propuesta se había acercado tanto a lo que uno podría imaginar sobre estos seres mitológicos. "Lo que más me gustó fueron las colas de colores, como de una tela impermeable, algunas tienen escamas y otras con brillos. Sin las colas es casi imposible nadar como una sirena porque aunque tengas los pies juntos no tenés la misma propulsión porque no tenés las patas de rana que tienen las colas adentro", cuenta Mar.
Además de las clases en el hotel, Susana hizo una demostración para la colonia de una escuela pública de La Barra. Y tanto en la Argentina como en Uruguay, algunas familias pudieron tomar clases en piletas privadas. "Nuestra intención es seguir creciendo en los dos países. Ahora hemos plantado la semilla, regada por la gente que ha hecho la experiencia", explica Alejandro al expresar su deseo de volver a cruzar el océano. En la Argentina todavía no ha llegado un grupo de sirenas para quedarse . Existe lo que se llama "Escuela de Sirenas", que, en realidad, se refiere a la enseñanza de nado sincronizado o ballet acuático, cuya exponente más popular fue la norteamericana Esther Williams. También existe el nado con aletas, aunque es bastante diferente a la propuesta española que también existe en Filipinas, creada por otros instructores. En este estilo de nado de sirenas no sólo se trata del estilo, sino también de la estética. Lo cierto es que hasta que esta moda termine de migrar hacia América, la única opción para practicar el estilo sirena es conseguir los trajes en páginas como finfunmermaid.com y mahinamermaid.com, o en tiendas de los Estados Unidos como Urban Outfitters donde se venden monoaletas como las de una sirena.