Traducciones humanitarias
La desinformación mata, o cómo las palabras indicadas en el idioma correcto pueden salvar vidas
LA MAYORÍA DE LAS ENFERMEDADES, incluso las más letales, pueden prevenirse con métodos simples. Cientos de organizaciones del mundo difunden materiales e instructivos a quienes más lo necesitan, pero cuando éstos llega en un idioma extraño al receptor, los esfuerzos son en vano. En el mundo existen profesionales que voluntariamente donan su tiempo y trabajo para evitarlo. Así, la traducción humanitaria, como se la conoce, se vuelve tan importante como los propios medicamentos o alimentos entregados a las poblaciones en riesgo.
En Kenya, por ejemplo, la malaria mata a un promedio de 200 personas al día, a pesar de que la prevención es relativamente sencilla. "Durante una campaña para erradicarla, una ONG envió material explicando todo sobre la enfermedad, el ciclo de los mosquitos, mandaron mosquiteras, instructivos, todo. Tiempo después visitaron las aldeas y descubrieron que todo estaba sin usar. La gente estaba convencida de que la malaria se transmitía a través de la leche. ¡Hervían la leche y los mosquitos los seguían picando!", cuenta Enrique Cavalitto, de Translators Without Borders (TWB), la principal organización global que vincula a traductores voluntarios con más de 140 organizaciones humanitarias.
Si bien es global, TWB se coordina en La Plata, desde donde Cavalitto cuenta a la Revista: "La necesidad [de traducción] es abrumadora y poco conocida. El conocimiento es la herramienta necesaria para liberar a la gente, para permitirle la salud, el progreso, una mejor calidad de vida, pero obviamente si se recibe en un idioma que no se entiende, es inútil". La organización evolucionó de la pionera Traducteurs Sans Frontières, red francesa que comenzó colaborando en los 90 con la reconocida Médicos sin Fronteras. Desde 2011, cuando se creó formalmente, unos 2000 voluntarios llevan traducidas más de 12 millones de palabras.
En la plataforma de trabajo online de TWB, los traductores se registran y tras una serie de pasos y evaluaciones se unen al staff virtual. En paralelo, las organizaciones sin fines de lucro llenan formularios para solicitar traducciones gratuitas, y en caso de que cumplan con los requisitos, automáticamente su proyecto de traducción se envía a todos los voluntarios que cumplan con el perfil requerido para el trabajo en cuestión.
Ese proceso de selección y el seguimiento de coordinadores voluntarios diferencian a esta organización de otros portales que trabajan bajo la modalidad colaborativa conocida como crowdsourcing, es decir, comunidades online de traductores que voluntariamente, y casi sin pasar por ningún filtro o mediación, se conectan directamente con las organizaciones y se hacen cargo de material a traducir. Entre estas alternativas más automatizadas se destacan el programa de Voluntarios En Línea (UNV) de las Naciones Unidas, que incluye no sólo traducción, sino todo tipo de voluntariado online (redacción, diseño gráfico, investigación) y el mucho más informal WikiTranslation, del gigante Wikipedia, donde cualquier usuario puede pedir u ofrecer una traducción, entre otros.
"Podés aprender y ganar experiencia mientras ayudás", dice Luciana Díaz, traductora pública de Buenos Aires, que desde 2012 dona unas cinco horas por semana. Eric Ragu, traductor francés que vive en Alemania, concuerda. "Pensé en ayudar donando dinero, pero como no tenía decidí aportar mi tiempo y trabajo", dice y alienta a que lo imiten: "¡Sólo háganlo! Es muy gratificante y se aprende un montón".
Dichos básicos
Las traducciones apuntan no sólo a enfermedades, sino a sanidad, higiene, sexo seguro, desnutrición, potabilización de agua. Los consejos más traducidos son:
- "Cuida de no contaminar el agua que bebes"
- "Amamanta a tu hijo"
- "La cura para la deshidratación por diarrea está en una mezcla de sal y azúcar"
- "No vuelques desechos cerca de la comida"
- "Si tienes un arroyo, toma el agua río arriba"