Trabajaba en una panadería, pero denunció que la echaron por una insólita razón: un meme que publicó en Facebook
Tamara, de 31 años, trabajaba en ese local desde octubre de 2022, pero una publicación en tono humorístico que realizó en las redes terminó, insólitamente, en su despido
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Tamara de los Santos es una joven de 31 años, mamá de una nena de cinco, que trabajaba en una panadería de la ciudad de Brandsen hasta que el pasado martes 4 de julio recibió un mensaje de su empleador en el que le informaba que la despedía ¿El motivo? Un meme que ella había compartido en su cuenta de Facebook y que le disgustó al dueño de la panadería.
La insólita medida de dejar sin trabajo a una persona por una humorada fue difundida en las redes sociales por la prima de la joven despedida y se volvió un fenómeno viral. Y mientras los usuarios expresan su incredulidad por la decisión que tomó el empleador, Tamara denuncia otras situaciones de trabajo informal que vivió en ese comercio y espera, casi ya sin esperanzas, que su empleador le liquide lo que le debe, incluido aguinaldo y vacaciones.
La joven ingresó en la panadería de Brandsen en el año 2019. Luego de trabajar por un año renunció, pero volvió a trabajar allí en el mes de octubre de 2022. “Trabajaba en negro”, cuenta Tamara a LA NACION en un diálogo telefónico. Ella se ocupaba de la atención al público y fue pasada por el dueño del local, Marcelo, a la parte de pastelería. “En marzo él me dijo de pasar de atención a la producción. Me explicó que me pagaba $13.000 por semana y que si le agarraba bien la mano, me aumentaba a $18.000″, dice la joven.
Pero pasó el tiempo y el aumento no llegó. Además de trabajar sin viáticos ni ningún otro beneficio del empleo formal, ella estuvo tres semanas seguidas sin tener un franco. “Trabajaba de lunes a viernes en la producción y sábado y domingo tenía que abrir los locales para atención al público. Marcelo me pidió si le podía hacer ese favor y lo hice”, explica la joven, que, pese a todo, dice que ella estaba contenta con su trabajo.
Cuando pasó un mes y medio del pase de Tamara a producción y no había noticias del aumento, (pese a que ella aprendió bien a realizar su tarea), la joven se comunicó con su empleador para plantearle la situación. “Entonces él me dijo: ‘Yo no soy Sapucay, que paga aguinaldos’”.
Sapucay es una empresa local que se dedica al procesado de pollo y que, cuenta Tamara, tiene a todos sus empleados en regla. Por eso se la mencionó el dueño de la panadería, a modo de ejemplo de lo que él no podía hacer porque, según dijo Tamara, “estaba por abrir dos locales más” en la zona. “Tenía para abrir dos locales, pero no para pagar el aguinaldo”, reflexiona la muchacha.
El meme que terminó en un despido
El domingo previo al martes en que fue despedida, Tamara subió a su cuenta de Facebook el meme que terminaría dejándola sin trabajo. Se trataba de la imagen de un joven con un cartel que, en modo irónico, decía: “Lo que a vos te divierte, a otros nos lastima. Por favor, no subas que cobraste el aguinaldo”.
Arriba de esa imagen, y de manera risueña, la propia joven había escrito: “Jajaja. Ya quería la ilusa que le paguen aguinaldo. ‘No soy Sapucay’, le mandó”. Tamara hacía una sutil referencia al diálogo que había tenido con Marcelo, pero ni mencionaba el nombre de la panadería, ni de su empleador. Además, como explicó ella en un video que subió a TikTok, su cuenta y su posteo estaba en modo privado, de modo que nadie de la panadería podría verlo.
“Literalmente me echaron por un meme -dijo la joven en el mencionado video su cuenta de TikTok-, yo no tengo a nadie de los dueños de la panadería en mi Facebook. Alguien le sacó captura (al meme) y se lo mandó a ellos”.
Enseguida, la joven mostró en el video, y también en la publicación que se viralizó en Twitter gracias al posteo de su prima Juana, el mensaje de WhatsApp que le envió su empleador. Allí se veía que Marcelo publicó el meme que había subido su empleada a Facebook y le escribió: “La verdad que esto es cualquiera, Tamara. Decime las horas que trabajaste y te separo lo tuyo”.
Ante la respuesta de la muchacha de que no entendía realmente lo que le estaban diciendo, el empleador insistió: “Yo voy a las 10, te pido por favor que te vayas”. “¿Ah, me tengo que ir?”, preguntó Tamara, y añadió: “Es muy fuerte esto”. Y más adelante, escribió: “¿Por un meme me querés echar?”.
“Esto fue el martes a las 8 y 30 de la mañana”, cuenta la joven despedida a LA NACION y añade: “Yo estaba decorando una torta y me llega ese chat con la captura del meme. Le dije a mi compañero: ‘Me está echando por un meme’”.
Ese día, ella se retiró de la panadería antes de que llegara su empleador. “Me fui re llorando. No lo vi más a él. No me pagó más. Ni mi liquidación, ni mi aguinaldo. Me dijo que me iba a hacer un plan de pago, y ahí quedó”, relata la joven.
“Pregunté por mi liquidación y me clavó el visto”
“El viernes pasado le mandé un mensaje preguntando otra vez por mi liquidación y me clavó el visto”, agrega Tamara, que dice que quiere y necesita ese dinero para reinvertirlo, con el fin de volver a abrir una tiendita de ropa que tenía antes de reingresar en la panadería.
Con respecto a la repercusión que tuvo su historia, primero en las redes sociales y luego en los medios, la joven, que vive en la localidad de Domselaar, explica: “Se hizo muy viral. Creo que llamó la atención porque me echaron por un meme. Espero que nadie más pase por lo mismo, y que los dueños empiecen a tener conciencia de que no hay que tener empleados en negro, o si tenés, pagales lo que corresponde. Nosotros damos la cara por ellos en los negocios. Cuando la gente reclama, hablamos nosotros”.
La trabajadora dice que, de no recibir pronto una respuesta, piensa recurrir a la Justicia. Y también se mostró sorprendida de todos los casos de usuarios que trabajaron en la misma panadería y manifestaron situaciones de injusticia similares. “A un compañero lo echaron porque se desmayó en el trabajo y a otra, por reclamar un franco”, cuenta Tamara solo dos de los casos que conoció en los últimos tiempos.
La joven echada de su trabajo por postear un meme asegura que ya “no espera nada” de su exempleador, está “resignada” a que no le paguen, ya que “no tuvieron la intención de hacerlo desde el mismo martes que me echaron”.
Sobre el final de la charla, Tamara, que necesita y quiere volver a trabajar cuanto antes, reflexiona: “Espero que con esto tan viral que él empiece a empatizar con los empleados y que les dé lo que les corresponde. Yo no voy a conseguir nada, pero que empiecen a pensar que los trabajadores no somos esclavos de ellos, no nos pueden tratar mal o negarnos lo que nos pertenece”.
Cabe aclarar que LA NACION intentó, sin éxito, comunicarse con el dueño de la panadería.
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