"Una casa ordenada, es una mente ordenada", afirma Marietta Vitale, especialista en organizar espacios. Junto a ella, pusimos manos a la obra y aplicamos sus técnicas de guardado en distintos ambientes.
Nuestra experta
Cocina
- El punto crítico de la cocina es la mesada, que debe estar despejada. En este caso, dejamos pequeños electrodomésticos de uso diario y un recipiente contenedor para el detergente (Claudia Adorno).
- Las frutas pueden quedar sobre la mesada en fuentes decorativas.
- En los estantes que están frente a la mesada, organizamos los alimentos en grandes frascos de vidrio para ver rápidamente qué hay en cada uno. En otros más chicos y rotulados, guardamos las especias.
- La regla para los cajones es "divide y conquistarás". Así es más fácil categorizar. Para eso, son útiles los divisores.
- Agregamos un antideslizante para que los cubiertos no se muevan al abrir y cerrar los cajones.
- También agregamos unos canastos de alambre rústicos (Morph) para el estante más bajo. Se deslizan y no es necesario buscar cosas en el fondo.
- Las botellas también se guardan en contenedores para evitar caídas y que no manchen los estantes.
El primer paso para ordenar es sacar lo que no se usa, lo que está roto o no nos representa. Es difícil, porque la mayoría de los objetos tiene una historia, pero hay que hacer lugar para que entre lo nuevo.
Comedor
- Hay que usar todo. No sirve archivar juegos de vajilla en el garaje o en la baulera. Valoremos las cosas que tenemos usándolas y no guardándolas para "de vez en cuando".
- Aquí, el primer paso fue sacar todo lo que no pertenecía a la categoría vajilla.
- Separamos y categorizamos por copas/vasos, platos, fuentes y juegos de té.
- Ubicamos los platos, que son más pesados, a la altura de los ojos, para que sea cómodo alcanzarlos. Si están más altos, resulta difícil maniobrar las pilas.
- Llevamos las fuentes hacia la zona superior.
- Los vasos y copas se acomodaron según categoría: champagne, vino, agua.
- Además, organizamos por color. De un lado, lo azul y, del otro, lo amarillo. La vajilla blanca y la de vidrio transparente, la colocamos en el medio.
- En los estantes de abajo, pusimos libros de cocina, guardados en canastos de alambre.
Hay tres zonas de guardado: la que está a la altura de los ojos o los hombros, donde ubicamos lo que más usamos, se denomina ‘caliente’. En la fría, está lo que alcanzamos con la ayuda de un banquito. La zona tibia son los espacios como el bajomesada.
Escritorio y biblioteca
- Nuevamente, aplicamos el criterio de sacar, clasificar y categorizar.
- Los papeles, revistas o carpetas que estaban sueltos, los guardamos en cajas (Organizza). De esta manera, no se pierden y se evita la acumulación visual.
- Los revisteros son útiles para disponer catálogos y manuales de distintos tamaños.
- Hay tres métodos para ordenar los libros en la biblioteca: por categoría, por apellido y nombre del autor, o por el color del lomo. En este caso, lo hicimos por categorías: medicina, alimentación, espiritualidad y novelas.
- Los libros se pueden ubicar en posición vertical u horizontal. Para darles dinamismo a los estantes, utilizamos ambas formas. Lo que son más altos que los estantes se pueden guardar acostados. En la misma posición, los de lomo grueso sirven de sostén. Si se apilan, que sea de más grueso a más angosto.
- Los volúmenes que más se consultan o las cajas que más se usan deben estar en la zona caliente para que "poner y sacar" sea fácil. Este criterio se aplica a todos los lugares de guardado de la casa.
- Las cajas nos permiten encontrar todo de forma más fácil y rápida. Las que ubicamos en la "zona fría" (la más alta) son de archivo.
- La mesa del escritorio debe estar despejada. El orden visual ayuda al orden mental y la concentración.
Orden y organización no es lo mismo. El primero tiene que ver con un criterio estético; el segundo, con aprender a ser prácticos
Placard
- Cambiamos las perchas que había por unas negras de terciopelo, antideslizantes (tienda Marietta Vitale). Que sean iguales resulta más estético y hace que todas las prendas queden a la misma altura.
- Colocamos los ganchos hacia adentro y las prendas, colgadas hacia un mismo lado, clasificadas por categorías y por color.
- Para guardar la ropa de otra temporada, usamos baúles transparentes con cierres (tienda Marietta Vitale) para que se vea lo que hay en el interior. La premisa en este espacio es: "lo que no se ve, no se usa".
- Si no hay espacio, la ropa larga se cuelga en dos perchas. En una, la parte de arriba y en otra, la de abajo.
- En los cajones, utilizamos organizadores con divisiones para las medias y ropa deportiva.
- El calzado se guarda en zapateros tipo rack o en cajas con visor transparente.
- "El placard, como todos los espacios, deben estar llenos hasta un 60 por ciento de su capacidad. Cuando se excede esa proporción, es difícil mantener el orden visual, estético y emocional".
- Según el feng shui, los zapatos no se guardan debajo de la cama. En la suela, traemos toda la energía de la calle.
Sacar, clasificar y categorizar son los tres pilares para ordenar y organizar espacios. Cuando se convierten en hábito, también mejoran la calidad de vida de las personas.
Baño
- Dejamos en la zona caliente los productos que más se usan, y lo que menos se usan, más arriba.
- Despejamos la mesada, dejamos lo indispensable y un organizador de acrílico (Claudia Adorno) para el maquillaje y las cremas.
- Colocamos un difusor con varillas de pomelo rosado (Olivana) para que haya rico aroma.
- Utilizamos los estantes de abajo para las toallas. Lo ideal es no guardarlas en el baño, pero a veces no hay otra opción.
Mantener el orden ayuda a ahorrar dinero. ¿Cuántas veces pagamos una boleta fuera de término porque no la encontramos rápido o acumulamos ropa del mismo color por no tenerla a la vista?
Blanquería
- Descartamos todo lo que estaba descolorido, roto o gastado.
- En un estante colocamos la ropa de cama y de baño de los chicos, y en el otro, las de los padres.
- Para fundas de almohadas y almohadones, utilizamos un contenedor de tela (Morph). Las doblamos y acomodamos tipo fichero. Así es más fácil sacarlas y guardarlas.
- Como sugerencia, se calculan por lo menos dos juegos de sábanas y toallas por cada integrante de la familia.
- Revalorizamos el espacio con un cuadro sobre el mueble y un florero con follaje.
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